lunes, mayo 12

El Bororó: cuando las mujeres negras hablan, el silencio se rompe


En un país que suele hablar de diversidad pero se incomoda cuando las mujeres negras alzan la voz, cuatro bogotanas con raíces en el Pacífico colombiano han decidido interrumpir el silencio impuesto. Geraldine Jurado, Veranyely Bolaños, Melissa Valencia y Angie Vivas además de un pódcast que ha irrumpido en la comodidad del racismo estructural y el machismo dominante en Colombia.

«El Bororó» es más que un canal de YouTube. Es una declaración colectiva de autonomía y resistencia desde la voz, la experiencia y el pensamiento de mujeres afrocolombianas. En una sociedad donde los micrófonos rara vez nos son cedidos, este proyecto —que acaba de cumplir seis meses— se posiciona como un espacio de denuncia, reflexión, catarsis y reparación simbólica.

Tomar el espacio

No es casualidad que este pódcast haya nacido de una conversación informal entre amigas. Como en tantas casas afrodescendientes, fue entre risas, confesiones y reflexiones íntimas donde surgió la pregunta: ¿y si grabamos esto? Así, sin infraestructura ni financiación, con tiempo robado a sus jornadas laborales, estas mujeres decidieron apostar por sí mismas.

Lo que diferencia a El Bororó de otros proyectos es, precisamente, su raíz política: hablan de sus vidas como mujeres negras en un país que les niega sistemáticamente el acceso a la voz pública. Lo hacen con una mezcla de honestidad, irreverencia y análisis que desafía tanto al patriarcado como al racismo.

Hablar desde lo que duele, pero también desde lo que libera

El pódcast ha abordado temas que muchas veces se consideran «demasiado incómodos» para el mainstream: la violencia del amor interracial, la hipersexualización de los cuerpos negros, la presión para ser madre o no serlo, la apropiación cultural de la estética afro, la soledad de ser negra en Bogotá.

Cada capítulo un ejercicio de reconstrucción del sujeto negro femenino, de puesta en común de dolores históricos, de afectos compartidos, de celebración de lo propio. Cada conversación se vuelve un acto de resistencia frente a la blanquitud normativa que dicta cómo deben verse, hablar o sentir las mujeres.

A pesar de que El Bororó nace desde la especificidad de las mujeres negras, no se encierra en una burbuja. Según sus creadoras, el objetivo no es excluir, sino centrar. Reconocen que la conversación puede y debe ser transversal, pero siempre desde el respeto a las vivencias afro. No nos proponen un diálogo neutro, sino un diálogo desde lo situado, desde lo encarnado, desde lo racializado.



Lo sorprendente, según relatan, ha sido la respuesta de muchos hombres, incluso de aquellos que se sentían inicialmente interpelados por sus afirmaciones. La escucha activa, aunque tímida, ha abierto caminos hacia una conversación más inclusiva y menos superficial.

Un espacio necesario en un país donde ser mujer negra es resistir

El Bororó no existiría si Colombia no fuera un país profundamente racista, y precisamente por eso su existencia es urgente. Como ellas mismas han señalado, la escasez de proyectos liderados por mujeres negras no es casualidad, sino resultado del borramiento sistemático de sus voces en los medios, en la cultura y en la política.

En Colombia, las mujeres negras siguen siendo vistas como cuerpos útiles pero no pensantes, como tradiciones folclóricas pero no como intelectuales, como cuidadoras pero no como líderes. El Bororó rompe con todos esos moldes. Reivindica el derecho a hablar, a ser escuchadas, a poner los temas que importan desde la vivencia negra en el centro del debate público.

El pódcast ha sido una escuela no solo para sus oyentes, sino también para sus creadoras. La autogestión ha implicado aprender edición, producción, distribución, marketing. Pero también ha sido un proceso de crecimiento personal, de fortalecimiento de su propia autoestima y de consolidación de una comunidad de oyentes que se reconocen en sus palabras.

No complacer, ni tampoco likes vacíos. Quieren reflexión colectiva. Por eso, más allá de lo técnico, El Bororó es una propuesta de transformación.

Sueñan con ampliar su impacto, con profesionalizar su trabajo, con conseguir recursos que les permitan crecer sin renunciar a su independencia. Pero sobre todo, aspiran a convertirse en una referencia para otras mujeres negras en Colombia y en América Latina. Que otras niñas negras puedan soñar con tener su propio pódcast, su propia voz, su propia plataforma, sin pedir permiso.

Redacción Afroféminas



Descubre más desde Afroféminas

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Deja un comentario

Descubre más desde Afroféminas

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo

Verificado por MonsterInsights