Ángeles Boleko Ribas nació hace 34 años en Barcelona y es cirujana general y del aparato digestivo. Todo eso y también una mujer negra que sabe lo que es soportar chanzas en el colegio, crecer con escasos referentes, tener que explicar 40 veces de dónde es porque nadie se lo cree o soportar la condescendencia que se deriva del “qué bien hablas catalán”. Sin embargo, logró su sueño con mucho esfuerzo y en esta entrevista nos anima a que nosotras también lo hagamos “renunciando a ser parte de los estereotipos” que otros nos adjudicaron por nuestro color de piel. Somos más que eso, somos muchas y Ángeles es un excelente ejemplo. Pese a la invisibilización mediática y social o precisamente por ella, entre nosotras debemos darnos valor, de modo que, ahora, es es el turno de que hable ella. ¡Comenzamos!
¿Desde cuándo quieres ser cirujana?
Quise ser cirujana desde pequeña. Suena tonto pero me enamoré de la profesión viendo una serie americana llamada E.R. Yo quería ser como Peter Benton (interpretado por Eriq LaSalle), el cirujano negro más duro del hospital.
¿Contabas con referentes en los que fijarte? ¿Qué peso ha tenido esa presencia/ausencia para ti?
Mi único referente en el ámbito médico era mi madre, pues es comadrona. Por ella supe, desde pequeña, cuán sacrificada era la profesión. Mi madre trabajaba tanto, la pobre, que siempre tuve sentimientos encontrados. Por un lado, sentía cierta inquina por la clínica donde pasó tantas horas metida, pero por otro lado, me atraía un montón ese estilo de vida y me sentí siempre super orgullosa de ella, las veces que visité su lugar de trabajo. Recuerdo que me encantaba verla con el mono azul.
¿Qué decía tu entorno de tu deseo?
Mi madre y todo mi entorno familiar siempre me han apoyado. De hecho, he crecido en un ambiente donde se daba por hecho que nosotrxs, los 3 hermanxs, estudiaríamos una carrera universitaria. No había margen de error, pues considero que mis padres siempre creyeron que no habían sacrificado tanto ni habían trabajado tanto, para que sus hijxs no lo aprovechasen. Únicamente, mi madre me aconsejó (al igual que mi pareja de los años de Universidad) que fuera ginecóloga. Supongo que les pareció más fácil. Cómo no, no les hice caso, no me gusta lo fácil, jajajaja.
Y, ahora que ya lo eres ¿cómo de largo y tortuoso (o no) ha sido llegar hasta aquí?
Ha sido largo, desde luego. La carrera de Medicina es eterna y la verdad, nunca terminas de estudiar. Es por ello muy necesario que tengas vocación. ¿Tortuosa? Solo describiría como tortuosos mis primeros dos años de la residencia de Cirugía. Supusieron el despertar al mundo laboral, o sea a la vida real, y me topé con gente que realmente me lo puso difícil, tanto que me hicieron dudar de mí y de mis capacidades por primera vez en mi vida y, en algún momento, hasta consiguieron que pensase que si ellas eran un ejemplo de aquello en lo que me iba a convertir una vez finalizada la residencia, no quería ser cirujana.
¿Había muchas mujeres negras en tu facultad? ¿Qué reacciones generabas en lxs docentes? ¿Y en el alumnado? ¿Te ha condicionado de alguna manera todo lo anterior?
¡Qué va! Como mucho recuerdo a una chica mestiza menor que yo. Generaba menos sorpresa en la universidad de lo que generé en el colegio. Será porque era 2001 y en Barcelona ya había más presencia de gente negra o será porque cuando iba al colegio era 1988, en un barrio de clase alta en el cual, aparte de mi familia y servidora, no había nadie igual que nosotrxs. El alumnado en la universidad provenía, a diferencia de en mi colegio, de muchas partes (pueblos, ciudades de extrarradio, barrios no pijos, barrios pijos, etc…) y creo que entre que los orígenes eran diferentes y el hecho de que todo era novedoso, yo pasé bastante desapercibida.
Obviamente, lo que me ha condicionado más en mi vida, lo que me ha forjado el carácter que tengo hoy en día, es mi infancia. ¿En qué sentido? Soy dura porque no había otra. Porque aprendí desde muy pequeña a ser “la nota de color” y, a base de palos, como todxs lxs negrxs que no crecen rodeadxs de negrxs y que son la minoría en su país de nacimiento, renuncié a darme por vencida y a la larga aprendí a no verme afectada por el rechazo ocasional de gente ignorante.
¿Por qué crees que hay tan pocas personas negras estudiando carreras de ciencias? ¿Qué crees que podría revertir esta tendencia?
