Ser una mujer negra en Buenos Aires hoy puedo decir que es algo simplemente hermoso. Es preguntarme quien soy y de donde vengo. Es cuestionarme cosas que jamás me pasaron por la cabeza o que tal vez si, pero nunca les di importancia. Es mirarme en el espejo y seguir sintiéndome diferente, pero esta vez también me siento hermosa y orgullosa. Es preguntarme por qué cedí tanto? por qué no puse un freno antes? Pero también es entender que todo tiene su tiempo, lugar y momento. Es mirar mi infancia con melancolía. Muchas veces con sentimientos tan fuertes como la felicidad y la tristeza combinados.
Es poder ver a mi yo adolescente y entenderlo todo. Es ponerme a mí misma en una dimensión que desconocía, dónde puedo conectarme con mi verdadero ser. Es abrir mi cabeza y sobre todo mi ¨duro¨ corazón y entender que no estaba sola. Éramos muchas y de muchos lugares del mundo. Es encontrarme con ellas. Las diferentes, pero las iguales a mí. Las que se reían, se divertían pero que también tenían el caparazón y sabían que no estaba todo bien. Es escuchar sus historias y verme reflejada en cada una de ellas. Pero al mismo tiempo es volverme a preguntar constantemente, QUIÉN SOY?
Es también entender que is ok no tener una respuesta concreta a esto porque ahora me permito todos los días ser una nueva persona. Es sentirme muchas veces la mujer más poderosa del mundo y muchas otras la más débil y vulnerable. Es tener dudas. Es no saberlo todo. Es ser una ignorante pero siempre una curiosa soñadora. Es imaginar, es soñar y es hacer todo lo posible para también crear. Es sacarme aquel caparazón que te dije y simplemente seguir adelante. Es conectarme con mi esencia y tratar de desconectarme de mi ego. Es poder reconocer mis privilegios y tratar de entender las diferentes posturas de los demás. También es darme cuenta de los privilegios que no tuve y que nunca tendré.
Es entender tantas cosas de mi pasado que construyeron mi presente y también es vivir mi presente para construir mi mejor futuro. Es pensar en mi futuro como algo colectivo, nuestro futuro. Primero como seres vivos, como humanas, como mujeres, como mujeres negras y como todas esas etiquetas que nosotras mismas nos hemos puesto. Es darme el espacio para sentir más y tal vez no pensarlo tanto. Es atreverme, es ser arriesgada, es tomar las riendas de la situación y es hacerme cargo de mis propias decisiones. Es vivir el aquí y el ahora. Es estar presente. Es poder permitírmelo y no ser tan dura conmigo misma.
Es escucharme y darme la importancia que me merezco. Es quererme, pero sobre todo es conocerme. Es entenderme y poner en duda todo lo aprendido. Es no tener miedo a preguntar, a cuestionar, a indagar y a investigar. Es encontrarme con cosas hermosas y otras no tanto. Es encontrar la belleza en las cosas cotidianas, incluyendo esas no tan hermosas. Es ser yo, o mas bien, es la auto-construcción de ese yo. Esta vez a mi tiempo, mis gustos, mis valores, mis ideas y mis decisiones. Es ser.
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Bravo, hermoso tu artículo….