Hay personas que nacen para contarnos cosas o para hacer que nos preguntemos sobre nosotros mismos y lo que nos rodea. A esas personas las llamamos de muchas formas: filósofos, escritores, dramaturgos, actores, cantantes, músicos o como a Georgina Marcelino, artista.
Georgina se dedica a una de esas ramas de las artes visuales más difíciles de encasillar, y a su vez (y quizás debido a ello) difíciles de comercializar, el performance.
Ella es dominicana, ha participado en numerosos festivales y muestras de arte en España, México, Cuba y República Dominicana. Es Doctora en Publicidad y Relaciones Públicas, Ph.D. Actualmente vive y trabaja en España desarrollando proyectos creativos y artísticos, a la par que realiza investigaciones sobre comunicación, gestión cultural y nuevos medios.
Hemos hablado con ella de su trabajo y vida en España y sobre el machismo y el racismo en el mundo del arte.
-Estudiaste bellas artes y publicidad en Santo domingo. ¿Tenías claro que no se podía vivir del arte?
Bueno, en mi caso particular nunca he pretendido vivir exclusivamente del arte. Realicé la carrera de Publicidad en paralelo a mis estudios de Bellas Artes y es en torno a la publicidad y a la comunicación que he desarrollado gran parte de mis experiencias laborales, por supuesto buscando siempre vínculos con la creatividad.
No me atrevería a decir que es imposible vivir del arte, varios compañeros se sustentan exclusivamente del arte, no es un tema de vivir o sobrevivir, lo que pasa es que por lo general se decide a expensas de renunciar a cosas que quienes se dedican a otras áreas no tienen que renunciar y menos por defecto.
Por mera coherencia, cualquier persona que se dedique en cuerpo y alma a algo, que lo haga bien y que incluso llegue al punto de cambiar la vida de las personas con su trabajo debería como mínimo poder vivir de ello.
-Mujer, negra, emigrante en España, artista conceptual…. ¿ha sido complicado?
Cada uno de los puntos que citas trae una serie de implicaciones diferentes. Una mujer negra siempre lo tendrá complicado en España aun siendo española y ser extranjero arrastra consigo una serie de prejuicios según de donde provengas.
Toma en cuenta que la gente tiene ideas muy arraigadas de lo que es negro, latino, inmigrante… y súmale el hecho que a la gente desea tener la razón, nadie quiere descubrir que sus prejuicios son estúpidos, al contrario esperan que hagas cosas para reafirmárselos. Todo eso nos coloca en una situación dura porque cada cosa negativa que pueda surgir de tus actos se asociará a todo el colectivo y cada positiva se justificará para quitarte mérito.
En mi caso he sufrido mucha discriminación indirecta, los prejuicios son muy poderosos en este país sobre todo cuando tratas de abrirte hueco en espacios tradicionales. El problema de España no es que la gente vaya a dejar de convivir contigo por ser negra, es que la idea de mujer negra es muy concreta y encasillada; yo por ejemplo tengo un Doctorado, sin embargo, hay una gran parte de esta sociedad que aún no está preparada para asumir que estés dictando una cátedra (de temas no raciales) en la universidad, por cuanto, está muy bien que le sirvas el café en el restaurante o le limpies la casa pero otra cosa ya te expone al escrutinio, porque lo que a un español medio le basta con decirse capaz tú lo tienes que demostrar.
En cuanto al arte, no he tenido el placer de compartir con mujeres artistas/performers negras aquí en España, ojalá pueda conocer a alguna a raíz de esta entrevista. De mi propia experiencia te puedo decir que en el “mundillo” del arte de acción no he sufrido discriminación de ningún tipo, no recuerdo una actividad en la que no me haya sentido acogida y eso que es un ambiente en el que las mujeres negras no somos un perfil común. He vivido mayor discriminación en ámbitos cotidianos que en mis presentaciones como artista.
Mi mayor cambio de trabajo ha sido adaptar la temática; en Latinoamérica el tema racial, por ponerte un ejemplo, es un tema clave pero distinto, se vincula al reconocimiento de la propia identidad como afrodescendientes, aquí sin embargo te enfrentas a que a la gente se le ha enseñado que el racismo es un problema ajeno y esta enseñanza debe ser des-normalizada porque la sociedad la construimos entre todos y tú tienes parte de la responsabilidad cuando recibes encantado tus privilegios o ves la injusticia y volteas la cara.
–Trabajas el «Arte de acción» o performance. ¿Por qué elegiste este camino en el mundo del arte? defínete como artista.
