lunes, octubre 14

Racismo en la izquierda


Ser negra te presupone alineada en unas determinadas opciones políticas, no por convicción, sino por formar parte de un colectivo que a su vez se le percibe como vulnerable. 

¿Cómo imaginamos a una persona racista? ¿Cómo se suele representar al típico facha en España? Siempre desde los medios lo vemos como el hombre o señora mayor o el chico rapado con poco cerebro. Aquellos  que te gritan abiertamente: ¡vete a tu país! o ¡yo no hablo con negros! Te rechazan abiertamente solo por tu color de piel y no tienen ninguna intención de cruzar dos palabras contigo a menos que sea para insultar y en el peor de los casos agredirte. Están en el extremo de todo y reconozco que poco se puede hacer por gente así que se pierde la mitad de la vida odiando. Es un “perfil” muy claro, no engaña. Los tienes delante y sientes  unas veces indignación, otras sorpresa y la mayoría pena. Lástima de infelices.

Sin embargo no dejan de sorprenderme otras actitudes. No hace mucho dije públicamente que el partido «Podemos» no es mi opción política. Quien me conoce en lo personal sabe de sobra el por qué. Sin embargo es lo menos importante. Lo que más me llamó la atención fue que las criticas vinieron no desde valoraciones que me tomaban en cuenta a mí como persona sino en lo que se suponía que debía pensar y estar de acuerdo por ser una mujer negra e inmigrante. El hecho de que vengan críticas es ya para preocuparse.»¿Cómo no vas a estar de acuerdo con Podemos, si se supone que quieras la tarjeta de salud y lo mejor para los inmigrantes». Y yo me pregunto: ¿desde cuando Podemos o el partido que sea tiene que ser el medidor de mis valores?

Dicho claramente parece que ser negra  te presupone progresista no por convicción, sino por formar parte de un colectivo que a su vez se le percibe como vulnerable. Soy negra y parece que necesito un gobierno que vele por mí. Quizá a mi vecina, blanca española se le vea como una decisión, en cambio a una mujer negra como una necesidad.

Una vez un compatriota me decía que yo se lo debía todo a mi gobierno y sin él no hubiese sido nada, que los negros teníamos siempre que estar agradecidos. Y esto lo vengo escuchando hace mucho tiempo. Vengo tropezandome con gente que se dice progresista, pero ve tan vulnerable e inferior  a los negros como el peor de los ultraderechistas. Esto explica que a día de hoy haya tanto racismo en Cuba y que ahora, a estas alturas, es que comience a crecer el activismo ante este problema.

El racismo no es un problema político de elección, por más que insistan no tiene que ver con pertenecer a una opción política determinada. Tiene que ver con tu relación con los “otros”. No sabremos hasta donde podremos ser  tolerantes en nuestras relaciones interpersonales hasta que no demos el paso y seamos capaces de compartir con gente de otra raza en un contexto simétrico. Y hago hincapié en esto último porque en la inmensa mayoría de las situaciones se establecen relaciones asimétricas, paternalistas, donde una parte es potencialmente necesitada y la otra se llega a creer que es una relación normal.

Pregúntate cuántos amigos  negros tienes o con cuántos negros o negras te has relacionado sin que tengas el predecible papel de “salvador”, cuántas veces tus hijos han jugado con otros niños negros sin otro interés que no sea el juego y la pura diversión.


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Donde se haya querido politizar la batalla del racismo, hemos perdido todos. Porque, insisto, seas de izquierdas o derecha, seas negra, blanca o asiática, ecologista, animalista, bibliotecaria, librera,  profesora universitaria o “gente guay”,  no estás exenta de tener sentimientos racistas. Es más que educación, lecturas o ideología. Es una práctica, una rutina y sobre todo una voluntad sincera  de relacionarte de igual a igual con tu entorno. Es tan paradójico como real.

Por tanto, si quieres que tus hijos tengan buena educación sexual,  un tema que tanto preocupa para evitar la violencia de género, edúcales  ya sea con talleres, libros, tu actitud  y el sentido común; y si quieres que no sean racistas haz lo mismo y no lo que hace la mayoría: evitar el tema  y convertirlo en un tabú.


Antoinette T. Soler

Directora y creadora de Afroféminas

Y quien os responde en forma de «periódico» en el IG cuando el debate se pone bueno 😅

Licenciada en Filosofía por la Universidad de La Habana. Consultora especializada en género y raza. Máster en comunicación de empresas por la Universidad de Zaragoza.


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26 comentarios

  • Anastazula Barrientos

    el director de Casa de las Américas en Cuba el negro Roberto Zurbano estuvo declarando que «la revolución aun no ha llegado a los negros en Cuba…» Le degradan arrojandole al último albañal del menosprecio dentro de la –nomenclatura- del buró de la dictadura del proletariado cubano. Y al igual que Silvio Rodrigues y otros suelen firmar aprobación de fusilamientos y hundimiento de la Barcaza 13 de marzo con niños, mujeres y anciano va de similar forma la negra Mirian Morajón firmando en contra de Roberto Zurbano .
    De igual forma en Colombia la guerrilla de la FARC no admiten un frente de negros denominado Benkos Biohó y lo delatan a las fuerzas de represión de la oligarquía. Necesitaba defender aquella dirigencia guerrillera su hegemonía de supremacía racial congénita defendiendo aquel patrón de fijación de belleza impuesto por el amo blanco de la conquista…Entonces ¿ah negra cubana?…¡ bailame el trompo en la uña…!

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