domingo, diciembre 22

¿La racista soy yo?


Cada vez más perturbada con todas las desigualdades que observo y vivo, camino buscando más razones para sentirme lo que soy, y enorgullecerme de ello, caminar con la frente en alto, siendo negra, siendo mujer. Pero nunca falta la persona que se incomoda, que se perturba, no por las desigualdades, sino por las igualdades. 

Y hasta saltan con la bandera de “auto-racismo”, un concepto que a duras penas entiendo, y se supone ser una especie de auto exclusión de los negros, es decir no hay racismo ahí afuera, es pura imaginación, y los verdaderamente racistas, somos nosotros, al defender y promover nuestras raíces, nuestra negritud.

Así que imagino si la cosa fuera al contario… ¿Cómo se vería? Imagínenselo…

Una chica de rasgos caucásicos, justificando el comportamiento de su cabello… -Es que no se levanta, el crece hacia abajo…- O explicando en tono jactancioso, que sus labios gruesos se deben a que su tataratatara abuelo era originario de Guinea Ecuatorial.

Zutana diciéndote lo lindo que será Fulano por sus rasgos afro, a pesar de su blanca piel. Mientras en vulgar actitud comenta lo bien “dotado” que debe estar Perencejo, solo porque es blanco.

Un autobús lleno de gente, que comienza a bajarse por el “sospechoso” aspecto de dos jóvenes blancos.

O una disputa laboral por el despido injustificado de una persona de rasgos caucásicos, por el aspecto “poco profesional” de su cabello natural…


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El hecho de que estas situaciones sean exclusivas de negros deja en evidencia el problema racial que vive nuestra sociedad.

El racismo no es una manera de ver las cosas, no es un fantasma ni creación de los mismos afro/negros, el racismo es una realidad que nos golpea la cara todos los días, es el prejuicio, el maltrato, la vergüenza, y el conformismo… Es el desprecio a la diversidad de la que somos parte como latinoamericanos, y que por siglos nos han hecho renegar.

Levantar la voz en lugar de hacernos observadores inertes de las desigualdades, dejándonos cargar en el carril del racismo y endoracismo, no es resentimiento, y mucho menos “auto-racismo”, es hacer visible lo incorrecto y actuar acorde con lo que somos en realidad.

Por último debo aclarar que no existe endoracismo sin racismo. Si una persona no es discriminada por su raza, nunca se sentirá menos como para renegar de sus orígenes.


Jessica Cueto


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