Pues francamente, no sabía que todavía hubiera pocas negras actualmente estudiando una carrera de ciencias. Me apena, porque pensaba que ahora que somos unxs cuantxs más, las cosas tenderían a normalizarse. Sin duda, todo depende del origen, el estímulo y las dificultades por las que pasen mis sucesoras/es. Espero que, a través de la fuerza de voluntad, no se rindan si realmente desean estudiar una carrera universitaria. Y si está en mi mano hacer algo por ello, ¡bienvenido sea!
Y… por fin, terminaste tu formación, ¿cómo es el paso al mundo laboral en una profesión eminentemente práctica?
Al hilo de lo que comenté antes, lo más duro fue la residencia. Todavía hoy me planteo si el bullying que sentí de parte de una adjunta en concreto se debió a ser mujer y negra o sencillamente porque sí. Afortunadamente, de todo se aprende y hoy en día, lo recuerdo como algo positivo pues cada logro de mi parte, lo interpreto como un portazo en la cara de esa persona. Mi trayectoria ha transcurrido, luego de ese período, relativamente sin tanta hostilidad. Nunca me he encontrado con ningún paciente abiertamente racista, que haya rechazado mi atención médica por ser negra. No obstante, como bien plasmáis en vuestras publicaciones, existe algo llamado microracismos y de esos tengo un montón de ejemplos para dar. Esos y los micromachismos, según los cuales una mujer -más aún siendo negra- es interpelada como la “chica” que le ha de traer la cuña o que le ha de facilitar el desayuno o cambiarle el pañal…
También dejaste atrás a profesorxs y compañerxs de clase , ¿cómo ha sido la acogida por parte de pacientes y personal del hospital en el que trabajas ? (Extrañamiento? Normalidad? Rechazo? Un poco de todo?)
En cuanto a la gente que trabaja conmigo (enfermer@s, auxiliares, médicos e incluso jefes/gestores y compañía) puedo decir, a día de hoy, que tengo suerte. Usualmente no tengo más experiencias negativas que las que puedan tener mis compañeras de residencia blancas por el hecho de ser mujer cirujana.
¿Qué es lo más curioso que te ha sucedido, en ese sentido?
Lo más curioso no, lo más irritante es lo que sucede de tanto en tanto con el halago que me suelta un /a paciente al contestarle en catalán: “¡qué bien hablas el catalán, te felicito!”. A lo que yo tengo que contestarle (a veces con humor, otras ya de forma más brusca pues resulta tedioso) “¿por qué no debería hablarlo? ¡Si soy catalana!”. Y es entonces cuando, si por error, llevas tiempo convencida de que las cosas han cambiado, te obligan a volver a poner los pies sobre la tierra y te das cuenta de que aún nos queda un largo recorrido para que ciertas personas interioricen de una vez que hay negrxs que nacimos en el mismo país que ellxs y que, por tanto,€ no esperamos recibir una medalla por hablar nuestra propia lengua correctamente. De hecho, ese comentario o el tan reiterado tira y afloja “¿de dónde eres?-sí, pero dónde naciste-sí, pero de dónde eres?” les delata como personas con mentalidad (siendo benevolente) algo atrasada y siendo directa, racista.
¿En el hospital se habla de racismo? (Con lxs compañerxs, lxs pacientes…) ¿y de machismo? ¿ Existe un protocolo de comportamiento (eso incluye el lenguaje)? ¿Crees que sería algo necesario?
En el hospital, algunas veces sí, me da por transmitir anécdotas y me siento como aquel pasaje de Chimamanda Ngozi en Americanah cuando dice eso de “one great gift for the zipped-up negro is the White friend who gets it”, porque educando a tu entorno y viendo que es receptivo y que no comparte ni tiene y encima rechaza comentarios, actitudes o pensamientos racistas, me hace sentir esperanzada.
De machismo obviamente se habla más, pues somos muchas más mujeres que hombres en la profesión médica pero muy pocas aún en posiciones de poder. Y tristemente, también encuentras de tanto en tanto a mujeres que se dedican a poner piedras en el camino a otras mujeres, lo cual es sumamente patético.
¿Protocolo de comportamiento? No existe en sí, es una profesión humanitaria, así que nos regimos por la educación y el respeto. Obviamente, como en todos los campos, a veces esto no es bilateral. Yo creo que la mejor norma a seguir es el uso del sentido común y un mínimo de valores. Desgraciadamente siempre habrá gente que carezca de ambas cosas.
¿Cómo se sienten lxs pacientes racializadxs cuando te ven?
