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jueves, marzo 28

10 tips para el cabello afro


Nuestros cabellos son una muestra de resistencia al sistema, y detrás de su belleza majestuosa que hace coronas, es importante saber el por qué de sus características.

El cabello negroide o afro es característicamente rizado como consecuencia de la adaptación a los climas cálidos, permitiendo la circulación del aire con mayor facilidad, refrigerando la cabeza y evitando que alcance temperaturas peligrosas para el ser humano. Así vemos como nuestros cabellos son herencia ancestral, hermosa herencia que al liberarnos del yugo del blanqueamiento, exaltamos y reivindicamos al tiempo que sonreímos siendo y mostrando nuestro verdadero ser.

Aquí  unos tips para el cuidado de nuestros cabellos, mediante rituales amorosos que enaltecen nuestra afrofemenidad.

Usa tus dedos

A diferencia de la creencia popular, los cabellos afro generalmente con finos y tienden a partirse fácilmente si los maltratamos. Al desenredarlo con los dedos y peines de dientes gruesos evitamos el fracturar la hebra, además de ser un ritual de amor a nuestros cabellos y a nuestra afrofemenidad.

Cubre tu cabello

Nuestros cabellos son naturalmente resecos, por lo que el conservar la hidratación es una tarea que dará sus frutos en un cabello saludablemente hermoso. Al dormir cubre tu cabello o almohada con una funda sedosa, que al contrario del algodón no absorben los aceites naturales del cabello, evitando el friz matutino.

No sulfatos, no champú

Los sulfatos contenidos en champús son los que al producir la espuma dejan al cabello libre de sus aceites naturales y artificiales, dejándolo sumamente reseco. Al utilizar champús sin sulfatos, evitamos esta sensación; el problema es que muchos champús aún sin sulfatos dejan nuestros cabellos con la sensación de resequedad, por lo que existe hoy en día un movimiento que cobra cada vez mas adeptas y es el régimen no-poo (no champú). Este consiste en limpiarnos el cabello con productos alternativos que no resequen nuestra hebra. Existen variadas opciones (co-wash, vinagre de manzana y bicarbonato de sodio, entre otros), que personalmente recomiendo, ya que limpian a profundidad el cabello y lo dejan manejable. La cuestión es que este régimen debe ir de la mano con la NO utilización de siliconas, ya que éstas al ser de origen mineral (petróleo) es posible removerlas sólo con los productos detergentes contenidos en champús. Si aún decides lavar tu cabello con champú elige los libres de sulfatos y que contengan productos humectantes.

Hidrátalo

Nuestros cabellos aman el agua, y mientras más expuesto estén a ella mejor se sentirán, este es un principio que nos choca mucho a las negras, debido a la costumbre de no mojarnos el cabello por el secado y el desriz, y hasta el mito de que el exceso de humedad pudre el cabello. Humedecer nuestros cabellos con atomizador varias veces al día, aplicarnos acondicionadores sin enjuague (que no contenga Hidróxido de Sodio), así como aplicar hidrataciones profundas cuando el cabello lo pide, son hábitos que el cabello agradece.

Sella la hidratación

Nuestros cabellos tienden a perder la humedad rápidamente y volver a su estado de resequedad fácilmente. Por lo que aplicar aceites o mantecas preferiblemente  naturales, luego de un acondicionador sin enjuague, sella la humedad contenida en la hebra del cabello, lo que lo mantiene por más tiempo hidratado.

¡Desenrédalo!

Un hecho sin lugar a duda es que mientras más días dure tu cabello afro sin ser desenredado, mas rebelde se pone y más lo maltratas en el proceso. Así que define una rutina donde mínimo dos o tres veces por semana lo desenredes. No olvides hacerlo utilizando toda el agua, aceites y el acondicionador necesario para no quebrar las hebras del cabello, utilizando tus dedos o peine de dientes gruesos, dividiéndolo por partes para ayudarte, y si prefieres al finalizar péinate con moños, twist o trenzas para proteger y mantener tu cabello sin enredos.

Elige lo natural

A pesar de lo difícil que es llevar un régimen natural, esta es la manera de lograr un cabello saludable. Los sulfatos, las siliconas, parabenos y el sin fin de productos químicos que se han creado para el «manejo» de nuestros cabellos, lo maltratan y deforman. Evita los champús que resecan nuestra hebra, y elige acondicionadores sin siliconas, ya que estos cubren y sellan la hebra del cabello con derivados del petróleo, resecando y bloqueando la hidratación del mismo; péinate con gel de linaza, aplica aceites naturales para el sellado de la hidratación, e hidrata profundamente con productos naturales como aguacate, coco, plátano, huevo. Además de ser mucho más económico que los productos comerciales, son rituales orgánicos de amor con excelentes resultados en la salud y apariencia del cabello negroide.



Diviértete

La sociedad aún asume que nuestros cabellos son feos e inapropiados, por lo que en muchos casos nuestra autoestima es afectada, desencadenando en una relación de más odio que amor con nuestros cabellos. Peinándolo de formas divertidas, utilizando accesorios, bandanas, pañoletas, de colores y tamaños variados, le damos un vuelco a ese prejuicio y hacemos ver nuestra afrofemenidad hermosa y contrarrestamos preconceptos errados, ganando adeptas a esta forma de llevar la negritud con hermoso orgullo.

Trátalo con cariño

Me refiero a cuando lo toques; no lo maltrates, masajéalo, péinalo y juega con él desde el amor. Al lavarlo distribuye el producto de tu preferencia con agua desde la raíz, masajeando con los dedos (no las uñas) el cuero cabelludo, llevando el producto suavemente sin maltratar ni romper la hebra, hasta las puntas. Al desenredarlo y peinarlo evita romperlo, separa los nudos que se creen, ve de puntas a raíz y sepáralo en partes para mejores resultados. Al secarlo no restriegues la toalla contra el cabello, puedes sacar el exceso de agua exprimiéndolo sutilmente con las manos, o secarlo utilizando una camiseta vieja o toalla de microfibra ya que absorben el agua sin ocasionar las puntas dañadas y el frizz de frotarlo con toallas convencionales. Por último evita peinarte, desenredarte o lavarte el cabello apurada o molesta, permítete un espacio de amor con tu cabello.

Estilos protectores

Son esos peinados que nos hacían de niñas, las trenzas, los twist o rollitos, los moños,  entre otros; que permiten agrupar nuestro cabello protegiéndolo de los agentes externos que lo perjudican, además de constituir peinados al tenerlos y al deshacerlos, ya que definen un patrón de rizo muy bonito. Los estilos protectores son trenzas que en termino general, se hacen separando el cabello y trenzándolas o enrollándolas en dos o tres partes. Para mejores resultados y no maltratar la hebra, al hacer los estilos protectores el cabello debe estar húmedo y con algún producto hidratante sin enjuague. Se deben deshacer con las manos preferiblemente, previamente frotadas con el aceite de tu preferencia, evitando así el friz, y al terminar puedes seguir separando el cabello y peinarlo con los dedos hasta obtener el aspecto deseado.


Jessica Cueto


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