Tras la presentación en julio pasado del «Informe Anual. El estado del racismo en el estado español. Denuncias recopiladas 2024» la Federación SOS Racismo presenta la segunda parte su informe a través de un estudio sobre la discriminación racial en el deporte.
Este trabajo trata de identificar la discriminación racial en la práctica deportiva del fútbol y baloncesto federado amateur tanto femenino como masculino. Desde esta aproximación la organización ha pretendido conocer, las formas que se manifiesta el racismo y la discriminación en el mundo del deporte, la representación de las personas racializadas, así como la responsabilidad de federaciones, clubes deportivos e instituciones públicas, público aficionado y medios de comunicación.
La investigación se ha realizado en Aragón, Bizkaia, Catalunya, Galicia, Gipuzkoa y Navarra con la participación de 446 personas y que reafirma a la asociación antirracista en su preocupación por la normalización de comportamientos y actitudes que, aunque sutiles, contribuyen a la perpetuación de la discriminación racial, así como por la falta de medidas para su erradicación.
Esta situación resulta relevante si se tiene en cuenta el 48,4% de las y los deportistas encuestadas ha presenciado algún tipo de discriminación racista mientras practicaba deporte. Mención aparte merece el casi 10% de las personas que han presenciado agresiones físicas en el fútbol amateur y el 6,6% en el caso del baloncesto. Estos elementos muestran, que a pesar del discurso de “España no es un país racista”, se esconden realidades que debemos afrontar de forma inmediata para la erradicación de este tipo de episodios racistas.
Entrando en la experiencia de las personas racializadas y migradas que practican deporte, el 16,7% de las personas encuestadas han afirmado haber experimentado discriminación racista en el ámbito deportivo, lo cuál supone un porcentaje por encima de la media de la representación de las personas racializadas en el mundo del deporte. Dentro de la caracterización de estas personas, hay que señalar que las personas de origen afrodescendiente, africano y latinoamericano están particularmente expuestas a estos incidentes racistas. Porcentajes y perfiles que muestran la necesidad de tomar medidas urgentes para tratar de afrontar esta situación.
Respecto a quién ejerce esta discriminación, las personas encuestadas han señalado en un 78,8% a la “afición o público espectador” con el objetivo, en muchos casos, de tratar de desestabilizar emocionalmente a la persona/ equipo oponente a través del insulto personal.
Otro de los elementos trabajados es el papel de las instituciones deportivas (federaciones, clubes) y públicas en la prevención, detección y denuncia de incidentes racistas. Sobre esta cuestión, el 38,9% de las personas encuestadas tiene una valoración negativa o insuficiente sobre su implicación para la erradicación de esta situación y el 38,9% manifestó no tener certeza al respecto.
Para cambiar esta situación, las personas participantes reclaman a las estas instituciones la creación de programas de sensibilización antirracistas, la aplicación de las sanciones previstas en las diferentes normativas, la creación de canales seguros para la denuncia de este tipo de actos, la difusión y aplicación de protocolos, el cumplimiento de normativas o en su caso o la paralización de la práctica deportiva.
Mención aparte merecen las dificultades de las personas que se encuentran en situación administrativa irregular para federarse. A pesar de poder acreditar una residencia continua en la zona donde se realiza la práctica deportiva y de la normativa FIFA (en el caso del fútbol), en muchos casos se niega la ficha federativa apelando a la situación de irregularidad administrativa. En este sentido, aunque es necesaria una normativa que proteja a las personas de la trata por motivos deportivos, ésta debe conjugarse con medidas que flexibilicen en los casos de personas residentes o con raigambre en los municipios donde se practica el deporte. Excluir del deporte de proximidad a vecinos y vecinas reales no facilita la inclusión social, sino que por el contrario genera mecanismos de exclusión y racismo estructural contra los que llevamos años luchando.
La investigación va acompañada de distintas propuestas de actuación y estrategias para combatir el racismo en el deporte aficionado, así como buenas prácticas y un decálogo de propuestas antirracistas. Medidas que deberían ser inmediatas y que no solo pasan por tratar de que el deporte aficionado sea un espacio seguro para todas las personas que lo practican, sino que también es necesaria la creación de normativas claras y coherentes, el establecimiento de mecanismos para denunciar y abordar incidentes racistas y/o discriminatorios, incluyendo medidas relativas a la protección de deportistas menores y frente a las violencias que se dan en este ámbito.
Fuente S.O.S. RACISMO
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