domingo, octubre 6

Stokely Carmichael y el «Black Power»


Antes de ser una figura pública y difamado por querer el poder negro para los negros, Stokely Carmichael era más conocido como un joven organizador comunitario en ascenso en el movimiento de derechos civiles. El estudiante de Filosofía de la Universidad de Howard pasaba los veranos en el sur de Estados Unidos, trabajando para lograr que los afroestadounidenses de Alabama y Mississippi se registraran para votar frente a la violenta resistencia de los segregacionistas.

Durante un tiempo, el neoyorquino nacido en Trinidad estuvo en todas partes donde pasaba algo que tuviera que ver con los derechos civiles en el sur. Tuvo algo que ver en cada gran manifestación y evento entre 1960-1965.


Martin Luther King Jr. con Stokely Carmichael durante una marcha de registro de votantes en Mississippi en 1966.

Las fotografías de la época lo muestran caminando con Martin Luther King Jr. en Mississippi, charlando tranquilamente con granjeros en el condado de Lowndes, Alabama, escuchando a ancianas negras, tenía un carisma asombroso.

El Black Power

Carmichael pasó los años 60 abrazando firmemente a la protesta no violenta: sentadas, marchas, asambleas. Pero las grandes victorias de finales de los 50 y principios de los 60 parecieron empantanarse después de la aprobación de la Ley de Derechos Civiles en 1964. Carmichael comenzó a preguntarse si era necesario utilizar nuevos métodos.

En 1966, usó la frase «Black Power» en un mitin en Mississippi. Captó la atención de los Estados Unidos, pero significó cosas diferentes para los habitantes de un país que se había regido por una etnocracia desde su creación.

A algunas personas blancas la frase les hizo sentir terror. Para ellos el poder negro significaba ser anti-blanco y violento. Pero los negros escucharon una llamada a la autodeterminación política, cultural y económica. La frase resonó poderosamente para un pueblo que durante mucho tiempo había sido medido por estándares y estética blancos establecidos arbitrariamente.

«¡Tenemos que dejar de avergonzarnos de ser negros!» decía a menudo en sus discursos. El negro, les decía, era un superviviente, era fuerte, era inteligente y era hermoso. Alto y delgado, mirada franca y una sonrisa deslumbrante que contrastaba con su piel muy negra, Carmichael caminaba seguro de sí mismo, en una era en la que, para muchos negros, lo menos negro era mejor.

Ese es uno de sus legados más importantes. Fue realmente desafiante al declarar «lo negro es hermoso».

Reconsiderando sus creencias

Pero Carmichael también empezó a replantearse la utilidad de la no violencia en un entorno donde la vida negra a menudo era consideraba desechable.

Los asesinatos en 1964 de los trabajadores de los derechos civiles Andrew Goodman, James Chaney y Mickey Schwerner en el condado de Neshoba, Misissipí, el asesinato de Malcolm X y la brutal respuesta del gobierno a los disturbios que habían estallado en varias ciudades a finales de los años 60 hicieron que Carmichael reconsiderara sus convicciones pacifistas.

El reverendo King creía en el concepto de «sufrimiento redentor» y pensó que ver a los manifestantes aceptando palizas, mordeduras de perros y mangueras contra incendios ablandaría el corazón de Estados Unidos e inspiraría al país a rechazar segregación. Pero después de ver a tantos de sus camaradas mutilados y asesinados Pero Carmichael ya no compartía esa visión.

Según Carmichael, al apostar King por la no violencia, «solo hizo una suposición falaz: para que la no violencia funcione, tu oponente tiene que tener conciencia. Estados Unidos no tiene conciencia».

En 1967, Carmichael se convirtió en primer ministro honorario del militante Partido de las Panteras Negras. Pero fue efímero. ya  fue efímero, ya que en 1969 anunció su exilio.



Cada vez le resultaba más difícil vivir en Estados Unidos. Acosado por el FBI y la CIA cuando se fue a África, Carmichael ya había tenido suficiente. Cambió su nombre a Kwame Ture en homenaje a dos héroes africanos: su amigo Kwame Nkrumah (el primer presidente de la Ghana independiente) y Sékou Touré, el presidente de Guinea, el país que le había acogido.



Ture viviría otras tres décadas, visitando los Estados Unidos con frecuencia mientras viajaba por el mundo predicando las virtudes del panafricanismo y el socialismo.

El líder panafricano murió en Guinea en 1998 a los 57 años de cáncer de próstata. Su legado es la noción misma del Black Power, que tuvo un enorme éxito en la redefinición de los contornos de la identidad afroamericana pero también de las relaciones raciales en los Estados Unidos. y todo el planeta.

Fuentes

Stokely: A Life Peniel Joseph (2016)

La Vanguardia

hmong.es

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