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jueves, marzo 28

Ni África es un país, ni todos los negros africanos

Chantle White Dudu Images de kabibi magazine

Una de las necesidades del ser humano es la de pertenencia grupal, de no sentirse solo. Y a veces , pasar por circunstancias sobre las que no nos sentimos comprendidos, nos aísla y nos transmite la idea de soledad, sea real o no. Establecer contacto, sabernos comprendidos por alguien que ha experimentado lo mismo que nosotros, reconforta.

 Conocer la experiencia de otros nos permite identificar situaciones, poner nombre a vivencias. Saberse cuerdo permite liberar la culpa y expresarse sin miedo. He ahí la necesidad de abarcar todos los prismas.

A lo largo de los últimos años, colectivos e iniciativas como Afroféminas han supuesto esos puntos de sutura en la brecha que existía en la identidad de muchos afrodescendientes, que crecimos como únicos negros de nuestra realidad social al menos en nuestros primeros años de vida.

Era primordial la llegada de un movimiento antirracista rotundo, y que modificara el imaginario colectivo.  Pero llegados a este punto es hora también de abrir nuestra mirada, percepción e incluso el reflejo que mostramos de nosotros mismos. Uno de los argumentos más sólidos de la lucha antirracista es la rotura de los estereotipos y hemos terminado cayendo en parte en este error.

Ni África es un país, como hemos defendido millones de veces, ni todos los negros son africanos. Es esta una parcela que considero pendiente en esta causa, cuando hablamos de enorgullecernos y reconocernos en aquello que somos -negros- también metemos en el pack un ideario cultural que no representa a toda la negritud y mantiene el estereotipo que es la vinculación a África. Algo demasiado alejado para negros que no solo no han pisado el continente africano en su vida, si no que no han mamado esa cultura jamás, a pesar de su ascendencia, por el motivo que sea.

Las sociedades evolucionan y es por ello que surgen nuevos retos, conceptos que revisar. Vincular la racialidad con inmigración per sé es uno de ellos -sin perder de vista que combatir el racismo es una tarea transversal, y por lo tanto deben plantearse como algo crucial los problemas de los migrantes-es necesario mostrar también una nueva generación de racializados nacidos y criados al 100% en culturas no africanas que sufren un “desarraigo” por no identificarse con la imagen de africanidad que se proyecta de los negros, ni con la imagen clásica de la cultura española -a la que pertenecen por nacimiento-.

Ha llegado el momento de replantearnos y visibilizar una negritud más heterogénea que nos libere también de nuestras propias limitaciones. Es un hecho que las culturas son multirraciales pero también las razas han virado  a la multiculturalidad y eso debe quedar constatado: en los medios de comunicación, en el relato histórico y por supuesto en la lucha antirracista.


Amavi Akakpo

Periodista.Redactora de Afroféminas. Presenta el programa Soultown en Unika Fm.

Instagram:@aatinajero Twitter:@AmaviAkakpo



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7 comentarios

  • Miguel Moliner

    No nos aceptan por el color de la piel,por el pelo, por ser mujer u hombre africano o descendiente, pero si exprimen y se reparten las riquezas del continente negro.,desde siempre,,y hasta cuando? Hipócritas,hipócritas!!!!!