A las palabras racismo y discriminación que denuncian las agrupaciones afro en el país y con más fuerza en las últimas semanas, a causa de las constantes represiones por parte de la policía de la Ciudad en contra de la comunidad senegalesa, al “humor negro” que se ha desencadenado con la participación de los equipos africanos en el mundial de fútbol, ahora se suma un nuevo término.
Para muchos quizás, la palabra blackface no les sea familiar pero, en la historia y por lo menos en la de la comunidad afrodescendiente sí ha generado mucho malestar. Este término surge en 1830 y tuvo su auge en el siglo XIX. Es utilizada en el teatro y consiste en caracterizar a través del maquillaje corporal a una persona de tez clara, para representar así la negritud fenotípica de los africanos y a su diáspora. En la actualidad aún persiste en festividades y personajes “humorísticos”, como en Colombia, Bélgica, Holanda y Perú.
Esta práctica es bien conocida en los Estados Unidos ya que por medio de ella se buscó desdibujar y caricaturizar la trata esclavista que persistía en la época, con puestas en escena de “negritos pintados” alegres, serviles, felices y conformes con su realidad. Algo totalmente contrario a lo que se vivía en las plantaciones del sur de ese país. Ciento treinta años más tarde, en 1960 el Movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos, obligó a prohibirlo.Eliminar
Aquí en Argentina por estos días, el detonante se dio al viralizarse en Facebook, las publicaciones de la cuenta oficial de la Cátedra de Maquillaje y Caracterización la Universidad Nacional de las Artes, donde de las imágenes y videos son acompañadas con leyendas como: “se nos vino la gente de color” y “grupo negroide”, “alumnos de Brasil, África y Centroamérica, nos deleitaron con su ritmo y estilo”, así se dieron a conocer las distintas caracterizaciones afro que se han desarrollo desde la currícula académica de la UNA.
El material audiovisual compartido al público desde 2016 ha generado todo tipo de reacciones en la comunidad afrodescendiente residente en el país y a nivel internacional. Como es el caso de la afrocostarricense Shirley Campbell Barr, escritora reconocida por su poema “Rotundamente Negra” y “Porque me da la gana”, entre otros, y hermana de la primera vicepresidenta afro en Latinoamérica, quien aseguró en sus redes: “Esto sucede en Buenos Aires en el 2016”.“Con total impunidad y desde una casa de educación superior. Este video y las fotos que lo acompañan en el sitio de la UNA es indignante”.
Por su parte, la actriz afrocolombiana y residente en Argentina Lina Lasso desde su perfil remarcó: “A ver, aparte de tener un origen histórico racista, es una representación estereotipada, estigmatizante y caricaturesca de corporalidades negras, como si se tratara de ese «otre» lejano, salvaje y exótico. Es de mal gusto tratar como disfraces a etnias y culturas históricamente oprimidas, que no pertenecen a la norma y que actualmente padecen del racismo institucional. Qué cómodo debe ser enjuagar el maquillaje y seguir con la vida de privilegio que te provee el sistema y no habitar en lo más mínimo las vivencias racistas que padecen les cuerpes racializades no blanques”.“Descolonización del arte ya”.
El Área de Género de la Comisión Organizadora del 8 de Noviembre, en un comunicado a través de esta red social, expresó: “repudiamos rotundamente la «caracterización» de nuestros cuerpos al oscurecer el color de la piel, práctica racista que apela a prejuicios y preconceptos de nuestra identidad negra, promovida por la Cátedra de Maquillaje y Caracterización UNA. Teniendo en cuenta el contexto histórico de la Argentina. Un país donde, la matriz afro ha sido invisibilizada y erradicada de la historia nacional y sólo tenida en cuenta cada 25 de mayo, bajo estas mismas condiciones”.
Esto está pasando en Argentina en el siglo XXI, donde por un lado se niega la matriz Afroargentina, se reprime a los migrantes africanos, se exotiza a su diáspora y por el otro se los «caracteriza» creyendo que esta práctica es arte. El blackface en el país está tan naturalizado, que se lo puede ver en las escuelas cada conmemoración por el Día de la Patria o en obras teatrales de prestigio y reconocimiento como lo es Aida, una ópera del género dramático francés, que se presentó en la primera función inaugural del Teatro Colón y regresó para festejar sus 110 años. ¿Será que no hay actores y actrices afro en el país para integrar los elencos teatrales? ¿No se pueden contratar de otras partes para evitar recurrir al blackface?
Para concluír, desde el Área de Género de la Comisión 8N en su descargo invitaron a la Universidad Nacional de las Artes UNA y sus docentes “que participan de esta cátedra, a que se interioricen sobre la temática (conocida como blackface o «corcho quemado»), a que revean su accionar, tengan en cuenta la historia del país y se reeplanteen su propuesta académica desde una mirada inclusiva y antirracista. ¡BASTA DE RACISMO! ¡CHAO RACISMO!”, remarcaron.
Lisa María Montaño Ortiz
Afrocolombiana nacionalizada argentina. Reside en este país hace siete años, donde concluyó sus estudios en periodismo. Actualmente cursa una Licenciatura en Comunicación Audiovisual. En 2017 fue la primera periodista afrodescendiente en recibir un diploma de reconocimiento en el marco del Premio Lola Morapor transmitir una imagen positiva de la mujer negra libre de los estereotipos de género, promover la igualdad de oportunidades y derechos. Mención otorgada por la Dirección General de la Mujer que nació en 1999, y se entregó por primera vez en el 2000. Más textos de Lisa
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