En el vasto y diverso panorama del cine contemporáneo, cada vez más voces emergen desde los márgenes, explorando realidades que han sido históricamente ignoradas o malinterpretadas. Una de esas voces es la de la cineasta dominicana Johanné Gómez Terrero, quien con su obra ‘Sugar Island’ ha logrado capturar la atención de críticos y audiencia en el recientemente clausurado Festival de Cine de Venecia. La película, que se presentó en las Jornadas de los Autores, es mucho más que una simple narración visual; es un viaje inmersivo en las vidas de los habitantes de la República Dominicana, donde la maternidad adolescente, el trabajo en los cañaverales y la búsqueda de identidad afrodescendiente convergen en un retrato poético y visceral de las periferias dominicanas.
La República Dominicana es un país con una historia marcada por la colonización, la esclavitud y la problemática identitaria, con una fuerte negación de lo afro y una creciente xenofobia antihaitiana. Durante siglos, la caña de azúcar ha sido uno de los motores económicos de la isla, pero este cultivo también ha sido una fuente de explotación y sufrimiento para muchos, especialmente para los descendientes de africanos esclavizados. Estos trabajadores, en su mayoría de ascendencia haitiana, han vivido en condiciones de pobreza extrema, enfrentando discriminación y marginalización social.
La película de Gómez Terrero se sitúa en este contexto, donde las realidades socioeconómicas se entrelazan con las experiencias personales de los personajes. La cineasta ha señalado en diversas entrevistas que la inspiración para ‘Sugar Island’ surgió en parte de su propia familia, específicamente cuando su sobrina quedó embarazada siendo solo una adolescente. Este hecho la llevó a reflexionar sobre la frecuencia de los embarazos en adolescentes en las comunidades más pobres de su país, un tema que aborda con delicadeza y profundidad en su obra.
La trama de ‘Sugar Island’ sigue a Makenya, interpretada por Yelidá Díaz, una joven que vive en una aldea rodeada de plantaciones de azúcar. Su vida, como la de muchas otras jóvenes en su situación, es sencilla y aparentemente predestinada. Sin embargo, un embarazo inesperado trastoca su existencia, obligándola a madurar antes de lo previsto y a enfrentarse a desafíos que nunca había imaginado. A través de los ojos de Makenya, la película nos lleva a explorar las dificultades de la maternidad en un entorno donde el aborto está prohibido y las oportunidades para las mujeres jóvenes son escasas.
Paralelamente, la película también se centra en los trabajadores de la caña, quienes protestan ante la inminente automatización del sector azucarero, que amenaza con dejarlos sin empleo.
Uno de los aspectos más destacados de ‘Sugar Island’ es su integración de elementos místicos y sobrenaturales. En la película, los espíritus de la tradición, conocidos como los ‘Misterios’, juegan un papel crucial en la vida de Makenya, brindándole apoyo y guía en sus momentos más oscuros. Esta presencia espiritual subraya la importancia de nuestra herencia cultural y ancestral en la vida de los personajes.
Gómez Terrero utiliza estos elementos místicos para establecer un diálogo entre el pasado y el presente, explorando cómo las lógicas coloniales continúan influyendo en la sociedad dominicana actual. Esta visión anticolonialista permea toda la película, critacando incisivamente las jerarquías y desigualdades que aún persisten en el país.
Desde un punto de vista estético, ‘Sugar Island’ es una obra que desborda color, vitalidad y sonoridad. Gómez Terrero captura la belleza y la dureza de la vida en los cañaverales, utilizando una paleta de colores vibrantes que contrasta con la sombría realidad de los personajes, mientras que la cinematografía transforma lo cotidiano en algo visualmente impactante, creando imágenes que perduran en la mente del espectador. A la vez, la música ancestral, con ritmos afrocaribeños y cánticos tradicionales, envuelve al público en una atmósfera hipnótica y evocadora, reforzando los temas de identidad y resistencia cultural que son centrales en la película.
El estreno de ‘Sugar Island’ en el Festival de Venecia ha sido un momento clave en la carrera de Johanné Gómez Terrero, situándola en el radar de la crítica internacional. La película ha suscitado interés no solo en Europa, sino también en América Latina y otras partes del mundo.
Además, la película ha sido seleccionada para participar en el Festival de Londres, lo que subraya su relevancia y potencia. El productor David Baute ha confirmado que ‘Sugar Island’ llegará a los cines de España en marzo del próximo año, con estrenos planeados en Madrid, Barcelona y Canarias.
Redacción Afroféminas
Descubre más desde Afroféminas
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.