A doscientos veinte años de la muerte de Toussaint Louverture, el Precursor de la Revolución Haitiana, resulta todavía difícil determinar con precisión el día de su nacimiento. Algunos historiadores haitianos afirman que fue el 20 de mayo de 1743 en el seno de una familia proveniente del Reino de Dahomey (hoy Benín), pero otros refutan esta fecha.
Lo que sí, parece tener mayor consenso es el año: 1743, y que ocurrió sobre una plantación llamada Bréda en el norte de la isla de St. Domingue (hoy Haití). Nació esclavizado y antes de obtener su libertad se desempeñó como esclavizado doméstico y cochero de Bayon de Libertat. Obtuvo su libertad en 1776 y murió en la prisión Fort de Joux en Francia, hoy hace exactamente doscientos veinte años, el 7 de abril de 1803.
Ahora, cabe señalar que resulta muchísimo más difícil resaltar en pocas líneas toda la trayectoria y la importancia de esta figura trascendental de la Revolución Haitiana. Como conductor de la lucha por acabar con la violencia colonial, esclavista y racista, tuvo que derrotar en el campo de batalla y de las ideas a los colonialistas españoles, ingleses y franceses.
Sin duda, para todos/as los/as que se dedicaron a estudiar su vida de revolucionario, desde su entrada “oficial” en el escenario político de la colonia de St. Domingue luego del Congreso de Bois-Caïman en agosto de 1791, considerado como el acontecimiento fundacional de la fase final del proceso revolucionario,Toussaint se entregó plenamente a los 48 años de edad a la lucha. En primer lugar, pudo conseguir la adhesión de los/as combatientes por la libertad, como terapeuta de los/as esclavizados/as insurrectos/as ya que tenía profundos conocimientos homeopáticos. Además, desde aquella fecha, demostró estar dotado de una inteligencia fuera de lo común, y ser poseedor de una cultura rica y variada. Dicha inteligencia se notó claramente en sus geniales planteos políticos, como así también como estratega militar de un arrojo ejemplar. Lo que le permitió ascender rápidamente al lado de Biassou, uno de los máximos jefes de la rebelión hasta alcanzar el grado de coronel.
Ya como líder aguerrido y respetado por los soldados y temido por sus enemigos, Toussaint llegó a comandar un ejército muy disciplinado de alrededor de 4.000 hombres. Es al mando de esta fuerza militar que llegó a desplazar a los demás jefes militares rebeldes, neutralizar a los ingleses, y expulsar a los españoles del territorio de St. Domingue. Ante tantas hazañas, el general Lavaux, autoridad máxima en la colonia, consciente de la importancia de Toussaint para poder conservar el dominio de Francia ante los reiterados ataques tanto de Inglaterra como de España, lo nombró general de brigada. A partir de ahí, se transformó en muy poco tiempo, más precisamente en 1796, en teniente gobernador de St.Domingue, y en 1797 en general en jefe del ejército. Así, devino en máximo líder emblemático e incontestado de las masas alzadas quienes veían en él la única esperanza por alcanzar de manera definitiva la libertad proclamada desde 1793 y 1795.
Sin embargo, ante la enorme popularidad de Toussaint Louverture y, sobre todo, preocupado por su influencia inconmensurable, el gobierno francés de la época, el Directorio, envió en 1798 al general Hédouville para neutralizarlo. Éste intentó de distintas maneras destruir a Toussaint. La más sutil fue provocar un enfrentamiento entre Toussaint que dirigía en el norte y el general liberto Rigaud en el sur. Rigaud pertenecía al sector social privilegiado durante la esclavitud denominado mulato en el leguaje racista. Consciente de la maniobra, Toussaint trató, en vano, de convencer a Rigaud de sellar un Acuerdo. Frente a semejante situación, tomó la decisión de expulsar a fines de 1798 a Hédouville. Ni corto ni perezoso, éste, antes de marcharse, propuso a Rigaud desobedecer al poder militar central de St. Domingue en manos de Toussaint para luego dirigir toda la colonia. Investido de este poder emanado de un representante del Directorio, Rigaud, efectivamente, lanzó un fulminante y sangriento ataque militar contra las tropas de Toussaint. Pero fracasó ante la habilidad estratégica y el poder de fuego del ejército de su enemigo. Así, acorralado en el sur por las tropas de Toussaint y sin posibilidad de contraofensiva, en enero de 1800, Rigaud y sus principales partidarios abandonaron la lucha y se refugiaron en Francia.