Yo empecé con la pintura desde muy joven y en mi último año de bellas artes descubrí la performance. Tuve un acercamiento con Soucy de Pellerano, maestra y una de las artistas más importantes de República Dominicana, a la par que nos reuníamos varios estudiantes de termino a experimentar con acciones. Por mi parte intentaba anotarme a talleres y seminarios que hablaran de otras formas de expresión. Creo que esta época fue un gran punto de inflexión al descubrir que la expresión artística podía tomar muchas otras formas fuera de la academia.
Empecé a descubrir lo interesante que era tocar distintos palos dentro del arte visual y como la búsqueda y la experimentación mejora tu proceso. El arte de acción se adapta a esto de maravilla porque te da mucha libertad para combinar medios y expresiones, además aporta una interacción directa con el espectador que amplía las posibilidades de la obra.
Personalmente me gusta experimentar y compartir los procesos, la performance es una maravillosa manera de canalizar todo esto.
-En tu trabajo ¿en qué medida expresas tu propia experiencia?
En gran medida aunque no exclusivamente. Confieso que soy muy de criticar y exponer situaciones injustas sobre todo en lo que se refiere a problemáticas sociales y de discriminación, pero también he trabajado con visiones muy humanas y personales, experiencias en primera persona que parten de conflictos míos o ajenos. Me gusta que sea el ojo que mira el que descubra y decida si se siente identificado independientemente de mis porqués, así que cuando la base es una experiencia propia prefiero no decirlo.
-Un eje fundamental en tu trabajo parece ser la crítica. ¿Crees que el arte es una buena herramienta de reflexión?
Por supuesto, el arte tiene una capacidad especial para llamar la atención sobre hechos que están ahí y pasamos por alto, y funciona porque casi siempre apela a la propia sensibilidad para empatizar y si algo necesita el mundo ahora mismo es empatía.
-Podrías resumirnos los pasos que llevan a la creación y realización de una de tus acciones artísticas
A día de hoy sería complicado definirte unos pasos cerrados, considero que cada uno de mis trabajos ha nacido de un proceso diferente y una necesidad distinta. Mientras unas ideas han surgido de una investigación amplia y largo tiempo de análisis otras han salido de un fuerte deseo personal de contar o denunciar algo o incluso de jornadas de trabajo colectivo. Considero que aún me encuentro en plena evolución y mi proceso creativo está creciendo.
-¿Hay machismo en el mundo del arte?
El machismo está por todas partes, lo que pasa es que en mi opinión cometemos el error de identificar como machismo únicamente a actitudes extremas cuando en realidad está presente en acciones incluso muy sutiles. El mundo del arte no está exento, pero es que ahora mismo ningún ámbito lo está.
-¿Y racismo?
Si, yo lo noto por ejemplo, en la idea de que por ser negra solo vas a abarcar ciertas temáticas. He hecho cosas que versan sobre el racismo o la discriminación, pero también he hecho cosas que llaman la atención sobre otros temas que me preocupan y que no tienen nada que ver. Una forma de racismo podría ser ese afán de vincular constantemente el creador a sus orígenes étnicos, que en principio es muy bonito y a veces necesario pero no siempre es lo que te va a interesar contar como artista. Aunque también entiendo que hagas lo que hagas representas a tus semejantes y en determinado momento se puede aprovechar precisamente para cambiar ideas infundadas.
-¿Crees que las mujeres negras artistas están suficientemente representadas en el mundo de la cultura?
No. Va a sonar tajante pero, las mujeres negras no estamos bien representada prácticamente en ningún sitio.
Las ideas preestablecidas sobre nosotras y a que cosas podemos o no dedicarnos nos han restado muchas oportunidades en el pasado y lo siguen haciendo en el presente. La representación de la mujer afrodescendiente culturalmente hablando y no solo en artes plásticas, cine, literatura… está limitadísima a roles de cuidadora u objeto sexual y eso hablando de la creación, como creadora es incluso peor, cada creadora negra tiene que volver a vencer una batalla particular para que su trabajo vea la luz. Y me duele solo ponerme a pensar las creaciones de valor que se han perdido por el camino.
-Qué crees que falta en el mundo del arte
Más oportunidades y una legislación adaptada a los creadores. La importancia del arte a nivel social es demasiado grande como para que se tenga tan descuidado en ciertos aspectos. Además, hay demasiado cosas interesantes pasando desapercibidas por presentarse en ambientes underground, pero es que sin los espacios alternativos seria todavía peor.
-¿Qué otros proyectos tienes entre manos?
Ahora mismo tres proyectos de creación; uno de ellos llamado “Diario Común” del cual expuse una parte en 2015 y me gustaría ampliarlo más este año, los otros dos están en proceso.
Gracias por tu tiempo, esperamos disfrutar de tu trabajo muy pronto.
Afroféminas
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