Segunda entrega de la entrevista a la artista plástica afrocubana Gertrudis Rivalta
Estás inmersa en un “mundo de hombres”, con lógicas masculina y donde lo varonil es sobrepreciado, ¿ha dejado eso en tu carrera y en tu vida algunas huellas?
Muchas exposiciones se fraguan en torno a filias personales, en grupos formados en los que son importantes las afinidades, la relaciones sociales y es sustancial formar parte “del grupo”. Cuando ese grupo es mayoritariamente masculino, lo tienes más difícil si eres mujer y, en ocasiones, sientes que tienes que superar la legitimación del grupo, incluso cuando los consideramos hermanos y amigos. Esto no está mal cuando se hace en condiciones de igualdad y por la calidad del trabajo, pero si lo está cuando entran factores menos serios como lucir de una determinada forma o asumir que tu papel tiene que ser menor, el que se te supone o se te asigna.
Yo he sentido la incomodidad de compañeros cuando me he querido salir de ese rol en el que “me han dejado” participar y me he tenido que luchar cada centímetro de mi espacio. A veces resulta agotador.
Aunque cada vez encontramos más y más influyentes mujeres en los puestos de gestión, la presencia de las artistas femeninas en ferias y galerías sigue siendo minoritaria, y también lo es en los puestos donde se deciden las compras y ventas de las grandes colecciones.
Hace unos meses en la pasada Feria de ARCO, las mujeres artistas realizaron una acción para llamar la atención de cómo el mundo del arte era un mundo muy poco igualitario.
Pese a tratarse de un sector considerado culto, a donde los avances de género tendrían que llegar como avanzadilla, las mujeres no somos ni de cerca un cincuenta por ciento del mismo.
Cuando repaso mi trayectoria y las exposiciones en las que he participado y en las que no, me resulta fácil comprobar cómo en muchas ocasiones la inclusión o exclusión ha sido decidida, repito, por hombres y cómo las mujeres en esos proyectos colectivos éramos una llamativa minoría.
Por ejemplo, en la emblemática Queloides, en su primera edición, yo fui la única mujer participante. En ese momento no fui tan consciente de que eso era señalable, pero estaba segura de que algo teníamos que decir las afrodescendientes de la isla; sentí la gran oportunidad de reivindicar nuestra raza y nuestra historia.
Al final, ésta idea de localizar e “iluminar” la experiencia social de la mujer negra se fue abriendo a otras realidades “africanas”; ya no solo cubana; la explotación por razones de raza, nuestra experiencia añade la explotación sexual, nuestra cosificación, el tratamiento de “objeto bonito” con el que se nos “piropea”.
No hay dicho que me perturbe más que ese que dice que el mejor invento de los españoles fue la mulata. Es realmente humillante. Hemos constatado, sin embargo, que esta mirada personal y producida desde este lado, queda en un segundo plano y si llega al espectador es a través de la perspectiva de un hombre que fija su atención en el tema, se lo apropia sin haberlo experimentado en su propia piel y lo legitima para “salvarnos”. Se agradece, pero seguro que podemos hacerlo por nosotras mismas si se nos da la ocasión.
En una exposición, por ejemplo, mi obra “Mulata Tropical”, en la que una mulata yace “hermosamente muerta” con un disparo en su rostro que de primeras parece una rosa en su boca, llamaba la atención sobre esa sexualización a la que antes me refería, hasta en el momento más dramático.
La obra la exhibí por primera vez en Cuba en una expo personal, junto a toda la serie basada en la obra de Walker Evans, luego en otra importante edición de “Queloides”, mucho más extensa e inclusiva, maravillosa.
Recuerdo luego que cuando la expuse en Francia, en Espace Croix Baragnon, la gente al principio se acercaba a la obra, muy contenta, a contemplar esta bella mulata dormida que debía encajar,” por supuesto y como debe ser” en sus cánones preestablecidos europeos sobre el sujeto femenino caribeño ¡Imagínate!…Cuando se daban cuenta, se llevaban las manos a la boca o fruncían el ceño un poco enfadados:”Ohhh, Elle est morte. Quelle horreur” (Ohh, pero si está muerta, qué horror).
Creo de todas maneras que este escenario está cambiando en favor del crecimiento de las mujeres, ahora, espero que también lleguemos las afrodescendientes a esas zonas importantes de decisión en calidad de igualdad.
¿Arte femenino?
Si bien creo que parto de una actitud feminista, la verdad es que tengo que admitirlo, tengo que decir que no defiendo la existencia de un “arte femenino”.
Parece contradictorio pero no lo es, es más me molesta un poco esa etiqueta; las mujeres hacemos ARTE, uno espectacular que tiene su derecho a compartir el “centro” y que desde mi punto de vista debe exponerse en las mismas condiciones que cualquier otro; no hacemos las líneas más flojitas, ni los trazos más redondeados, no pensamos más bajito, ni somos más histéricas, la regla tampoco influye tanto (me río).