Ahora, como única autoridad, Toussaint decidió unificar el 26 de enero de 1801 toda la isla que estaba todavía en manos de los españoles a pesar de la firma entre España y Francia del Tratado de Bâleel 22 de julio de 1795. En efecto, Francia merced a este último Tratado debería haber ocupado la parte este de la isla que estaba bajo dominio español desde el Tratado de Ryswick en 1697. Otra medida fundamental fue cuando la Asamblea Central de St. Domingue, bajo el control de Toussaint Louverture, adoptó el 2 de julio de 1801 una Constitución. Dicha Constitución otorgaba una significativa autonomía a St. Domingue, era prácticamente su emancipación de la tutela francesa. Y, entre sus importantes artículos, el artículo 3 ponía fin de manera absoluta a la esclavitud al proclamar: “No puede existir la esclavitud sobre este territorio, la servidumbre queda terminantemente prohibida”. Y el artículo 5 proclamaba la igualdad entre todos los habitantes de la isla.
Toussaint que no había proclamado la independencia envió una copia de la Constitución a Napoleón Bonaparte, el déspota y asesino que había tomado el poder en Francia. Éste, en respuesta, decidió enviar una fuerte expedición militar de 23.000 hombres aguerridos durante las campañas napoleónicas en Europa bajo el mando de su cuñado el general Victor Emmanuel Leclerc. Esta expedición zarpó de Francia el 14 de diciembre de 1801 con la misión de retomar el control de la isla, eliminar a Toussaint Louverture y restablecer la esclavitud. Leclerc llegó ante la ciudad de Cabo Francés el 5 de febrero de 1802. Inmediatamente, ordenó al general Henri Christophe que era comandante, rendirse. Lo que el brillante general bajo las órdenes de Toussaint rehusó. La guerra se desató, y Leclerc sembró destrucción y muerte en todas partes. Sin embargo, la resistencia fue tenaz. Ante tal situación, Leclerc propuso poner fin a las hostilidades. Propuesta que Toussaint aceptó, y se firmó un acuerdo de paz.
Pero el 7 de junio de 1802, el general francés Brunet, bajo el pretexto de hablar de distintos problemas que ocurrían a diario luego de la firma del Acuerdo de paz, invitó a Toussaint y su familia a un Encuentro en su casa para conversar, restablecer la paz y el orden. Al llegar, después de las salutaciones de rigor, Toussaint fue llevado a una habitación donde fue detenido. Lo mismo ocurrió con los miembros de su familia. Y el 11 de junio de 1802 Toussaint, su esposa y sus dos hijos fueron deportados a Francia. Trasladado a la prisión de Fort de Joux, falleció el 7 de abril de 1803.
Sin embargo, a pesar de esta enorme pérdida, el proceso revolucionario siguió su curso bajo el mando del general Jean-Jacques Dessalines. Éste derrotó definitivamente a los franceses el 18 de noviembre de 1803 en la batalla de Vertières, y proclamó la independencia el 1° de enero de 1804. Retomó el nombre indígena taino Ayiti para designar a la nueva nación. Esta victoria de una revolución antiesclavista, anticolonial y antirracista dirigida por los/as propios/as esclavizados/as, única en la historiade la humanidad, abrió la puerta de la Libertad no sólo para los habitantes de Haití, sino también para el resto de los países de la región. Y este mérito se lo debemos también a Toussaint Louverture, el Precursor de nuestra independencia.
Henry Boisrolin
Coordinador del Comité Democrático Haitiano en Argentina
*Texto publicado originalmente en Resumen Latinoamericano
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