jueves, noviembre 21

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Colectiva Katari

Las Katari, revindican sus cuerpos-territorios, y transcriben una y otra vez, las huellas invisibilizadas que la historia les arrancó. A través de manifestaciones en espacios públicos, generan conservatorios, talleres, textiles políticos y apoyan a los eventos de otras colectivas de Abya Yala y el sur en general que radican en Barcelona.

Supongo que hay cicatrices que nunca sanan

Nunca he hablado de mi primera agresión sexual y racista en voz alta. Me sentía responsable, por no haberlo sabido evitar o reaccionar de acorde. Desterré aquel incidente, en un acto inconsciente de preservar una frágil tranquilidad, que asomaba de vez en cuando, recordándome, que lo que no se cuenta en voz alta, nunca será sanado.

No nos iremos sin pelear

No quieren que hablemos de política. No quieren que hablemos de cosas realmente alarmantes. No quieren que saquemos a la luz todos los cuerpos negres perdidos en la lucha. Nuestro deber es desobedecer. La insumisión y la información son nuestros grandes aliados para no claudicar.

Callarse no está permitido

La supremacía blanca y el patriarcado, son solo dos grandes idiotas con poder, que se chocan de frente a una resistencia testaruda, organizada y ancestral. Por eso nos temen. Porque saben que somos poderosas, y el poder tambalea cuando la historia se invierte.

La lucha a través del placer

Nos castigan a través del sexo, como forma de poder y dominación. No se entiende aún que algo tan nuestro, se siga usando como arma para intentar destruirnos. Entonces ¿cómo no hablar de sexualidad? Cuando a mis ancestras se lo tenían prohibido, y aún hoy en día, hay mujeres a las que se les sigue negando.

No estás sola

¿Será que en realidad no hay ninguna mujer negra que sufra violación en España? ¿Será que a pesar de la hipersexualización y de la obsesión colonial de Europa por poseer hasta el orgasmo forzado, cuerpas negras, marrones y mestizas, nos quedamos camufladas en algún limbo, donde nuestro sexo no es detectado por depredadores, herederos de patriarcado?

Blackface, arte y racismos

Se siguen practicando técnicas de blackface por parte de artistas blanques, que ya han cambiado el discurso, y lo hacen como una especie de homenaje, con todo el paternalismo y el desconocimiento que encierra, además de la sutileza de que no nos podemos enfadar, porque es un aporte a nuestra lucha, da igual si está bien o está mal.

Sin justicia no hay paz

No nos pidan paz, cuando llevamos clamando respirar, y en respuesta solo hay dolor y los latigazos no paran. No nos pidan paz, cuando la justicia sigue de parte de el hombre blanco, y las calles siguen manchadas de sangre. Sangre negra. Sangre de los míos.

Muchos Feminismos, millones de voces

El primer libro que cayó en mis manos sobre feminismos, con apenas quince años y con plena consciencia de lo que este movimiento representa, fue Una habitación propia, de Virginia Woolf. Aún está enmarcado por la página cuarenta y cinco, acompañándome de mudanza en mudanza, esperando un día me sumerja de nuevo entre sus páginas.

Discriminación positiva. Un puñetazo al racismo institucional

Hadilla y Montse se llaman hermanas desde pequeñas. Pero no nacieron de los mismos padres ni llevan los mismos apellidos. Su hermandad traspasa los convencionalismos y se posiciona en ese abrazo eterno, que decides darle a una desconocida, con la que compartirás lazos de complicidad y amor electivo. Han elegido ir las dos a la […]

La cultura, tu refugio: Relatos de mujeres refugiadas

«La cultura, tu refugio» es un espacio para escuchar y compartir sobre migración, refugio y asilo y trascender de la mano de escritores, escritoras, expertos, poetas y poetisas que te llevarán a plantearte situaciones, encontrarte en países en los que nunca te hubieras imaginado o acercarte a historias increíbles.

Vida

Conocí a Lisha limpiando habitaciones de piso en Barcelona. << ¿Quién me iba a decir que sería una Kelly cuando aterricé?>>, me dijo una vez sonriente y agotada mientras intentábamos alizar las sábanas blancas de algún turista perdido por la ciudad condal. Lisha tenía los ojos más grandes que había visto jamás. Grandes, vivarachos, y tristes.

No te quejes y tira p’alante

‘’Pues tu no estarás preocupada por el coronavirus, que las personas negras no os enfermáis hombre’’-palmadita en la espalda y risita cómplice. Cuantas veces desde que ha empezado este proceso pandémico las personas negras y migrantes habremos escuchado frases como esta. Yo unas cuantas, y la verdad estoy harta.

Un trocito de casa

La primera vez que escuché la palabra gueto tenía diez años. Me pareció innecesariamente fea, inapropiadamente ultrajante.

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