Por demás, nos interesan los mismos temas que a cualquier otra persona y solo nuestra experiencia vital matiza cómo los afrontamos desde nuestra perspectiva propia.
Creo que en la mayoría de las ocasiones, un espectador casual no puede saber si mi obra está hecha por una mujer o por un hombre, porque como creadora nunca me ha interesado crear esa barrera. Es ahí donde soy fuerte y libre. De hecho hay quien me ha dicho alguna vez que a veces hago obras un poco masculinas jajaja. Ya tú sabe, como si el arte tuviera sexo… ¿Tiene sexo el arte?…
¿Qué ha representado para ti ser una mujer negra artista de la plástica con una obra contestataria y para nada complaciente? ¿Malos ratos?, ¿retos?, ¿contradicciones?
Es un doble reto porque al final se espera de ti que casi milites desde ese lado perpetuamente pero en cambio quieres ampliar la visión y sentirte libre de abordar otros contenidos (no menos reivindicativos o contestatarios); por otro lado tu sabes que este tema puede dar voz y visibilidad a muchas mujeres y quieres mantenerlo como “algo presente” y bien motivado.
A pesar de todo, también pienso que es lo mejor que me podía pasar. Al menos la reivindicación de estos asuntos no pasará inadvertida para la gente que aprecia este trabajo. Mi familia está contenta y algunos amigos y colegas también. Estoy segurísima de que en el futuro, cuando pase mucho tiempo y ya yo no esté, alguna mujer negra descubrirá toda esta obra, la que he podido mostrar y la que no y se sentirá representada y la estudiará y tendrá suerte y entenderá muchas cosas que ahora no están encontrando su espacio y su lugar. Le servirá como espejo del “pasado” que refleja el “futuro”; porque mi obra siempre habita el “presente”.
Al final todo eso me ha servido para crecer y mejorar, pues esas circunstancias que se perciben como obstáculos no son más que condiciones para implementar la práctica. Los afrodescendientes debemos dejar de operar en los espacios que se nos otorgan. Es como la cuota. ¿Por qué seguimos esperando a que nos den permiso? Es como si todavía en el sótano del subconsciente estuvieran guardadas las memorias de la colonia. Ya no tenemos que pedir permiso ni esperar que nos dejen hablar o hacer y es en nosotros donde tiene que “realizarse” ese cambio también.
Sin duda alguna, identidad racial y el género son, sin exagerar, las dos temáticas más importantes de tu obra. Mi pregunta: ¿te consideras dentro del “artivismo”? ¿crees que tu obra se podría usar como denuncia de las desigualdades?
Sí, soy totalmente reivindicativa, pero en mi caso, la protesta es menos bulliciosa, con menos alarde. Es algo más reservado, fluye de adentro hacia afuera y luego vuelve a anidarse en la mente y el pecho. Sucede despacio y a larga distancia.
Sabes que hay varios tipos de corredores: Velocistas, medio fondistas y fondistas, pues en mi caso, tratándose de mi producción artística, soy fondista. Una protestante pacífica, pero luego un poco pesada porque soy muy insistente.
En mi interior soy una persona ingobernable; esto también me lo hacen notar y “sentir” la gente que me rodea, familiares, marido, amigas y amigos. No lo parece para aquella persona que no me conoce de cerca, pero así es. Te lo juro que me esfuerzo por portarme bien (risas), pero dentro salta la catapulta de vez en vez.
El budismo me ha ayudado mucho con eso, se lo debo a mis maestros Ángeles de la Torre, una monja budista y una super woman y a mi lama del Tíbet Geshe Lamsang-la.
El artivismo es un término que creo que lo acuñaron las Pussy Riot para definir a aquell@s artistas cuyo arte tiene un alto contenido político. En mi caso más que político hay un buceo por lo social, evidentemente todo está interrelacionado así que al final se perciben destellos de lo político, en tanto que delegamos en nuestros representantes que velen por esa justicia social.
Además, mi artivismo parte de un posicionamiento muy libre, no me siento representante de nadie, más bien un ariete que choca contra los muros que encuentra y de que tanto dar termina por abrir un hueco y ¿Quién sabe? Abrir alguna que otra puerta.
Ya te digo, la mejor definición para mí es la de una buceadora de esas que busca por los latones de basura y encuentra tesoros; así mismo pero en el arte; con la historia social y con todo eso. Cuando estás inmerso en ello, las desigualdades se ven mucho más claras, tú no las estás mirando desde arriba, o desde la distancia, no; las estás mirando de frente e incluso desde abajo.
Las desigualdades existen y hay que mostrarlas, sino se muestran ¿Cómo sabemos que existen? ¿Y cuáles? ¿Cómo sabemos sobre qué punto tenemos que trabajar para mejorar eso? Si muestro algo, de verdad que lo que quiero es que lo mejoremos. No creo que el artivismo o la denuncia de cualquier injusticia siempre tenga como punto de partida el deseo de dañar, sino al contrario señalar la necesidad de una mejora.
