Nunca hablamos de hombres o ropa. Siempre fue Marx , Lenin y la revolución: verdadera cháchara de chicas.
– Nina Simone
El comentario de Nina Simone sobre no hablar de moda, sino de «Marx, Lenin y la revolución», ofrece una visión de la vida política cotidiana de Simone, más allá de su historia más conocida como activista de los derechos civiles y artista musical. Esta «charla de chicas» tuvo lugar con su amiga y dramaturga Lorraine Hansberry, una conversación entre dos mujeres negras que, como dice Simone, no versaba sobre hombres o ropa, sino sobre el trabajo creativo que estaban produciendo y cómo veían su papel en la liberación de su comunidad.
Haciendo referencia a la obra autobiográfica de Hansberry, Young, Gifted and Black, Simone escribió más tarde una canción con el mismo título en homenaje a su amiga y camarada, después de que Hansberry muriera de cáncer de páncreas a la trágica edad de 34 años. Esta amistad y camaradería demuestra que las conversaciones políticas íntimas entre mujeres negras tienen el poder de inspirar. Tienen lugar lejos de la mirada de los hombres, lejos de los blancos; pueden ser lugares de respiro en los que uno puede reenergizarse y volver a unirse al movimiento más amplio que a menudo margina y borra las ideas políticas de las mujeres negras.
Decir que Nina Simone ha sido «borrada» sería absurdo. Es una de las músicas más célebres del siglo XX. No es necesario escribir otro artículo, biografía o análisis de sus canciones políticas. Pero en el aniversario de su muerte, podemos analizar cómo se cuenta la historia de la vida política de Simone, y quién la cuenta; lo que deciden incluir, y lo que de hecho «borran».
A menudo se habla de Nina Simone como una activista de los derechos civiles, y lo fue. Pero el Movimiento por los derechos civiles englobaba muchos puntos de vista políticos diferentes sobre cómo debía ser la liberación. Algunos, como la NAACP, querían reformas liberales que fueron criticadas por ser sólo beneficiosas para la clase media afroamericana. Los nacionalistas negros buscaban la independencia económica y un nuevo estado negro separado de la América blanca racista, aunque no estaba claro cómo sería ese nuevo estado más allá de una versión negra del capitalismo. Por ello, no todos los activistas de los derechos civiles hacían referencia a Marx o Lenin como ejemplo de las conversaciones que mantenían con sus amigos.
Para una mujer de feroz inteligencia, talento y brillantez, que sabía exactamente cómo quería ser escuchada a través de su música e interpretación, podemos tomar esto como una declaración de intenciones más que como un comentario pasajero. Nina Simone nos decía que era una comunista, una camarada, una revolucionaria.
A veces, las artistas negras, y especialmente las músicas, que demuestran alguna forma de política de izquierdas son desradicalizadas en versiones más seguras que hacen que los oyentes blancos se sientan más cómodos, como cantaba con humor el músico folk comunista blanco Phil Ochs en su himno «Love Me I’m a Liberal». Los blancos liberales pueden ir a las manifestaciones por los derechos civiles, canta Ochs, «pero no hablen de revolución, eso es ir demasiado lejos».
Simone quería ir tan lejos. Escrita en respuesta al atentado contra la iglesia baptista de la calle 16 en septiembre de 1963 – un ataque terrorista de la supremacía blanca que mató a cuatro jóvenes negras de entre 11 y 14 años – Simone canta en «Mississippi Goddamn»:
Intentan decir que es un complot comunista
Todo lo que quiero es igualdad
Para mi hermana, mi hermano, mi gente y para mí.
Esto podría interpretarse como una respuesta al «miedo rojo» de McCarthy, en el que cualquier discurso sobre la igualdad se confundía con el comunismo y el sentimiento «antiamericano». Pero cuando se lee a la luz de su «charla de chicas» con Hansberry y de la política de su círculo social, que incluía a James Baldwin, Stokely Carmicheal y Langston Hughes – todos ellos activistas comprometidos con el socialismo- estas letras son una declaración política. Simone se ubica en la izquierda porque la considera el único camino hacia la verdadera igualdad; las reformas «lentas» que apaciguan un estado racista no son una opción.
También vemos reflejos de una política internacionalista en «Backlash Blues», cuya letra está tomada de un poema escrito para Simone por Langston Hughes:
Pero el mundo es grande
Grande, brillante y redondo
Y está lleno de gente como yo
que son negros, amarillos, beige y marrones.
Este poema, uno de los últimos que escribió Hughes, reflexiona sobre Vietnam y sobre el envío de hombres afroamericanos a luchar en una guerra imperialista, mientras son tratados como ciudadanos de segunda clase en «casa». Simone le dice al oyente que ella y otros grupos racializados, que son oprimidos por las muchas encarnaciones del «Mr Backlash», son, de hecho, la mayoría en el mundo, una declaración que refleja un momento político en el que organizaciones como el Partido de las Panteras Negras buscaban construir coaliciones internacionales con otras personas de todo el mundo que sufrían los efectos del imperialismo estadounidense.
La historia política de la izquierda negra estadounidense es importante para contextualizar y comprender la obra de Simone, pero quiero volver a la «charla de chicas» entre Simone y Hansberry. Para mí, como mujer negra, socialista, feminista y música, la política de estas conversaciones privadas e íntimas entre mujeres negras radicales aparece en la música de Simone. Por ejemplo, «Four Women». La canción, que a menudo se considera un himno feminista, describe los roles y estereotipos de clase y de género impuestos a las mujeres negras: la «mami», la «mulata trágica», la trabajadora sexual y la mujer negra enfadada.
Para mí, la canción va más allá de un análisis simplista de la esclavitud y del efecto de su legado en las mujeres negras de hoy. Más bien me imagino a Hansberry y a Simone hablando de sus propias vidas y de las vidas de otras mujeres negras utilizando un análisis marxista que abarca la raza, el género y la clase; hablando de cómo el racismo y el capitalismo crearon las vidas de las mujeres de la canción, Aunt Sarah, Saffronia, Sweet Thing y Peaches; las vidas de las mujeres negras que se encuentran constantemente teniendo que luchar, sobrevivir y resistir.
No puede hacerse justicia a la vida política de Nina Simone en un breve artículo. Fue una artista que llevó el mensaje de libertad, igualdad, justicia y liberación a todos los que tuvieron el placer de escuchar su música. Pero es importante que no la encasillemos como una activista de los derechos civiles: fue una revolucionaria, una mujer que se comprometió con la obra de Marx y Lenin, y que llevó esa praxis revolucionaria a su música de una manera que sigue resonando en nosotros hoy en día.
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*Artículo publicado originalmente en Tribune y traducido por Afroféminas.
Chardine Taylor-Stone
Es una premiada productora cultural, activista feminista negra y escritora.
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