¿A dónde van las palabras pacientes sobre racismo que se escuchan en auditorios llenos, pero no siempre se entienden?
¿Dónde están ? ¿Quién se las queda ?
¿A dónde van nuestros discursos , nuestros esfuerzos y nuestras quejas?
¿De qué sirven las charlas , los aplausos y parabienes?
Todo sigue igual.
¿Qué leyes se han promulgado?
¿Qué películas se han rodado y quiénes las han protagonizado?
¿Qué noticias nos han contado? No pregunto cuántas sino cómo.
Yo no quiero compasión ni admiración ni palmaditas en el hombro.
Tenemos voz , pero prefieren narrarnos de la misma manera que hace cientos de años.
Las conferencias, las entrevistas, las RRSS y los talleres, en realidad, son una trampa que nos crea la falsa ilusión de que importamos.
Los likes inflan el ego pero únicamente transforman a nivel individual, no estructural.
Las cambios reales sólo pueden llegar si somos conscientes de que juntas, aun difiriendo en muchos aspectos, tenemos más fuerza y sobre todo si, como comunidad, nos amamos.
Amar a personas negras, autoamarnos, después de un machaque sistémico y tras recibir incontables mensajes negativos, desde tantos flancos, es uno de los ejercicios más revolucionarios.
Es romper las pesadas cadenas que nos dictan lo que se supone que somos, es decirle a la que se ha erigido como verdad sin serlo, que todo era mentira, es ser un poco más libres.
Y a partir de aquí, teniéndolo claro, dejamos de perder el tiempo, entreteniéndonos en responder a quien tiene los oídos cerrados, para construir (nos) , relatar (nos), crecer y apoyar (nos).
Lucía Mbomío
Periodista, actualmente en “Aquí la Tierra” en TVE
Twitter @luciambomio
Istagram: luciambomio
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