La identidad es comprendida como un proceso relacional, dinámico y mutable. Somos quienes somos, pero en muchos espacios dejamos de ser y esto se debe a esos contratos comportamentales que aceptamos al momento de empezar a movernos al interior de un contexto específico.
En esencia nadie quiere ser negro o mujer, nadie quiere ser objeto de prejuicios, estereotipos y discriminación. No obstante, somos mujeres y somos negras; quizá muchas de ustedes tienen otros vectores identitarios atravesándolas como una religión o su estatus socio-económico, asunto que deviene en la intensidad con la que se experiencia la discriminación.
Respondiendo a la pregunta del título: nosotras necesitamos la identidad, nosotras que resistimos día tras día no solo ante los demás, sino ante nosotras mismas. Necesitamos ser negras para abanderar procesos de concienciación, lucha y empoderamiento por la forma como racialmente nos perciben o nos auto-percibimos. Nosotras necesitamos ser mujeres para abrazar el feminismo y hacer visible las diferentes formas en las que nos demandan performar nuestras feminidades o la forma en la que intentan hacer nuestros cuerpos objetos de sujeción.
Si dejamos de llamarnos negras y mujeres no sería tarea fácil hacer visible las formas de dominación, sé que lo malo de la resistencia es que solemos cansarnos de resistir, pero si dejamos de hacerlo la identidad ya no será un bastión para encarar la discriminación, sino un mascarón de proa donde nos expondrían esencializadas.
Kristell Villarreal
Feminista negra decolonial. Profesional en lingüística y literatura y candidata a máster en antropología social de la Universidad Nacional de Colombia.
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