Visibilidad sin voz
Desde que tengo memoria me han repetido una frase como si fuera mantra, consejo o condena: “Si trabajas duro, todo se puede”. Lo escuché de maestros, de políticos, de motivadores deYouTube y hasta de jefes con oficina alfombrada. Y claro, suena bonito. Hasta que una empieza a preguntarse: ¿Todo se puede… para quién?
Porque hay un pequeño detalle que casi siempre olvidan mencionar: el esfuerzo no cambia el color de piel. No borra tus rasgos, no alisa tu historia, no te devuelve el privilegio que nunca tuviste. Puedes estudiar, ser puntual, disciplinada, tener tres títulos y hablar dos idiomas, pero si eres negra y naciste en el norte de México, te toca remar más hondo. Y, a veces, con el remo roto.
A mí me ha pasado de todo. He estado en mesas donde se habla de inclusión, pero soy la ...