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martes, marzo 19

Interseccionalidad. Asignatura pendiente del feminismo en España

Interseccionalidad. Asignatura pendiente del feminismo en España

Actualmente en España, estamos viviendo uno de los momentos más poderosos para el movimiento feminista. Las mujeres nos levantamos por nuestros derechos, conversaciones sobre el feminismo se generan diariamente en la familia, organizaciones, reuniones, empresas y redes sociales. Un futuro igualitario se vislumbra y el proceso parece imparable.

Sin embargo, es duro pensar en qué aunque como mujer este dispuesta a alzar la voz por todas mis hermanas, y qué, aunque pueda sentirme identificada con la revolución feminista, en España esta revolución no se identifique conmigo. No como una más.

¿Y por qué siento que el movimiento feminista en España no me toma en cuenta? Porque pasa por alto otras intersecciones, realidades que afectan a algunas de nosotras más allá de la cuestión de género: la raza, por ejemplo.

Si bien es cierto que la invisibilización del racismo no es un asunto exclusivo de España, es intrigante que esto suceda en un país con una importante historia migratoria y una considerable población autóctona no-blanca.

El Oxford English Dictionary (la RAE, ni caso) define la interseccionalidad como “La naturaleza interconectada de categorizaciones sociales como la raza, la clase y el género”, considerando además, que estas intersecciones crean sistemas de discriminación o desventaja superpuestos e interdependientes.

La problemática del racismo en España, nos coloca a las mujeres sensibles de sufrirlo en una posición de opresión muy concreta, pues, vivir también a expensas del racismo añade nuevas situaciones que van mas allá de las que se pueden dar solamente por el hecho de ser mujer. En España, ser una persona sensible de sufrir racismo significa ser considerada automáticamente como una ciudadana de segunda clase, y no siempre importará si eres nativa o migrante. Aunque los privilegios (o el no tenerlos) oscilan entre diversas opresiones intersectadas; sexo-afectivas, clase, género… etc.; el racismo es una de los más problemáticas, precisamente, porque España invisibiliza y niega reiteradamente la cuestión.

En 2017, el movimiento feminista español, alzaba potentemente la voz frente a “La Manada”, acerca del mediático caso sobre la joven de 18 años que fue abusada por cinco hombres en la celebración de sanfermines. Mientras la justicia española y varios medios de comunicación cuestionaban a la víctima, miles de mujeres salíamos a las calles de España en un movimiento de denuncia histórica contra los abusos sexuales y la violencia de género. Pero, a principios de 2018, cuando se reveló que más de 300 trabajadoras marroquíes de la fresa fueron abusadas sistemáticamente en los campos de Huelva, no se percibió el mismo trato por parte de la comunidad feminista. Las manifestaciones en protesta no fueron multitudinarias, la indignación colectiva no fue igual de ponderosa que con la joven víctima de La Manada. Entonces, nos quedamos solas luchando por nuestras hermanas temporeras, y eso, que eran 300.

Otro ejemplo interesante de lo frecuente que quedamos fuera de la conversación en temas de feminismo, es la conferencia «Feminismo y Hegemonía» de la Universidad Complutense de Madrid. En el cartel promocional de dicha conferencia se usó una imagen blanqueada de Angela Davis. Y pasaba todavía más: no hay una sola mujer racializada en el panel de ponentes, y mucho menos una mujer negra, ni siquiera se consideraron textos de autores no-blancos para la discusión. Entonces, ¿Por qué usar precisamente una imagen de Angela Davis en este póster?

Afiche-whitewashing-Angela-davis

Sí, el feminismo español olvida con frecuencia la interseccionalidad. Cuando activistas que sufrimos el racismo, cuando las mujeres negras, como yo, tenemos que compartir espacios con feministas blancas, encontramos afirmaciones que continúan perpetuando el racismo e invisibilizando las opresiones derivadas de este. Se escuchan expresiones como: «todas somos iguales», “todas estamos en la misma lucha «, pero, esto no es cierto, no es la misma lucha.

Insistir en que deberíamos aceptar que la lucha es la misma para todas es repetir los patrones de racismo social, perpetuando el modelo de «integración». Integración es homogenización, y homogenización es invisibilización.

Lo bueno, es que poco a poco se abren más espacios en el feminismo español para hablar sobre las opresiones que sufrimos todas las mujeres y cómo se interseccionan entre ellas. Además, las activistas negras en España estamos prestando especial atención a la forma en que participamos en espacios mixtos. Algunas cosas que estamos haciendo:

• Aceptar la participación solo en eventos en los que tenemos total libertad para contar nuestras experiencias, con nuestra propia voz y sin guiones.

• Reportar eventos feministas en los que se habla teóricamente de “otros feminismos” sin la participación de ponentes no-blancas: negras, latinoamericanas, gitanas, musulmanas, etc.

• Negar la cultura de cumplir “cuotas de imagen” en los eventos. Al mismo tiempo, asimilar que yo como mujer afrolatina, por ejemplo, no seré necesariamente experta en las realidades de todas las mujeres negras o de todas las mujeres latinoamericanas.

• También, estamos respetando el espacio de las mujeres LGTBI a las que además se les intersecciona el tema de la raza, y especialmente de nuestras hermanas Trans, teniendo en cuenta sus intereses particulares.

Pero sobre todo, estamos trabajando en aprender, descubrir, escuchar y racionalizar nuestros propios privilegios, estamos trabajando en ocupar nuestro propio espacio. No permitiendo que otros nos silencien con lemas basados en la lucha única, dejar en claro que, aunque todas somos mujeres, no todas las mujeres somos iguales.

Publicado originalmente en la revista The Uninvited Women Journal 1st Edition, bajo el titulo Intersectionality and Race: Pending Subjects in Spanish Feminism. Noviembre, 2018. Enlace al original: https://www.intersectionalffp.org/first-edition

 

 

Georgina MarcelinoGeorgina Marcelino

Artista Visual, Publicista, y Activista.

Doctora en Publicidad (Ph.D); Comunicación cultural y nuevos medios.

@Georginamarce

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