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viernes, julio 26

Feminismo decolonial en Europa

El feminismo decolonial supone una ruptura a la mirada hegemónica, eurocéntrica, racista y burguesa. Entonces, esto supone una ruptura con el feminismo más conocido y extendido. Yuderkys Espinosa Miñoso (2012) lo define como “un momento en la construcción y producción de las ideas feministas, es un momento contemporáneo, que ahora mismo está en plena construcción, y que se articula a un tiempo más largo de producción de una voz subalterna, no hegemónica, que ha estado siempre ahí sin que lograra una atención más allá de la mirada particularizadora que la cargaba de especificidad y por tanto la inhabilitaba como pensamiento más general que tiene consecuencias sobre la manera de interpretar la opresión histórica en clave de género. Es por tanto un espacio abierto, de diálogo y en revisión continua, un campo fértil donde estamos muchas personas comprometidas”.



El impacto de la teoría decolonial en el feminismo es todo el cuestionamiento que  tiene hacia la construcción de un movimiento que muchas veces cae en la trampa del imperialismo, el capitalismo y el racismo. Se cuestiona la manera que el feminismo ha planteado la emancipación de las mujeres. Para el decolonialismo feminista se debería revisar el concepto de mujer en su pretensión de universalidad y la defensa de la mirada lineal de la historia, todo pasado fue peor. Para el decolonialismo la historia es un proceso    cíclico y la universalización del vocablo mujer, y la unificación masiva de las luchas bajo la palabra solo ayuda a anular las luchas locales o aquellas con menos fuerza, pues cada lucha feminista tiene su contexto de desarrollo, muy diferente entre ellos y esto se ha de hacer saber. Es un error explicar la opresión de la gran mayoría de las mujeres por cuestión de género, no podemos olvidar los otros factores que se interrelacionan y hacen que dicha opresión sea más leve o severa, como la raza, la clase, la orientación sexual, etc.

También se crítica la teorización excesiva del feminismo por parte de las feministas burguesas y académicas. Ellas defienden la necesidad de un feminismo desde los saberes comunitarios: indígenas, afros, populares urbanos, etc. Hay que romper con la mirada occidental de que la universidad es el medio principal de conocimiento y empezar a valorar las diferentes clases de saberes, tan válidos y merecidos como los académicos.


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Además, el feminismo clásico ha ido reproduciendo muchas ideas del estado de bienestar empezadas en la modernidad. Por ello, el estado- nación se está apropiando de las ideas y las está institucionalizando.

¿Qué podemos hacer ante este olvido por parte del feminismo clásico?

Romper la fragmentación, entender la complejidad de la discriminación en su totalidad, no separando el género de otras condiciones que te hacen más vulnerable a la discriminación.

Dar voz a las subalternas y a las oprimidas. Actualmente, en nuestro mundo capitalista y de producción solo tienen acceso al conocimiento y a expresar sus ideas aquellas que se encuentran en un lugar de privilegio.

Repensar todo lo producido por el feminismo que más conocemos, pues ha sido producido bajo ideas de colonización. Romper con la idea del sistema sexo – género que nos propone Gayle Rubin (1986) y pensar que el género solo se da en el sistema moderno colonial, solo se aplica a aquellas personas que han sido producidas dentro del canon de lo humano, muchas indígenas no tienen está división por géneros.


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Además, las feministas decoloniales nos proponen revisar en Europa el “tercer mundo” que muchas feministas dejan fuera de sus agendas, un “tercer mundo” que no aparece en las cuestiones políticas de interés. Y esto es un problema, pues la mayoría de las mujeres no se sienten identificadas en unas políticas que las marginan y las invisibilizan.

Actualmente, las nuevas generaciones de mujeres han crecido con un discurso feminista, pero un discurso feminista burgués, empapado de ideas capitalistas y liberales. Estas nuevas generaciones entienden mucho mejor la lucha institucional que la lucha a pie de calle, lucha que integra a toda la variedad de luchas, mientras que la institucional discrimina la mayoría de las luchas. Por ello, es necesario que la mirada occidental, blanca y burguesa pare. Es necesario que las feministas europeas dejen a las feministas indígenas, de color, hacer su feminismo y dejarlas de empapar con nuestras ideas occidentales que quedan muy distantes del ideal de lucha feminista que ellas tienen.

Primero, para poder hacer esto, y como maestra que soy, propongo reeducarnos. Reeducar a las feministas occidentales en el respeto, en el entendimiento de la variedad de lucha, educar en conciencia de privilegios e intentar no hacer de estos privilegios imposiciones en nuestras luchas, educar en la libertad y que significa ello. ¿Qué es vivir libremente? Nuestra concepción de vivir libremente en occidente dista mucho de la concepción en otros países. Nuestro sistema educativo está a merced de la expansión del modelo occidental y su mirada. Juntémonos y repensemos donde queremos llegar y hagamos de nuestra práctica educativa un lugar para ello, un lugar donde las luchas ajenas sean valoradas como lo son las nuestras.



