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jueves, marzo 28

Sí hay racismo institucional

 

Sí hay racismo institucional

El columnista Iñaki Ezquerra escribió hace unos días en ABC un artículo que cuestiona la existencia del racismo institucional español y de la UE, en el que se dedica a dar mandobles a todo el activismo antirracista de este país que no sea complaciente.

El artículo, se centra sobre todo a atacar a lo que son las obsesiones de la derecha conservadora de este país: PODEMOS, Carmena y similares. Ese parece ser su principal objetivo.  De paso, pone por exagerados y mentirosos a cientos de miles de personas que sufren en este país un racismo auspiciado y propiciado por las instituciones.

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Iñaki Ezquerra, columnista de ABC

Primero diré, para que quede claro, que no soy de PODEMOS, ni marxista (otra obsesión del escritor), y de momento tampoco pienso en serlo. Jamás han sido mi opción política, y como redactora y miembro de  Afroféminas, diré que hemos tenido algunos roces importantes con ellos.

Así que a pesar de que Rita Bosaho sea negra, siento comunicar que los negros tenemos diferentes maneras de pensar, opinar y votar. Somos seres humanos completos y complejos. Lo digo por si el señor Ezquerra no lo sabía.

El señor Ezquerra mete en el mismo saco tres temas, que aunque conectados, tienen cada uno su propia entidad: «La muerte del senegalés Mmame Mbayeo, así como tras la incautación, dos días después, del barco de la oenegé Proactiva Open Arms en Sicilia y la detención de sus activistas. Como es también la falacia que en noviembre de 2017 estuvo tras la campaña que la peña de Podemos organizó en torno al vigésimo quinto aniversario del asesinato de la dominicana Lucrecia Pérez a manos de un grupo neonazi».

Le diré al señor Ezquerra que la propia vida del fallecido Mame Mbaye Ndiaye es una prueba del racismo institucional de la UE. Él era una persona que llevaba 14 años ganándose la vida como podía en Madrid y esquivando las andanadas de un Estado que le prohibía esa supervivencia, persiguiéndola y criminalizándola. Su delito fue querer vivir dignamente. Pero su piel era negra, su origen africano y venía de un ambiente de pobreza. ¿Que violencia mayor puede haber de parte de las instituciones que la que niega tu propia existencia como ser humano?

Los CIEs y sus condiciones lamentables, la deficiencia en el acceso a la sanidad de los inmigrantes sin papeles, el incumplimiento del compromiso de aceptar a un número determinado de refugiados, las devoluciones en caliente (por las que España ha sido condenada), o el perfil étnico que utiliza la policía en sus identificaciones son solo los ejemplos más clamorosos.

También hay un racismo sutil que ocupa todas las esferas institucionales, desde el  colegio hasta la Universidad. Desde la atención primaria a la solicitud de información en un Ayuntamiento. Los racializados lo sabemos bien, ya que lo hemos experimentado en numerosas ocasiones. Unos lo llaman techo de cristal, barrera, muro, un racismo que está incrustado en su esencia.

Por ejemplo. Para una mujer blanca española es muy difícil poner una denuncia de violación. Es un trago amargo, y los funcionarios no ayudan demasiado. No sabéis lo que significa esto para una mujer negra y como es tratada en la mayoría de las ocasiones. Las denuncias de mujeres racializadas son escasas porque tienen la sensación de que no van a ser ayudadas e incluso pueden ser maltratadas. Y esa sensación no es imaginaria, como le podía parecer al señor Ezquerra, es muy real.

El señor Ezquerra también ataca los actos del 12N donde se recordaba la muerte de Lucrecia Pérez, asesinada hace 25 años por una banda neonazi en Madrid. Lo hace aludiendo a que es algo montado al calor de PODEMOS, lo que es totalmente falso. El 12N sin racismo estuvo auspiciado por organizaciones y personas racializadas, de ahí su enorme valor simbólico. También al mismo tiempo ensalza lo que para él es un verdadero activista antirracista, el señor Esteba Ibarra del Movimiento contra la Intorelancia.

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Esteban Ibarra, presidente del Movimiento contra la Intorelancia

No me sorprende que desde determinados sectores se prefiera a un hombre blanco como representante de las luchas antirracistas.

Supongo que desde el conservadurismo se sienten más tranquilos con Esteban Ibarra que con una mujer negra, musulmana o gitana. Pero el señor Ibarra es imagen de un mundo que se acaba. El mundo en el que otros nos representaban y hablaban por nosotras las víctimas del racismo. Quizás fuera el momento de que dejara paso a la hija de Lucrecia Pérez, que pertenece a MCI, como cara visible de su organización.

Habrá muchas cosas de las que el señor Ezquerra pueda opinar con autoridad. Sobre odio, nacionalismo, ETA, etc. Pero de racismo, desde luego, no sabe más que una persona negra que vive en España. No lo ha sufrido. El forma parte de la mayoría privilegiada que oprime. Lecciones pocas.


Marián Cortes Owusu

Educadora. En mis ratos libres redactora en Afroféminas


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