A lo largo de mi vida han sido muchas las conferencias y talleres que he tenido que dictar sobre autoestima e inteligencia emocional para grupos afrodiaspóricos. La mayoría de esas instancias van dirigidas a grupos de estudiantes entre las edades de 5 a 16 años que anhelan con fervor identificar hombres y mujeres afrodescendientes a quienes admirar y con quienes identificarse. Mujeres y hombres que desde la negritud hayan aportado a su país, a sus comunidades, al mundo entero. Algo así como una validación para asegurarnos de que las negras y los negros han tenido, tienen y tendrán valor, contrario a la creencia blanca patriarcal hegemónica. Y la palabra valor como sinónimo de valía y de valentía. Como apreciación y como bravura, ambas acepciones.
También he ofrecido charlas de este tipo a grupos más adultos, digamos a los mayores de 18 hasta los 100 años. Con ellos utilizo la misma ideología de la negritud como valor, pero con distinta técnica léxica, es decir, distinto vocabulario. A ellos les puedo dirigir una terminología más categórica, más directa, más atrevida, más transgresora. Utilizo, por ejemplo, las letras de las canciones del grupo de hip hop afrocubano, las Krudas Cubensi. El trabajo de sus vocalistas es un extraordinario ejemplo a seguir. Tanto su música, como sus interpretaciones, la puesta en escena de su acto de afrovisibilidad y su feminismo decolonial, se convierten en una gran lección de vida.
Tomemos como ejemplo este poema, que es a la vez, una de sus canciones que más disfruto. Se titula “Oye se busca”. Desde el inicio, la metáfora de la búsqueda puede ser aplicada a dos escenarios: el deseo de encontrar a «una negra como esta», ya sea por el significado de querer encontrar a una fémina con esas características para emularla, o al acto de ofrecer una recompensa cuando se persigue a unx sujetx peligrosx. En él se cantan estos versos:
“Odaymara Cuesta aka pasa Kruda 165 libras de negrura
tatuajes en ambos brazos
mohawk pasú, piel negra zulú.”
Desde que empezamos a escuchar, se establece una cantidad de masa en libras que equivale a “negrura”, a cuánto de negritud hay en el personaje/sujeto de la lírica. A todas luces este sujeto no es flaco, no es delgado, por lo tanto hay un exaltamiento que va en contra de los estándares de belleza que dictan la esbeltez y la flaquencia. Estamos hablando de una mujer gorda, con carnes, y que cada vez más necesitamos visibilizar en nuestra juventud. Una mujer que refleje otras cualidades que vayan más allá de su peso o de lo flaca que esté.
Este inicio o intro también deja claro que el personaje/sujeto tiene tatuajes y que su ascendencia genealógica lo localiza proveniente de una de las más eminentes etnias africanas: la zulu. Se nos habla de su cabello con textura pasú. Todos estos son elementos que permiten la apertura al diálogo sobre una cultura afrodescendiente cada vez más medular y pertinente.
El coro de la canción nos indica: “¡Oye, se busca una negra como esta! Oye, se busca pa’ empezar la fiesta. Que sea libre, cabrona, cimarrona…” Entonces, muy pronto nos encontramos con que el mensaje se convierte en conseguir mujeres que abiertamente se identifiquen con orgullo como “negras” y que además sean rebeldes, por ello el adjetivo “cimarrona”. Tan rebeldes, tan atrevidas, tan osadas que también sean dignas de ser llamadas “cabronas”. Recordemos que el diccionario define la palabra “cabrona” de esta manera: adj. coloq. Cuba y Méx.: Dicho de una persona: Experimentada y astuta. Así que en este caso, una negra cabrona es una negra astuta, experimentada, sabia, que conoce. Y hacia eso se dirige “la búsqueda”.
Más adelante, la lírica amplía lo que es necesario en la Negra (sujeto/personaje de la canción) que se busca: “me buscan por peleona/ por celebrar con yerba mora / por ser feliz, risueña y strona/ me buscan por revoltona, rapera, activista, amazona / me achacan peligro porque soy contagiosa /to’ el que me ve me escucha, se torna otra cosa. / Oye me buscan por grandiosa, por inconforme, / porque no voy a irme, ni a rendirme, ni a callarme, / ellos lo saben y me buscan, me buscan, me buscan / y no van a encontrarme.”
Si hasta el momento la letra parece transgredir, más adelante da un paso más allá en la travesía del atrevimiento, cuando de esta Negra (sujeto/personaje de la canción) se dice: “Me buscan por representar a Cuba, por ser Kruda/ por ser yoruba, por ser bruja”… Y nos damos cuenta que incluye más allá de la infracción geográfica, la trasgresión de fe al hablar sobre la creencia yoruba, es decir, la religión de orishas cubana que todavía al día de hoy es un tabú mencionarla y que en el Caribe es sinónimo de negritud. La Negra (sujeto/personaje de la canción) se canta incluso “sacerdotisa” de esta liturgia cuando de modo abierto y directo dice ser “bruja”.
Los siguientes versos trabajan directamente con la gran valía y la alta estima que posee el sujeto afrodescendiente de estos versos, cuando dice: “Oye, me buscan por única en mi especie,/ por ser lumbrera, amiga, amante tortillera, transgresora /boca dura, estilo, destreza se confiesa, de buena energía posesa /me buscan por ser esa la realness, negrura realeza, love for natureza, / me buscan porque esta negra siempre, siempre está puesta.”
Imposible dejar pasar la referencia a la inclusión del respeto a las sexualidades disidentes del colectivo LGBTQ, en el momento en que esa Negras digna de admirar, se autoproclama “amante tortillera”. Ser “tortillera” en muchos lugares de habla hispana en el mundo, es ser considerada mujer gay, mujer homosexual, es decir, lesbiana. Y este personaje de la lírica tiene tanto valor, es tan valerosa, que no teme decirlo a los cuatro vientos.
Finalmente, para cumplir el ciclo del ejercicio de identificación de alta autoestima, y gran inteligencia emocional, la canción concluye con contundencia: “Krudas: una negra como esta, campeona. ¡Campeona!”
Recomiendo leer este artículo:
Krudas Cubensis: mujeres del Hip Hop
https://www.cubanet.org/articulos/krudas-cubensis-mujeres-del-hip-hop/
Invito a escuchar la canción en este enlace:
Oye se busca una negra como esta
https://soundcloud.com/krudas-cubensi/oye-se-busca
Yolanda Arroyo Pizarro es escritora puertorriqueña. Ha publicado libros que denuncian y visibilizan apasionados enfoques que promueven la discusión de la afroidentidad y la sexodiversidad. Su libro de cuentos Las negras, ganador del Premio Nacional de Cuento PEN Club de Puerto Rico en 2013, explora los límites del devenir de personajes femeninos en época esclavista, quienes desafían las jerarquías de poder. La autora ha ganado también el Premio del Instituto de Cultura Puertorriqueña en 2012 y el Premio Nacional del Instituto de Literatura Puertorriqueña en 2008. Su más reciente obra se titula “Yo, Makandal, poemas”. Editorial Boreales. 2017. Más textos de Yolanda para Afroféminas: https://afrofeminas.com/?s=Yolanda+Arroyo+Pizarro
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Me encantó! No las conocía y ahora no puedo parar de escucharlas. Super interesante propuesta.
Gracias!