Allí están ellas, hermosas, sobre un fondo salpicado de rojo, amarillo, azul… Colores primarios para un sentimiento que también lo es: el de pertenencia y que aparece, a veces, tras autonegaciones, a veces, como consecuencia de haber sido negadas.
Montserrat Anguiano, artista catalana, ecuatoguineana, afrofeminísima, vuelca su búsqueda identitaria perenne, su orfandad de referentes, su soledad negra en un lienzo y lo pinta y lo llena de belleza, de sentimiento y de encuentros, consigo misma y entre nosotras.
Un placer ver su obra, reconocerme y reconoceros en ella. Un placer, también, leerla.
Lucía Mbomío. «Amigos, hermanos, es una llamada de atención a aquellos que desconocen a la mujer negra, africana o de allí donde proceda. Dar visibilidad a las olvidadas… » Eso es lo que pone en tu descripción de instagram, ¿por qué?
Montserrat Anguiano. Bien, es necesario, puramente obligatorio llamar la atención a Occidente. Es un must have que me siento con la responsabilidad de anunciar, de plasmar, realidades que nos son adversas. Captarlas, capturarlas y mostrar a nuestras mujeres.
Luego, tú le pusiste color y forma a las palabras . Descríbenos tu obra.
Mi obra es primaria, es denuncia y es compromiso con el pueblo negro, con esas féminas que parecen hallarse olvidadas. Son colores vivos, expresividad a través de la forma, dibujo y color. Inicié con azul, rojo, amarillo y negro. Colores primarios, pues trabajo desde la raíz y el origen. Actualmente, estoy evolucionando hacía tonos que reflejan nuestra tierra de origen.
¿Cuándo empezaste a pintar?
Realmente pinto desde siempre, es mi forma de expresar realidades contemporáneas. Recogiendo así mis emociones, y evolucionando con ese nuestro mundo. Pero desde 2001 que tengo un compromiso con la mujer, de donde quiera que fuere. Capto bellezas anodinas, bellezas barrocas, con poder.
En 2015 se cruzó en mi camino el sentimiento de negritud, necesitaba contar historias de nuestras mujeres, afrodescendientes. Es un pacto de sangre con nuestra comunidad.
¿Cuándo se convirtió en algo que traspasó el desahogo creativo privado?
A raíz de circunstancias personales, la pintura se convirtió en algo terapéutico, esto, actualmente, se ha profesionalizado. No solo es un impulso para sanar, curar heridas, es creatividad. Va a ser motor para crear un legado, mi legado. Quiero que otras mujeres puedan, como yo, encontrar una salida a reafirmar su identidad.
¿Siempre has pintado mujeres negras? ¿Qué provocó que empezaras a hacerlo?
Son mi inspiración, mi reto, mi constancia, mi esperanza. Son espejos en los que reflejarme. En un principio no opté por hacer referencia a la mujer afrodescendiente, pero hace ya un tiempo que sentí que es lo que debía hacer, hacia donde quería enfocar mi trabajo.
Lo que más me gusta de tu obra es que tus protagonistas son muy diversas, muestras un espectro amplio de aquello que normalmente, aquí, se representa de una sola forma. ¿Quiénes te inspiran?
Me inspiran cada una de las mujeres que voy encontrándome en mi vida, mujeres que con sus miradas te narran historias, sentimientos, te cuentan verdad. Profundizo en sus ojos, miradas, y robo estados, gestos…Me inspiran grandes mujeres también, exitosas, emprendedoras, trabajadoras, cultas, sabias. Como la honorable Bisila Bokoko, actualmente mi mentora, también pienso en Shirley Cambell, brillante poetisa. Y como no, Lucía, me inspiro en ti, pues eres referente para nuestra juventud, para nuestras niñas, para todas. Me inspira la ambición por el cambio y bienestar.
¿Qué dice la gente que ve tus cuadros?
Poco a poco, sin prisas pero con efectividad, la gente reconoce mi arte, pues es característico. Reconocen mi marca, mi sello, mi identidad, y lograr eso, es estupendo y gratificante.
¿Qué sentiste tú la primera vez que viste tus cuadros juntos?
Sentí gran emoción, bebí del néctar del triunfo . Como un coloso en llamas, pasión y pura felicidad. También me sentí agradecida.
¿Faltan mujeres negras pintoras, mujeres negras pintadas o cobertura para que se conozcan?
Necesitamos mayor cobertura para que se conozcan. En general la mujer negra no está vinculada con el mundo del arte, existen, pero no se dan a conocer, no se reivindica ese talento, ese don. No se han profesionalizado, insisto y reitero, necesitamos más arte, y reconocimiento a niveles globales.
¿Y, en tu vida, han faltado mujeres negras en tu infancia? ¿Y ahora? ¿En qué se ha traducido esas ausencia y/o presencias?
Bien, comentarte que soy una mujer adoptada, de nacimiento, mi entorno ha sido blanco. He sido y soy muy feliz, aunque mi primera ausencia vital fue mi madre, encajar un temprano abandono, no es grato, no es fácil. A lo largo de los años surgen preguntas, cuestiones, aflora el dolor. Consciente de mi situación empecé a buscar referentes, referentes con las que me sentía identificada o pretendía ser como ellas. Inspiración. Es cuando abracé mi negritud. Me sentía plena por conocer otras mujeres como yo, profesionales, activistas, con implicación por nuestra causa.
¿Cómo has suplido esas ausencias? ¿Cuánto importa crecer con espejos en los que mirarse a nivel cultural e, incluso, estético?
Moviéndome, sin parar, implicándome en los ambientes desconocidos, conociendo y creando lazos con otras mujeres como yo. Estudiando nuestra historia, llenando mis vacíos de espiritualidad. Crecer con espejos lo encuentro básico para realizarnos como mujeres negras. Cada una de las mujeres negras de mi presente han ido formándome a mí como persona y fémina consciente y responsable, pudiéndome así, mirar en su espejo.
Ahora, eres madre, ¿cómo pintas el mundo a tu hija para que a ella no le falten referentes?
Me gusta pasar a la acción, más que la palabra, huyendo de conformismos. Acompaño a mi hija, que ya casi es una mujer, a conferencias, a talleres, debates, para que se pueda empapar de conocimientos y referentes. Por suerte, esta generación puede hallar un gran abanico de ejemplos, pueden sentirse orgullosos de ser negros y poderse identificar con otros semejantes.
¿Dónde podremos ver tu obra?
Bien, he realizado varias exposiciones desde 2004, en espacios relevantes, en Barcelona, Madrid y la última en Guinea Ecuatorial, volviendo así a mis raíces. Puede reencontrarme con mi origen. También, a lo largo de esta año tengo previstas varias, y como no, os iré informando.
Lucía Mbomío
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[…] Desde la última vez que hablamos no has parado, sin embargo, las mujeres negras continúan ocupando un espacio muy importante en tu obra, ¿por qué? […]