Por otro lado, como occidentales, debemos de empezar a ser más humildes y dejar de pensar que nuestras luchas son las más importantes y las que más efecto tienen para el progreso de los derechos humanos, pues con esta percepción estamos invisibilizando muchas luchas diarias en otras partes del mundo. Por ejemplo, el 15-M fue uno de los movimientos más importantes en los últimos años alrededor del mundo, pero y ¿las luchas diarias en los países en “vías de desarrollo”? Entonces dentro de estas luchas aparecemos las y los occidentales a hacer negocio y a restar importancia. En Chiapas la venta de productos expropió todo el sentido a la lucha, dejemos de ser partícipes de esto.

Todo el conocimiento que hemos estado generando hasta ahora ha sido basado prácticamente en personas occidentales. Ayudemos a construir una genealogía considerando la historia de muchas mujeres en muchos lugares y tiempos, pues es la única manera de representar la complejidad del feminismo. Ayudemos desde nuestros puntos de actuación a analizar el conocimiento existente acerca de feminismo, a reconstruirlo y a expandirlo. Retomemos historias que nunca han sido contadas en las que se tenga en cuenta la raza, la etnia, la clase y la sexualidad como pilares de nuestras historias.

Aníbal Quijano (1992) nos dice que Europa tiene una actitud parroquial pues se piensa y se siente como el centro de la modernidad y marca la matriz de civilización que otras sociedades deberían alcanzar. Cuestionemos estas metas, plantemos nuevas, dejemos de macar puntos de civilización, intentemos entender otras sociedades y su forma de organización y dejémoslas con sus luchas, pues son suyas.

Como dice Hill Collins (2002) busquemos lo subalterno, pues es allí donde se ubica una propuesta descolonizadora.

Desde mi punto de vista, nuestra tarea en la lucha descolonizadora, como feministas europeas y occidentales, estaría sobre todo centrada en la formación, en el entendimiento y en el respeto, y por supuesto, en la visibilización a través de acciones pequeñas de estas luchas.

Y como dice Cathy Young (1999), el feminismo que tenemos en occidente está definido como un feminismo de talla única, bajo el lema “necesitamos unidad” continuamos con la anulación de pequeñas luchas tanto fuera como dentro de nuestro territorio. Es bien sabido, por las feministas, la situación de las mujeres gitanas en nuestra sociedad y, sin embargo, estas no entran dentro de la lucha feminista porque desde la mirada feminista son ellas las que no se integran en la lucha.

¿Pero… y si las feministas burguesas de occidente miran hacia otras clases de lucha y las intentan entender? ¿Y si en vez de cambiar el paradigma de estas luchas, las acompañamos teniendo en cuenta sus necesidades y su forma de organización?

Para que a las mujeres gitanas se las tuviera en cuenta, las mujeres de la Fundación del Instituto de Cultura Gitana tuvieron que elaborar un manifiesto que presentaron al congreso de los diputados el dos de febrero del 2009, en el que nombran un conjunto de acciones que van a tomar para mejorar la situación de las mujeres gitanas.

Ellas entienden su lucha, entienden sus necesidades y saben elaborar planes de acción para hacer frente a dichas necesidades. Busquemos formas de acompañamientos a estas luchas subalternas. Tomemos los espacios de discriminación y transformémoslos en espacios de aprendizaje y de aceptación.

Mi parte es la educación y mi transformación está en las aulas. Pienso que es muy interesante que aprovechemos estos espacios que se nos han dado, en el que convergen identidades de todo tipo y realidades completamente diferentes y aprendamos a analizarlas y a valorarlas tal y como se merecen con nuestra práctica diaria en la escuela, en la calle y en nuestros hogares. Pues la lucha está en cada uno de los espacios que nos es dado.

Marta Llorens Mejías- Maestra de primaria


BIBLIOGRAFÍA

Collins, P. H. (2002). Black feminist thought: Knowledge, consciousness, and the politics of empowerment. Routledge.

Curiel Pichardo, R. Y. O. (2009). Descolonizando el feminismo: una perspectiva desde América Latina y el Caribe.

Espinosa, Y. (2012). La política sexual radical autónoma, sus debates internos y su crítica a la ideología de la diversidad sexual. Pensando los feminismos en Bolivia, 113.

Espinosa-Miñoso, Y. (2014). Una crítica descolonial a la epistemología feminista crítica. El cotidiano, (184), 7-12.

Maia, A. D. F. (2009). La mujer gitana en el siglo XXI. In Anales de Historia Contemporánea (No. 25, pp. 233-238). Servicio de Publicaciones.

Miñoso, Y. E., & Tristán, J. M. B. (2014). Feminismo decolonial: Una ruptura con la visión hegemónica, eurocéntrica, racista y burguesa. Iberoamérica Social: Revista-red de estudios sociales-Open Journal System, (III), 22-33.

Quijano, A. (1992). Colonialidad y modernidad/racionalidad. Perú indígena, 13(29), 11- 20.

Rubin, G. (1986). El tráfico de mujeres: notas sobre la» economía política» del sexo. Nueva antropología, 8(30), 95-145.

Segato, R. L. (2003). Identidades políticas/Alteridades históricas una crítica a las certezas del pluralismo global.

Téllez, M. (2015). Lo que implica transformar la universidad en perspectiva decolonizadora.

Young, C. (1999). Ceasefire!: Why women and men must join forces to achieve true equality. New York: Free Press.



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