El estatus icónico de Davis y sus contribuciones decisivas a los movimientos abolicionistas, feministas, antirracistas y socialistas como académica y activista fueron el resultado de sus propias experiencias. Las raíces de su innovador libro de 2003 «Are Prisons Obsolete?« , que proporcionó un marco teórico para el movimiento abolicionista, quedan claros en la famosa entrevista en la cárcel del condado de Marin, donde reprende a un reportero por preguntarle por qué aboga por la violencia. En lugar de argumentar que el movimiento carcelario no era violento, centra la violencia de una sociedad supremacista blanca.
“Cuando alguien me pregunta sobre la violencia, lo encuentro increíble, porque lo que significa es que la persona que hace esa pregunta no tiene ni idea de lo que ha pasado la gente negra, lo que ha vivido la gente negra en este país desde el momento en que primera persona negra fue secuestrada en las costas de África”.
Desde su infancia, cuando su joven amiga Carole Robertson fue asesinada en el infame atentado con bomba perpetrado por supremacistas blancos en la iglesia 16th St. Baptist hasta su encarcelamiento, Davis conocía bien esta violencia.
Ella argumentó que el estado usó las prisiones para manejar las consecuencias humanas del racismo arraigado y la desigualdad económica. Por lo tanto, desmantelarlos también requería una visión de “democracia de abolición”. Para construir un mundo sin prisiones, los abolicionistas deben moverse en contra y más allá de las prisiones, luchando contra la opresión de raza, género y clase que alimenta la violencia y creando nuevas instituciones equitativas y formas de vida.
El feminismo negro de Davis, detallado en su libro fundacional de 1981 Mujeres, raza y clase, reveló la interconexión de los sistemas de opresión e hizo que la resistencia de las mujeres negras de la clase trabajadora fuera visible y central para la teoría y la acción feministas y la liberación negra. Davis condenó de manera influyente los enfoques feministas que enfatizaban el encarcelamiento de los perpetradores o el feminismo carcelario.
En cambio, ella y otras feministas abolicionistas se centraron en cómo el estado reflejaba la violencia y el abuso de la pareja íntima al castigar a las sobrevivientes por defensa propia y esterilizar por la fuerza a cientos de miles de mujeres.
Años más tarde, en 2002, la organización Critical Resistance de Davis y sus compañeros abolicionistas en INCITE! Women of Color Against Violence escribió una declaración llamando a los movimientos sociales a abordar la violencia estatal e interpersonal con numerosas organizaciones, incluida la Coalición de Mujeres Prisioneras de California. Definieron el feminismo abolicionista y su visión de una sociedad basada en el cuidado y no en el castigo.
Buscamos construir movimientos que no solo pongan fin a la violencia, sino que creen una sociedad basada en la libertad radical, la responsabilidad mutua y la reciprocidad apasionada. En esta sociedad, la seguridad y la protección no se basarán en la violencia o la amenaza de violencia; se basará en un compromiso colectivo para garantizar la supervivencia y el cuidado de todos los pueblos.
En este video, la organizadora y periodista Victoria Law analiza métodos abolicionistas para enfrentar de manera efectiva la violencia de género sin utilizar el sistema penitenciario. Sus ejemplos concretos demuestran cómo las mujeres y las personas queer se organizaron colectivamente por su propia seguridad. 24 de noviembre de 2011, en Angola 3 News:
*Texto publicado originalmente en Rebel Archives Humas Spaces UCLA
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