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jueves, marzo 28

Pero ¿qué demonios es el Feminismo Negro?

Angela Davis

Sobre el feminismo negro hay tal desconocimiento que parece no ser casual. Pero más allá de esto, si que es cierto que necesitamos hacer mucha pedagogía para conseguir ser entendidas, bien entendidas.

El afrofeminismo recibe todo tipo de acusaciones: que somos divisivas, que alentamos un matriarcado que desestabiliza a la comunidad (puro machismo), que somos identitarias (después de que llevan 4 siglos intentando blanquearnos), que retrasamos la lucha feminista creando compartimentos estancos dentro del mismo, que somos agentes de la opresión, etc.

Cuando se bucea un poco en Internet, una se asusta del nivel de malos entendidos, mentiras, bulos y distorsiones que circulan en Facebook, Twitter y en cientos de blogs.

La manipulación del pensamiento feminista negro no es algo nuevo. Muchas pensadoras negras han hablado de esta tergiversación de nuestros conceptos y luchas. Nosotras mismas la vivimos a diario de muchos modos como el silenciamiento, la invisibilización, la subestimación en los medios o la que más usan últimamente,  la banalización de nuestras reivindicaciones reduciéndolo a algo puramente estético.


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No se puede definir el feminismo negro en pocas palabras. La propia circunstancia de las personas negras en el planeta hace que las formas del mismo sean muy diferentes en distintos lugares. La diáspora se extiende por continentes y países muy diferentes, haciendo que las formas de lucha varíen según el contexto, composición, número y situación del colectivo de cada país.

Pero si hay algunos conceptos que son innegociables y que pertenecen al marco común de todas las que se definen como feministas negras:

-Nace desde dentro de la comunidad.  Somos mujeres negras que pertenecemos a una comunidad, heterogénea cierto, pero con una gran sentido de unión cuando se la pone a prueba.

-Nace de la experiencia de la mujer negra y sus opresiones. Se construye desde nuestras vivencias como mujeres negras, no de una imitación del feminismo blanco. La realidad es que las mujeres negras están en el nacimiento de las luchas feministas, pero fueron separadas y apartadas por el racismo de las propias emancipadoras blancas.

-Es para nosotras y por nosotras. Creamos nuestro propio discurso centrado en nuestras opresiones, donde el racismo ocupa un lugar central. No necesitamos padrinos, ni un rincón en vuestra casa.

Este es uno de los puntos que llevan siempre a los malos entendidos. Necesitamos estar en los actos y eventos que tiene la academia actual, es cierto, pero porque es el feminismo dominante quien tiene el poder para realizarlos. Nuestra lucha es dar ese poder al feminismo negro para ser autónomas. Solo desde la autonomía podremos mirar de igual a igual a otras mujeres. Entonces podremos hablar de una verdadera hermanda y compartir objetivos.

Si bien la academia informa gran parte de la teoría moderna sobre el feminismo negro, lo que más importa es el feminismo negro no publicado ni debatido por escrito. El que se practica todos los días. Importa ese feminismo que participa en las luchas para recuperar la realidad de la vida de las mujeres negras desde la periferia en África, Europa y América. Esto desafía todos los conceptos teorizados por la academia.

Entonces, ¿Por qué esa resistencia a entendernos? La mayoría se resiste a la perspectiva de que todo no está hecho para ellxs. Esto es lo que hace el colonialismo, crea un marco mental donde el colonizador es la normalidad.

El feminismo negro ofrece una forma de analizar y entender el mundo. No es mejor que otras, pero si es la nuestra. Si acaba respetándose nuestro pensamiento, estaremos más cerca del final del camino, donde podremos mirarnos sin rencor ni miedo lxs unxs a lxs otrxs.


Marián Cortes Owusu

Educadora. En mis ratos libres redactora en Afroféminas


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