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sábado, julio 27

Érase una vez una relación de poder

Rita Bosaho, Directora general para la Igualdad de Trato y Diversidad Étnico Racial del Ministerio de Igualdad de la que algunos colectivos han pedido su dimisión.

Los negros no pueden ir contra los negros. No debes cancelar a una persona negra siendo negra y mucho menos no debes pedir dimisiones para una persona negra siendo negra.

Cuando una activista negra decide tomar ese camino tan destructivo, está ejerciendo su fuerza y privilegio contra su colectivo, desde luego que el daño que se produce es irreparable. Aunque de peores destrucciones hemos salido.

Ascenso social

Ésta es la primera causa. Queremos lo que nos pertenece, a lo que tanto hemos aspirado y luchado. Te preguntas porqué hay tantas mujeres blancas salvadoras ganando un sueldo y tantas activistas negras dando soluciones desde la más absoluta precariedad. Al llegar a ese punto hay varios caminos. Desgraciadamente hay mujeres negras que emprenden el más fácil y peligroso: exponer a sus «hermanas» y destrozarles la vida, la imagen o su legado. Aplicar el quítate tú para ponerme yo. Ellas saben que nadie se lo va a cuestionar. Ir en contra de una mujer negra es muy fácil. 

El feminismo negro, el click y los seguidores

Quienes nacimos en los 70′ tenemos una escala de valores que nos limita y nos dice que hay cosas que NO SE DEBEN HACER. El humanismo se impone y no hay red ni seguidores lo suficientemente importantes como para llevar al límite por puro capricho a personas que además son gente negra.

La juventud está sobrevalorada y se ha visto y demostrado en la política, en el mundo de la empresa y claro está, también en el activismo. Ser influencer, tiktoker, youtuber es algo loable y absolutamente legítimo. Destruir la vida de tus «hermanas» para lograrlo demuestra una bajísima catadura moral. Desde esa podredumbre no se puede aspirar a la transformación social. Un activista no puede ser una mala persona, no debería compartir prácticas con la extrema derecha. Podemos cometer millones de errores, nadie está exento de ello, pero hacer daño porque sí, es asqueroso. 



El poder del victimismo

Cuando las negras dijimos al feminismo blanco: a tu discurso le falta trozo o es que «¡acaso no somos mujeres?» comenzó la operación acoso y derribo en directo. Toda persona afrodescendiente o racializada que se opuso a seguir al pie de la letra el discurso feminista blanco, fue vilmente acosada en aquellas racistas «mesas redondas». ¿Quiénes son el próximo objetivo? Las personas Trans. Es decir, hay una parte del feminismo blanco formado por chicas jóvenes muy inspiradoras, pero hay otra parte que no lucha por derechos sino por el poder del privilegio de ser la UNICA víctima social. El género lo ocupa todo y parece que la raza y la cultura en España no son opresiones a considerar. Qué vergüenza.

Yo soy mejor que tú

Decir entre personas negras: «mi lucha es más legítima que la tuya» es no entender nada. Luchar en espacios blancos es muy difícil y cada logro de una persona afrodescendiente en concreto, es un logro colectivo. No es necesario destruir. Si no te gusta, crea tu espacio desde tu perspectiva y así ganaremos todos.

Érase una vez una vez una relación de poder que destruyó vidas, sueños y logros colectivos.

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