martes, diciembre 3

El regreso del cabello natural a Mozambique


Durante muchos años mi pelo, al igual que muchas otras chicas negras y mujeres de mi país, fue escenario de constantes cambios con la aplicación de productos químicos y postizos que se venden en varias peluquerías autóctonas.

Me atrevo a decir que esto es consecuencia del canon de belleza impuesto por los medios de comunicación y la sociedad, que consistía en una mezcla de diversos países, culturas y la influencia colonial portuguesa, además de muchos prejuicios acerca de nuestro pelo afro.

Sin embargo nunca pensé que tales contingencias eran un desafío para la identidad negra. Dado que, tener el pelo lacio tratado con productos químicos era lo normal y la mayoría de las mujeres a mi alrededor lo tenían, excepto mi abuela, mi madre y mi tía, unas mulatas con los cabellos lacios a consecuencia del mestizaje.

Pero mi pelo salió rizado (carapinha) y difícil de peinar.  Quería tener el mismo pelo de mi madre y creo que ella también lo quería, así que desde los 12 años ella desrizaba mi pelo con una sustancia química con un olor horrible que se llamaba «American Look». Mi transición fue de los productos químicos de alisado hacia las trenzas africanas (materiales sintéticos) y finalmente al Afro dreadlock. Un cambio radical que significó un corte de pelo hasta la a raíz. Eso fue lo que hice en 2012.


La transición de la autora del post
La transición de la autora del post

Hoy en día la situación es diferente en Maputo. En cada cuadra que camino me cruzo con una chica, una mujer e incluso hombres vestidos con telas africanas qué llamamos Capulana y pelo crespo rizado y denominado  Dreadlock. Esto despertó mi interés por abordar la cuestión de la estética afro-mozambicana caracterizada a través de la combinación de ropa y pelo. Esto es lo que trataré en este primer texto: el cabello africano, como los usamos y la importancia tiene en Mozambique.

He recorrido las peluquerías, calles y barrios de Maputo y Matola con el propósito de hablar con varias mujeres que cambiaron su aspecto para entender que fenómeno es ese del AfroDread, y en qué medida  el cabello se ve como una forma de identidad cultural, de aceptación social y autoafirmación.

Estuve en el Salón de Áfro en el barrio Libertad donde hice mi iniciación dreadlock en 2012. Era sábado a las  cuatro de la tarde y como siempre estaba lleno de mujeres listas para retocar y otros para comenzar el cambio.


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Esther (dreadlock hace 5 años)  me dijo que  el cambio no le llevo mucho tiempo y no fue muy difícil, ya que nunca ha utilizado productos químicos en su cabello. Siempre optó por  tenerlo corto y usar trenzas sintéticas. Lo que le pareció difícil fue el costo,  ya que para este tratamiento del cabello hay que estar en la peluquería todas las semanas y en la época que ella empezó no había muchos peluqueros que lo hiciesen, a diferencia de hoy.

Cuando el cabello toma la forma de dreadlock es posible hacer retoque personal y reducir los costos. Por cierto que este era lo que yo hacía durante dos años de estancia en La Plata (Argentina), porque no encontraba lugares donde trataran el dreadlock  y pelo rizado de personas negras.

Continuando mí camino encontré  a Ivandra  Simão que también pasó por un cambio de look. Comenzó con las rastas en 2014 porque ya no estaba contenta con el estilo de trenzas largas que llevaba. Me cuenta que la transición  fue difícil, porque ya no estaba acostumbrada a ver  su pelo corto y no se sentía tan atractiva como antes.

Los afrodreads y las rastas se asociaban hace años con los drogadictos y los rastafari. Estaba mal visto por la sociedad. Ivandra dice que en general no ha sentido rechazo, y cree como yo, que esto se debe al hecho de que cada vez más mujeres (y hombres) adoptan este estilo de cabello natural. Se usan sin temor al prejuicio que se tenía hace tiempo. Y así, un número cada vez mayor de mujeres ha dejado los cabellos desrizados y extensiones para recuperar su cabello natural. Ivandra sentencia: «… La cuestión de la belleza es muy subjetiva y cambiante; Me siento hermosa así, no creo en las modas. Para mí la belleza es todo lo que hay dentro de mi, que se aporta a la experiencia estética…”


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En uno de estos  paseos, me encontré con Carla Muchanga en una roda de samba. No la veía hace mucho tiempo. Está diferente, hermosa, con un super poderoso black power. La llamo para un «papo», conversación en la jerga de Mozambique. Cuando hablamos le pregunto cómo fue el cambio. Me cuenta que sufrio lo suyo.  Hay etapas de crecimiento del cabello rizado natural  que llegan a ser un suplicio. Hay una etapa en que está demasiado corto y no te da para hacer un peinado razonable porque el largo no es suficiente para una trenza. Me dice que en ese momento tuvo que tener suficiente fuerza de voluntad para no volver a alisado.

Empiezo a entender porque muchas mujeres han usado el cabello alisado y ahora están volviendo al natural. El pelo rizado/crespo se devaluó en algún momento, ganó el nombre de «carapinha » de manera despectiva, y esto ha hecho a la mujer de negra negar su identidad. Es una de las razones.

Hay muchas mujeres negras que quieren el pelo liso y se ponen extensiones como una cuestión de negar su identidad, de blanquearse.  Pero es justo decir que hay otras que lo hacen sólo por cuestión estética o cambio de estilo, y que también utilizarían el pelo natural sin problema.

Que vuelva el cabello natural y las dreads es genial.  Cada vez más mujeres adoptan el black power, dreads, trenzas, etc. y lo más hermoso es que esto hace que la sociedad lo valla aceptando. Tenemos que valorar lo que es nuestro.


Mariza Castro Dias

Mariza Castro Dias

Maputo, Mozambique



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