La mujer y los monos de peluche
Érase una vez, una mujer muy inteligente.
Aquella mujer era negra como el carbón húmedo y tenía una voz que sonaba como un rió alegre con su melodía viva y dulce. Tenía unos ojos fulgentes como las primeras luces del amanecer y en los que se podía ver singularidad, talento y fuerza. Aquella mujer había estudiado en las mejores universidades de su país de acogida. Había tenido las mejores notas de su promoción, lo que le valió un puesto en una pequeña empresa y con su módico sueldo podía sobrevivir a sus necesidades y a las de su pequeña familia que se había quedado en África.
En el nuevo trabajo había tenido problemas desde el primer momento. En su primer día de trabajo, encontró un mono de peluche encima de su silla, con un mensaje claro y conciso: “Tú”. Así que eso era ella. Un mono d...



















