Todo el mundo experimenta tristeza y momentos de preocupación. El problema es cuando estos síntomas no desaparecen y empezamos a hablar de depresión. Con demasiada frecuencia, las mujeres negras y racializadas intentamos luchar contra la depresión y la ansiedad por nosotras mismas, en soledad y silencio. Esto es un grave error: lo que realmente necesitamos es atención especializada que nos ayude a resolver lo que está pasando, y que les brinde apoyo y opciones de tratamiento.
Cualquiera puede experimentar una enfermedad mental. No hay grupo, género, identidad sexual, raza o creencia cultural que pueda evitar que ocurra. Y desgraciadamente ahora está ocurriendo en tasas más altas que la mayoría de las otras enfermedades, incluidas las enfermedades cardíacas o tumorales.
Las mujeres tienen el doble de probabilidades que los hombre de experimentar un episodio de depresión. Pero si tenemos en cuenta que las mujeres negras y racializadas, por diversas razones, tenemos menos acceso a la atención especializada para estas enfermedades, estamos hablando de un problema grave salud pública. Por lo tanto, debemos abordar YA la salud mental de las mujeres negras y racializadas.
Necesitamos hablar del acceso a la salud mental con sensibilidad cultural en la sanidad pública. Es necesario que hablemos de este tema y lo unamos a la conversación que ya está instalada en la sociedad sobre la salud mental. Muchas personas conocidas están hablando de sus problemas de depresión, y eso es muy positivo. Partidos políticos también han emprendido una lucha para que se reconozca el grave problema de salud pública que la depresión y la ansiedad suponen. Normalizar esta discusión está siendo un factor clave para ayudar a muchas personas a identificar sus problemas, y cómo y cuándo buscar ayuda.
Uno de los desafíos de las mujeres negras para obtener atención médica especializada cuando sufrimos depresión, es la creencia cultural de que somos más fuertes que el resto. Esta es una percepción, asociado al pasado de la trata transatlántica, que también afecta a los profesionales de salud y está contribuyendo a un mal diagnóstico.
También existe la creencia cultural en muchas comunidades negras de que las mujeres deben ser fuertes y sufridas. Muchas mujeres negras están tan ocupadas cuidando de todos los demás en la familia, que no se cuidan a sí mismas. Sin embargo, tenemos que recordarnos que atender nuestras propias necesidades, ya sean físicas o emocionales, no nos debilita.
En Afroféminas recibimos semanalmente muchas peticiones de ayuda para contactar con profesionales de salud mental negros y de otras etnias. Queremos hacer un fichero de acceso libre con los datos de contacto de estos profesionales. Si eres uno de ellos o conoces a algunos te agradeceríamos te pusieses en contacto con nosotras en afrofeminas@gmail.com
Es un primer paso para establecer esa sensibilidad cultural en la atención de la depresión y ansiedad.
Marián Cortés Owusu
Educadora.
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