En el reencuentro con algunas amigas y compañeras en unas jornadas, después del ritmo frenético de esos días, de hacer coincidir tareas personales y profesionales para que la educación sexual llegue hasta donde el mar se junta con el cielo. Nos reencontramos también con las personas más pequeñas de sus familias, que después de jugar un rato e interesarse por lo habíamos hecho en las jornadas. A una de las niñas le asaltó una duda (en la cual casi ninguna de mis compañeras había reparado en aclararle antes y menos su propia progenitora) y por ello la hizo acercándose a mí.
– ¿Por qué mi vulva no es rosa?
– ¿Por qué tiene que ser rosa? -Le respondí.
La niña de alrededor de 8 años ya había hecho una exploración de su cuerpo y una observación de los cuerpos que la rodeaban y lo más importante, de los cuerpos sobre los que aprendía, y por lo cual le surgía esta duda. Puesto que su respuesta fue que en el libro de ciencias de su prima la vulva aparecía rosa clarito, la de su madre es rosa oscurito y la de alguna de sus amigas es color carne o rosa clarito. Por lo tanto, esperaba que la suya cambiara en algún momento.
Ya adentradas en el contexto de la pregunta que hizo que las progenitoras atendieran de algún modo a la cuestión, ya que en ningún momento habían caído en la cuenta de que en los libros de texto no se muestran cuerpos reales, obviamente, mucho menos “colores”, pieles reales como lo que demandaba esta niña. Y por supuesto, muy pocas familias se paran a explicar como ha de ser “color carne” o lo que es lo mismo el color de la piel, pues el de esta niña como bien decía ella es marrón.
Sin embargo, lo más importante es que tuvo que esperar a esa coincidencia, a que una compañera de su progenitora tuviera el color de piel parecido al suyo, y que además no tuviera reparos en que le preguntaran sobre el proceso de desarrollo de los genitales.
Por supuesto, resolvimos las dudas juntas, con el previo consentimiento de su madre (allí presente) que asintió. Pues la pregunta de la niña, había ido dirigida a investigar si ese cambio se sucedía en algún momento y yo podía ser su respuesta. Aclaramos que la vulva también es piel, que aunque es más sensible y está más protegida del sol sigue siendo piel. Y que de hecho no tiene solo un color, ya que la parte externa que es la que bien denomina vulva puede llegar a ser mucho más oscura que la piel del resto del cuerpo o más clara. No hay una piel igual. Igual que no hay una persona igual. Y no se volverá ni como la del libro educativo, ni como la de su progenitora…porque así, tal cual es está perfecta. Por supuesto, adentrándonos un poco hacía el vestíbulo encontramos los labios mayores podremos ver otra gama de colores con un tono diferente, que va ligada al tejido adiposo y graso de los mismos, según sus propias características, lo mismo sucede con el tejido más fibroso de los labios menores que pueden ser desde lo rosáceo hacia el marrón y todas las tonalidades de la misma pudiendo ser diferente por tramos y zonas de la piel, sus pliegues, su recubrimiento (prepucio) más o menls rugoso y/o fibroso…etc.
En definitiva, terminamos exponiendo nuestras manos y pies, los pusimos cerca y vimos infinidad de diferencias, siendo las dos marrones, teníamos diferentes tonalidades en las manos y y en los reversos y anversos de los pies (ella los tenía más oscuros y mas suaves por sus características y yo más marrones amarillento) y tampoco suelen see representados los pies o las pieles en general de las personas negras.
Mucho menos las zonas más íntimas, pero existimos. Y el que no sea visible no significa que nuestro cuerpo tenga que mutar al color rosa (con connotación naive) para representar los genitales y todo lo relativo a ellos. Mas bien el material educativo y publicitario ha de exponer las realidades de la sociedad y toda su diversidad en todos los aspectos humanos.
A esta pequeña le quedó claro que su cuerpo no tenía porqué mutar y adaptarse a lo que se veía a su alrededor, sino que su alrededor no estaba considerando sus características y su diversidad, y mucho menos se reflejaba la realidad ni en la educación. Y que su vulva siendo marrón es y será real y preciosa, al igual que toda su piel.
Sara del Arco
Humana, persona y afroespañola. Investigadora de campo y educadora en salud sexual y prevención.Técnica en RRHH e Igualdad. Promotora de @snappolis (IG).
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Es importante que los padres hablen a los niños y niñas este tipo de temas, no solo de su vulva o pene, sino de su cuerpo, cabellos, ojos y rasgos, enseñandole que son preciosos y hermosas tal y cual son, y le desarrollen su autoestima y originalidad, que las diferencias de otros chicos y chicas no son símbolos de superioridad o inferioridad sino de diferencias genética. Cosa que no debe afectar nuestra visión como humanos. Genero del que todos formamos parte.