Alemania reconoce la masacre a los Herrero y los Nama en Namibia durante el asentamiento alemán como genocidio y planea pedir perdón ante el Parlamento, así como pagar reparaciones. Aunque el plan de Alemania de reconciliación y reparación del genocidio siga siendo criticado por no incluir el pago de reparaciones a los descendientes directos de estas comunidades entre otras cosas, el aceptar y reconocer la función de un país en una tragedia como esta es muy importante. La política de los países occidentales debería reflexionar sobre su pasado colonial y las consecuencias que perduran hasta el día de hoy.
El colonialismo es como una moneda de dos caras: Puede caer por un lado o por el otro, pero en ningún caso pueden darse los dos a la vez. El periodo colonial y el poscolonial comparten ese atributo. Un país puede beneficiarse del colonialismo, pero siempre a costa de otro. Uno de los dos siempre va a salir perdiendo.
El colonialismo fue un periodo clave para el asentamiento del capitalismo y la sociedad actual como la conocemos. Podría decirse que la moneda lleva cayendo por la misma cara desde el comienzo de este periodo. Normalmente, el debate en torno al colonialismo se centra en las aberraciones y el daño que se causó durante esa época en el país colonizado. A veces, más de las que me gustaría imaginar, el debate se centra en los “beneficios” que los países colonizados han sacado a largo plazo. Lo que pocas veces se tematiza son las repercusiones del colonialismo en la actualidad.
Hablar de colonialismo en términos técnicos y factuales es importante para entender, que “colonialismo” no es solo el término con el que se denomina un periodo histórico, si no un constructo de hegemonía dominado por los países occidentales. Cuando se habla de colonialismo es importante diferenciar entre el tipo de ocupación que hubo.
En el continente africano hubo una ocupación centrada en el comercio, cuyo propósito era la explotación de los recursos tanto naturales como humanos (esclavos). Los colonizadores en esa tierra no tenían la intención de asentarse allí durante mucho tiempo. Más bien era la oportunidad para mucha gente de hacer fortuna en poco tiempo.
En Asia, se instauró de primeras un asentamiento administrativo. Las relaciones también eran de naturaleza económica y para controlar las colonias se delegaba el poder administrativo a un grupo de personas de una etnia concreta, construyendo así una jerarquía entre la población.
Sin embargo, el colonialismo dado en Latinoamérica fue un asentamiento. Los colonizadores se instauraron en las colonias y con ellos importaron el sistema de la metrópolis en “el nuevo mundo” exterminando las estructuras ya existentes hasta ese momento.
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España tuvo colonias de los tres tipos en Latinoamérica, Asia y África. Por experiencia propia sé que cuando se compara el colonialismo de los ingleses, holandeses o belgas con el colonialismo de Portugal o España, hay una tendencia a ver el colonialismo del sur de Europa como la versión light. Los españoles no fuimos tan malos en comparación con los belgas o franceses. Incluso en la escuela, nos enseñan el “descubrimiento de América” como un acto memorable. Hasta tenemos una Fiesta Nacional dedicada a ello.
De lo que no se habla es de la explotación que hubo en el momento o del exterminio cultural que se produjo. De la imposición del catolicismo y del trabajo de asimilación que brutalmente se hizo en las colonias. De tal forma que hasta el día de hoy la mayoría de las antiguas colonias españolas son de facto más religiosas que España. Lo que se omite en estas discusiones es la jerarquía racial que se impuso, que perdura hasta la actualidad, en la que los descendientes de españoles tienen más poder adquisitivo y social que los descendientes de indígenas o personas negras.
Aunque muchos no vean estos hechos como violencia, cosa que sí es, no podemos olvidar las conversiones forzadas, las violaciones, el robo de tierras y demás que se llevó a cabo en ese periodo.
Si algo se puede aprender de la política alemana es lo bien que se llevó a cabo la reflexión y superación del Holocausto. Aunque Alemania sea precisamente un país que presume de no tener un pasado colonial muy extenso, son más conscientes que los españoles de las acciones que llevaron a cabo en Namibia y hoy, aunque tarde y muy moderadamente, se acepta la responsabilidad de Alemania en el genocidio a los Herrero y Nama en Namibia.
España tiene mucho camino por delante en la recapitulación de su pasado colonial. Es importante que se acepte lo que la explotación de ciertos países significó para la historia de España al igual que contemplar el impacto que el asentamiento español tuvo en las antiguas colonias. Sobre todo, es necesario contemplar esto desde varios puntos de vista entre otros el sector educativo, financiero y cultural. Hasta entonces un acercamiento de “tú a tú” entre España y estos países no será posible.
Carlota Memba Aguado
Licenciada en Política, Administración y Relaciones Internacionales. Defiendo lo que es justo con creatividad, pasión y responsabilidad.
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