viernes, diciembre 5

Brasil rumbo a la II Marcha Nacional de Mujeres Negras

Desde sus orígenes, las mujeres negras están en marcha contra todas las violaciones de derechos y contra el racismo en todas sus formas, pues cargan en su esencia una pesada sobrecarga marcada por los prejuicios raciales, sociales y de género, fruto de la herencia colonial y esclavista que, desde el principio, oprimió y violentó a las mujeres negras, despojándolas de su humanidad, dignidad y subjetividad, así como del reconocimiento de su protagonismo político e histórico.

La escritora y antropóloga Lélia Gonzalez afirmaba que “una no nace negra, se vuelve negra”, porque el sistema heteropatriarcal, de origen blanco, racista, machista, LGBTfóbico y capitalista, reafirma cada día que las condiciones de acceso y de oportunidades no son las mismas en nuestra sociedad entre blancos y negros, hombres y mujeres, distintas etnias y territorios. Este ha sido, precisamente, el legado cruel y perverso de casi cuatro siglos de esclavización en Brasil.

En el proceso de una abolición inacabada, como señalaba la exministra de Igualdad Racial y trabajadora social Matilde Ribeiro, la población negra fue abandonada a su suerte, sin reparación racial ni políticas de inclusión, y sin el reconocimiento de su aporte social, económico y cultural en la construcción del país.

Los datos estadísticos confirman el abismo de desigualdad social y racial existente en la sociedad brasileña —en el trabajo, los ingresos, la vivienda, la salud y la educación—. Es una población excluida, ignorada y desprovista de políticas públicas durante décadas, lo que la ha dejado en el limbo de la marginalidad y el abandono. Al analizar los datos por género y raza, la situación se agrava aún más: las mujeres negras son las más afectadas en todos los niveles de exclusión y violencia. Viven cada día el racismo estructural y sexual, el prejuicio y la exclusión de derechos y oportunidades, junto a su invisibilización y las altas tasas de feminicidios.

La filósofa, escritora y activista Sueli Carneiro afirma que las mujeres negras siempre han sido tratadas como sujetos de segunda categoría, privadas de dignidad y respeto, como resultado de las violencias coloniales ejercidas contra mujeres negras e indígenas. Según ella, la violencia sexual colonial es “el cemento de todas las jerarquías de género y raza presentes en la sociedad brasileña”. Este hecho tiene consecuencias reales en la vida de las mujeres negras: la sexualización de sus cuerpos, la violación de sus derechos, la usurpación de su subjetividad y capacidad política, y la reproducción de todas las desigualdades sociales que observamos hoy.

Las mujeres negras representan más del 26% de la población brasileña, pero figuran entre los mayores índices de desigualdad, pobreza y precarización, además de ser las principales víctimas de la violencia y el feminicidio. Para transformar esta realidad, las mujeres negras en Brasil se han levantado, han hecho oír sus voces y han creado proyectos y acciones para reparar estas desigualdades históricas, marchando contra las violencias estructurales y las múltiples caras del racismo.

A lo largo de la historia, desde el violento proceso de esclavización del pueblo negro, las mujeres han asumido roles de liderazgo y protagonismo al frente de organizaciones y movimientos políticos clave, desde el siglo XIX hasta hoy. En los quilombos, figuras como Dandara dos Palmares, Tereza de Benguela, Akotirene y Luiza Mahim fueron lideresas que comandaron la lucha contra el sistema esclavista y las desigualdades raciales.

Nuestra lucha continúa en los espacios comunitarios, en los partidos políticos, en los parlamentos —con nombres como Marielle Franco, Benedita da Silva y Érika Hilton—, en las instituciones —como Luiza Bairros, Matilde Ribeiro, Nilma Lino Gomes y Anielle Franco—, y en la academia —con Carolina de Jesus, Lélia Gonzalez, Beatriz Nascimento, Neusa Santos, Conceição Evaristo, Djamila Ribeiro y muchas otras guerreras anónimas que sostienen la lucha en el campo, en las ciudades, en los quilombos y en las periferias del país.

Somos muchas, diversas y plurales; mujeres incansables en transformar Brasil en un espacio democrático, representativo, igualitario, libre del odio y del fascismo.

La historia de las mujeres negras en Brasil es antigua, colectiva y sigue en marcha. Como decía la doctora en medicina y activista de derechos humanos Jurema Werneck, “Nuestros pasos vienen de lejos”.

En 2015, realizamos la I Marcha de Mujeres Negras, con más de 100 mil mujeres que tomaron las calles de Brasil para marchar contra el racismo, la violencia y por el buen vivir. Diez años después, estamos en proceso de organización para la II Marcha Nacional de Mujeres Negras, bajo el lema “Mujeres negras en marcha por reparación y buen vivir”.

Esta marcha no es solo un acto político: es un movimiento de transformación social. Está organizada en todo el territorio nacional y tiene alcance internacional, con la participación de lideresas afrodescendientes de varios países.

La II Marcha Nacional de Mujeres Negras, que se celebrará el 25 de noviembre de 2025, espera reunir a un millón de mujeres. Cientos de miles de mujeres negras ocuparán Brasilia, llegadas desde todos los rincones de Brasil y del mundo. Como se lee en la página oficial del movimiento:

Estas mujeres se unirán para debatir sobre justicia climática, derechos reproductivos, educación, violencia política de género, igualdad de derechos y democracia.

Para participar, únete a los comités impulsores ya existentes en tu ciudad, estado o región. En Madrid, contamos con el comité de mujeres negras (@comitemmn.madri), creado en mayo de este año con el apoyo del colectivo Maloka, y en Brasil con marchadasmulheresnegras.com.br. Todos hermanados en el mismo propósito: enfrentar las múltiples opresiones derivadas del colonialismo, el patriarcado y el capitalismo.

Recordemos que “las balas que mataron a Marielle son de la misma naturaleza de la violencia, la misoginia y el patriarcado” que intentan silenciarnos e invisibilizarnos todos los días. Pero seremos resistencia, por mí, por nosotras y por las que vendrán.

UBUNTU

Socorro Silva

Doctora en Trabajo Social y Educación, docente de Educación Superior en el IFRN/Brasil, afrofeminista, investigadora, activista de los derechos humanos y columnista de la Revista Matracas y del Colectivo Foque.



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