Qué opinión te merece que sucede ahora mismo luego del desarrollo de la tecnología, de las nuevas corrientes del arte visual, etc?,
Las nuevas tecnologías son importantes porque en sí mismas reflejan nuestro presente a su vez que ofrecen otros medios para expresar las ideas que antes debían ser reflejadas de otra manera. Son oportunidades. Por ejemplo el tema de la telefonía móvil, a mí me parece un fenómeno muy interesante y viene ocupando un espacio primordial en nuestras vidas desde hace ya un buen rato. Estaría muy bien una pieza que tratara sobre el momento en que este medio se hizo accesible a la población en la isla, pero más aún el momento que se masificó la comunicación “con el otro mundo”, el de la “gente de afuera”. Ya no solo pueden oírlos de manera inmediata, sino que también hace ya unos añitos pueden verlos!!!
El arte siempre ha estado relacionado con la ciencia y con la tecnología. El mero hecho de que se empezaran a fabricar los tubos de pintura en el siglo XIX significó una revolución notable que sacó al pintor a la calle, lo llevó a la necesidad de replantearse la luz y acabó por propiciar el impresionismo. ¿Cómo puede una mente creadora abstraerse de todas esas posibilidades?
¿En qué estás trabajando en estos momentos?
En el presente tengo obra expuesta en una sala muy bonita de Rojales que está dirigida por el ayuntamiento de Alicante, que se llama “Sala Mengolero”. Es parte de una muestra colectiva. La obra se basa en el proyecto “Memorabilia Dona Alacant Art” en el que fui incluida, contamos con un catálogo muy muy coqueto y muy bien realizado por Inés Villaparis y Paco Esteve.
Estoy también preparando una pieza de videomapping que se llama “Tu cara ante la luz” para una muestra colectiva que ha sido premiada en el prestigioso concurso de curaduría de La Lonja del Pescado en Alicante. Esta galería es absolutamente maravillosa y súper profesional. El proyecto se llama “TOT EL QUE VEUS ES ART/ TODO LO QUE VES ES ARTE”.
Luego estoy trabajando en un proyecto personal para la sala Víctor Hugo en La Habana pero ya para el próximo año, hasta ahora en lo que estoy es planteando bien el proyecto para presentárselo a mi curador. Ojalá y al final le den luz verde.
He sido invitada por el diario INFORMACIÓN a una muestra solidaria, donde presentaré cinco obras.
Por otro lado este año se presenta un poco más académico así que mientras llegan mis notas del Ministerio de Educación de Madrid estoy planificando mi máster en Pedagogía.
También estoy preparando los temas de mi doctorado, específicamente sobre el carácter sociopático del mercado del arte. Por supuesto que no soy psicóloga pero ¡he vivido bastante!. Para esto cuento con varios asesoramientos; estoy trabajando y consultando a buenos profesionales. Me pregunto constantemente: ¿Qué nos devendrá en la era de la neuroeconomía, la ciencia que estudia cómo funciona nuestro cerebro frente a un estímulo económico?
Son ya los psicólogos y los psiquiatras los que están detrás de muchas decisiones que achacamos solamente a los economistas. El mundo está mutando a la “economía del supermercado” en cualquier departamento y el arte no va a ser menos. Este tipo de proceder no se desenvuelve en los planos fácilmente observables para gente corriente como yo, se requiere mucho poder para entender realmente qué está sucediendo y cuáles son las salidas posibles y las cartas que están sobre la mesa: Ahora siembran semillas de mostaza de manera silenciosa para recoger enormes árboles en el futuro. En estos tiempos: Twitter, Facebook, YouTube etc. ya no son el futuro por venir. ¿Seguirá Cuba siendo una isla que se repite? No lo creo, “a poc a poc com diuen els valencians” or better to say: “step by step, little by little” Cuba actualizará su modelo inevitablemente.
Para culminar, si tuvieras que escribir una última línea sobre ti misma como artista ¿qué dirías?
Parafraseo a Florence Foster Jenkins (Peli que todos deberíamos ver), para el futuro: “Alguna gente podrá decir que no podía hacer Arte, pero nadie puede decir que no lo hice”…jajajaja.
Sandra Abd´Allah-Álvarez Ramírez
Licenciada en Psicología por la Universidad de La Habana, 1996; Máster en Estudios de Género, 2008; y diplomada en Género y Comunicación por el Instituto Internacional de Periodismo José Martí. Diez años de experiencia laboral como editora y periodista del sitio web Cubaliteraria. Gestiona la bitácora Negra cubana tenía que ser (negracubanateniaqueser.com) desde junio del 2006. En la actualidad desarrolla el Directorio de Afrocubanas (directoriodeafrocubanas.com). Colaboradora de Afroféminas, Pikara Magazine, Global Voices, Hablemos de sexo y amor y Cuba Posible
Nació en La Habana y reside desde 2013 en Hannover, Alemania.
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