Creo que tan contentxs de ver a alguien de raza distinta a la habitual ocupando ese puesto. Yo los noto cómodxs, y supongo que les pasa como a mí, cada vez que veo a personas racializadxs políticxs, ingenierxs, arquitectxs, profesorxs, actrices y actores, periodistas, etc…Se me hincha el pecho de orgullo y respiro aliviada, porque es una muestra de que nosotrxs podemos y que las cosas van por el camino que siempre tuvo que haber sido.
¿Cómo has vivido la retirada de la tarjeta sanitaria de las personas migrantes en situación irregular en España?
Como toda medida destinada a suprimir derechos de los que son consideradxs extranjerxs, en teoría para favorecer a lxs “propixs”, me parece deleznable. La sanidad pública, desde luego, no va a reflotar, ni tampoco a hundirse (más), por atender a gente “sin papeles”. Es necesario que se deje de mentir a la gente, buscando un enemigo al que cargarle la culpa de la ineptitud del propio gobierno. Antes de retirar tarjetas sanitarias, deberían invertir más en educación, para que la gente sepa distinguir lo que es una urgencia, de lo que no debe hacerle ir a colapsar Urgencias.
Yo, como médica, siempre atenderé a todo el mundo, más si se trata de algo potencialmente letal, tenga papeles o una esvástica tatuada en el pecho.
¿Qué opinas de la frase “no es racismo, es clasismo”?
Opino que todxs, antes de juzgar o dar por hecho algo, deberíamos tener el gran honor de vivir al menos durante 24 horas en la piel de diferentes personas. La gente de raza negra siempre va a ser de raza negra y, desgraciadamente, de tanto en tanto, independientemente de si es médicx, abogadx, cajerx o limpiador/a, se encontrará con individuos racistas que le harán pasar un mal rato. No nos equivoquemos, a lxs negrxs con carrera universitaria, también nos han insultado yendo en bus a plena luz del día sin que nadie hiciera/dijera nada al agresor, también nos han dedicado frases como “negra vete a tu país”, también han apretado el paso y sujetado el bolso al vernos cerca (aunque no tengamos pinta de delincuente), también nos han parado en el aeropuerto para pedirnos los papeles mientras que al/la compañerxs blancx ni lo miraban, o nos han intentado ningunear de la misma manera que a lxs negrxs con otra posición.
Cambiando de tercio… (o no) ¿qué te hace sentir saber que eres una de las pocas cirujanas negras en España?
¡Guau! Sonará a mentira pero francamente nunca me había planteado esto así. Estoy acostumbrada a ser siempre la nota de color pero yo me veo tan corriente que supongo que nunca había pensado en mí como “una de las pocas”. Estoy muy orgullosa, para qué mentir. Creo, sin embargo, que a medida que pasen los años habrán muchas más como yo.
¿Cuál ha sido tu mayor logro profesional? ¿Y tu anhelo pendiente de cumplir?
Hasta la fecha, mi mayor logro profesional es el tener la cabeza bien alta pues sé que todo lo que he conseguido, se debe a mi esfuerzo, a mi lucha y a no tirar la toalla. No me han regalado nada y el trabajo que hago ahora lo tengo por propios méritos. Mi anhelo pendiente de cumplir, puede sonar cursi/retrógrado pero es así, es el poder ser capaz de conciliar mi vida profesional con mi vida privada. Yo aspiro algún día a ser madre, cirujana, mujer negra feliz y que además vuelva a realizar en algún momento una misión humanitaria como la que ya hice con Médicos sin Fronteras.
¿Crees que tu presencia en un quirófano/hospital resulta transformadora? ¿En qué sentido?
Creo que mi presencia en quirófano y en el hospital es un bien añadido. ¡Estamos en 2018!, España ya no es ese país de pandereta de “Bienvenido Mr Marshall”. La diversidad racial siempre suma.
¿Cuánto queda para que una serie de televisión en España/ Cataluña pueda reflejar a personas como tú o ya has visto algún personaje así?
Para que en una serie española o catalana haya mujeres negras con profesiones como la mía…pffff, supongo que primero hemos de conseguir que nuestra presencia en todos los campos laborales, pase de sorprender a ser natural.
Hay personas que no intentan cumplir sus sueños, a nivel laboral, porque los consideran imposibles debido a que no ven a gente negra en determinados puestos de trabajo, ¿qué les dirías?
Esto es un mensaje para cualquier chica/o que esté leyendo esto: Si yo puedo, tú puedes. En serio, es una cuestión de voluntad, trabajo, vocación y fuerza. No somos ni más tontxs ni más listxs que la gente de raza blanca. Por lo tanto, no creas en estereotipos y renuncia a ser parte de ellos. Si te empujan, levántate y lucha por ser lo que sueñes.
¡Es todo un halago esta entrevista por parte de Afroféminas!
Lucía Mbomío
Periodista, actualmente en “Aquí la Tierra” en TVE
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