jueves, noviembre 7

Sueli Carneiro: una intelectual feminista negra que todo el mundo debería conocer


*Texto publicado originalmente en Alas Tensas y republicado por Afroféminas por un acuerdo de colaboración.

Un feminismo negro como movimiento político, según Carneiro, implica afirmar la identidad política de las mujeres negras, como realidades/experiencias específicas del ser mujer tanto en el ámbito del debate teórico sobre género como en el contexto de la lucha antirracista.

Sueli Carneiro Jacoel (São Paulo, junio de 1950) es filósofa, escritora, doctora en Educación por la Universidad de São Paulo y activista antirracista del movimiento negro, uno de los movimientos sociales con más destaque en el contexto brasileño. Es una de las fundadoras del Instituto Geledés – Instituto de la Mujer Negra, creado en 1988.

Entre las innúmeras actuaciones protagonizadas por Sueli Carneiro en el terreno del activismo negro, puede destacarse su participación en una la audiencia pública que el STF (Supremo Tribunal Federal) celebró en 2010 para discutir la constitucionalidad de cuotas raciales en las universidades brasileñas, mayoritariamente ocupadas por personas blancas en un país en que más del 50% de la población se reconoce como negra e indígena.



Puedo afirmar sin temor a equívocos que Sueli Carneiro es una de las principales figuras del feminismo negro brasileño y lationamericano en la actualidad. Uno de sus trabajos cruciales que quiero rescatar en esta ocasión es el artículo “Mulheres em movimento1”, en el que discute una de las urgencias políticas más importantes para el movimiento feminista de Brasil y de la región, referido a la necesidad de “ennegrecer el feminismo”.

Entiendo que esta indicación de Sueli Carneiro implica privilegiar conocimientos producidos por mujeres negras y mujeres racializadas, a fin de pensar proyectos emancipadores, comprometidos con la transformación de situaciones de injusticia social. Implica también una denuncia al modo como el racismo moldeó a ciertas vertientes y corrientes feministas que, pautadas en una construcción de mujer blanca y de clase media, omiten los impactos del racismo en el sistema de género.

«…los logros del movimiento feminista estuvieron durante bastante tiempo marcados por una visión eurocéntrica y universalista de las mujeres que favoreció principalmente a mujeres blancas, cisgénero y de clase social alta»

Cuando analizamos la historia del movimiento feminista constatamos que su contribución (a través de las disímiles reivindicaciones y luchas) ha sido una pieza central en la conquista y garantía de derechos para las mujeres.

Sin embargo, no podemos dejar de reconocer que los logros del movimiento feminista estuvieron durante bastante tiempo marcados por una visión eurocéntrica y universalista de las mujeres que favoreció principalmente a mujeres blancas, cisgénero y de clase social alta. Es justamente en este límite del movimiento feminista que opera la crítica y los aportes del trabajo de Sueli Carneiro.



Una pregunta que pulsa en el seno de las reflexiones de la filósofa es: ¿cómo se conectan diversos regímenes de poder para producir opresiones/privilegios de forma diferenciada? Esta es, sin dudas, una pregunta central para un pensamiento feminista negro.

Este tipo interpelación, que no tendría lugar dentro de regímenes epistémicos occidentales, muestra cómo los saberes feministas negros forman parte de las luchas contra el colonialismo y las luchas contra las desigualdades impuestas por el sistema moderno-colonial.

Sueli Carneiro es certera cuando apunta que existe una insuficiencia teórica y práctica para comprender las diferentes situaciones de las mujeres en contextos multirraciales. Esa singularidad que es propia del contexto latinoamericano exige una reelaboración de políticas feministas que contemplen esa diversidad.

Ennegrecer el feminismo nos habla de la importancia de discutir la blanquitud presente en el feminismo que acaba siendo un aliado de dinámicas de poder (cuando el vector racial es omitido de los debates).

Por otro lado, asumir este ennegrecer implica renunciar al blindaje defensivo que muchas veces es colocado por feministas blancas cuando, delante de esta reivindicación reaccionan diciendo “ay pero ustedes quieren dividir al movimiento feminista”; invirtiendo así las cosas y distorsionando el racismo velado del que el proprio movimiento feminista no se ha escapado.

Un feminismo negro como movimiento político, según la autora, implica afirmar la identidad política de las mujeres negras, como realidades/experiencias específicas del ser mujer tanto en el ámbito del debate teórico sobre género como en el contexto de la lucha antirracista. Ello puede servir de inspiración para que continuemos concibiendo políticas feministas cada vez más abarcadoras, donde otros ejes de privilegio/opresión sean considerados, para que todas las personas quepan en los proyectos de emancipación que soñamos.

  1. CARNEIRO, Sueli. Mulheres em movimento. Estudos Avaçados, v. 17, n. 49, 2003, p.117- 132. Disponible en: https://www.scielo.br/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0103- 40142003000300008. ↩︎

Yarlenis M. Malfrán

Psicóloga por la Universidad de Oriente, Cuba. Máster en Intervención Comunitaria (CENESEX). Doctora en Ciencias Humanas (Universidad Federal de Santa Catarina). Investigadora de Post Doctorado vinculada a la Universidad de São Paulo, Brasil. Feminista, con experiencia en varias organizaciones y movimientos sociales.


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