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martes, marzo 19

Ser Persona Altamente Sensible y mujer negra

Imaginaos ser una persona altamente sensible, en un mundo con sus propias reglas y códigos. Un mundo donde la vulnerabilidad y el exceso de empatía no tienen cabida. Imaginaos ser una mujer altamente sensible, que al añadido de todo esto, tiene que cuidarse el doble, para no ser carne de depredadores,manipuladores y psicópatas. Imaginaos ser una mujer negra altamente sensible y haber nacido en un barrio marginal.

Las personas altamente sensibles, o PAS, como se les conoce coloquialmente, forman un 20% de la población. Pero la mayoría de ellos, desconocen que lo son, aunque siempre hay una leve sospecha, que algo no encaja. El mundo es bastante complicado cuando eres PAS. La crueldad, las desigualdades,el exceso de estímulos y el continuo razonamiento de estos. La empatía mal gestionada y el tener que acallar continuamente, lo que se es, para poder encajar, son algunos de los grandes males, que se vive al ser PAS.

Uno de los grandes estereotipos, que ha rondado siempre en torno a la mujer negra, ha sido el de la extrema fortaleza. Las mujeres negras somos más fuertes para aguantar los pinchazos del algodón, las mujeres negras somos más fuertes para soportar treinta latigazos y seguir cortando la caña, las mujeres negras somos más fuertes, para no derrumbarnos cuando nos arrebatan a nuestros hijos. Las mujeres negras no sentimos, no lloramos, no necesitamos cuidados, no sufrimos depresiones, ni nos enfermamos. 

La vulnerabilidad es un privilegio al que hemos estado vetadas desde niñas. »Solo los cristales se rajan, las mujeres permanecen de pie»,me decía mi abuela cada vez que sentía que las cosas me superaban y no podía.  Y Dayana se levantaba, se tragaba todas las emociones y blandía una vez más los puños, lista para la pelea. Nos enseñan a luchar, a defendernos y estar siempre combativas, porque en el sistema, no hay cabida para la fragilidad, la ensoñación, ni la negritud. Cuando eres PAS, negra, y vienes de un barrio marginal como yo, aprendes a camuflar todo el flujo de intensidades desde muy temprana edad. Aprendes a mimetizarte con tu entorno,para no desencajar. Aprendes a sobrellevar la saturación de estímulos,apretando los dientes, y repitiéndote que puedes. Y sobre todo aprendes a adaptarte, a hacerte invisible, y hasta mutilarte si es necesario,porque tienes que sobrevivir. Sería una traición para tus antepasadas no hacerlo. La falta de conocimiento de la alta sensibilidad, se puede confundir con susceptibilidad e inestabilidad emocional, sumado a todos los estereotipos que nos rondan como mujeres negras, no es de extrañar, que tantas escondamos lo que somos. Los seres humanos estamos acostumbrados a usar máscaras. Máscaras que van cambiando y que se anteponen unas a otras, en función de la necesidad de su portador. Pero lo que eres siempre sale. Las mujeres negras altamente sensibles, tenemos este trozo de la interseccionalidad, que nos atraviesa, y tumba hasta la última máscara, exponiéndose a una sociedad racista,machista, clasista e inmensamente insensible a nuestros dolores. Cuando esto sucede, puede llegar a ser dolorosamente difícil,gestionar muchas situaciones. Pero ser PAS sólo es negativo, si no conocemos la magnitud de este don. El auto descubrimiento y la aceptación,nos dará la mitad de la victoria. Acoge tu vulnerabilidad, gestiona bien tu empatía, abraza tu fragilidad. Tu círculo no solo debe ser antirracista,también tiene que ir en consonancia con tu lado PAS. Práctica los autocuidados e incluso los periodos de soledad,para recargar esa energía que necesitas, sin remordimientos. Dicen que el ser una PAS es un rasgo de la personalidad, y es hereditario. A veces, cuando no necesito esconderme,me quedo atrapada en la Magdalena de Proust,levitando a través de mis sentidos, insurrecta, como solo se puede ser, en esta falsa libertad ; y lloro en silencio, por mi antepasada…y por mi.

El capitalismo y la supremacía blanca, nos seguirá intentando arrancar nuestro don, hay mucho blanqueamiento y marketing, que han academizado situaciones que las minorías también vivimos. Situaciones a las que por conveniencia de dominación y poder, no nos dejan acceder. No hay mayor fortaleza, que la del ser, a cara descubierta, en una sociedad, no apta para tanto amor. El mundo no necesita más personas individualistas, calculadoras, y frías. Tiene demasiadas. El mundo necesita más empatía,introspección,altruismo desinteresado, sensibilidad y amor. El mundo necesita el buen uso de este maravilloso regalo. El mundo y nuestra comunidad os necesita.


Dayana Catá

‌Educadora especial y escritora. Ante todo humana, negra, cubana, mujer y activista. Todo en ese orden y con el mismo grado de intensidad.


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