Desde 1987 más de 3 millones de estudiantes han sido parte del programa Erasmus, un programa que permite a estudiantes de diferentes países en Europa estudiar en el continente. Cuando era pequeña sabía que era algo que quería hacer, así que cuando al fin pude realizarlo llegué con entusiasmo a Granada, España.
Tan pronto como salí del aeropuerto, me entristeció ver la cantidad de gente pidiendo y vendiendo cosas por la calle, y era desalentador ver que la mayoría eran afrodescendientes. Viniendo del Reino Unido, uno de los países más diversos en Europa donde es muy común ver gente de raza negra próspera, era difícil afrontar la realidad de la “crisis migrante” en el continente.
Claro, ya he oído hablar de la “crisis” pero no me lo había visto como un asunto tangible. Muchos de los inmigrantes del sur de España viene de Nigeria, Camerún y Senegal. Uno de mis compañeros en la universidad me dijo este fin de semana “los nigerianos piden porque su cultura es de pedir y los senegaleses venden porque se cultura es de vender”.
Pese a ver estas cosas todavía esperaba que disfrutaría mi tiempo aquí, e intento disfrutar de mis estudios al máximo. Sin embargo, desafortunadamente el racismo ha permeado todas mis experiencias aquí.
Como los estudiantes que van para Erasmus saben, la manera más común de buscar alojamiento en su país receptor es hacerlo cuando llegas. Pero aunque este método sí funcionó para mis amigas blancas de Inglaterra no fue lo mismo para mí. A menudo, cuando hablaba con inmobiliarias a través del teléfono o WhatsApp eran muy simpáticas y serviciales, pero tan pronto me veían me decían que no alquilaban a africanos. Llegó a ser tal el problema que tuve que implicar a la oficina de alojamiento de la universidad para que me ayudase y ellos me enviaron a varios colegios mayores en la ciudad. En un colegio, el vicerrector me ofreció ayuda, me invitó a su oficina para llamar a sus colegas en otros colegios. Sin embargo, como creía que no entendía bien el español hizo comentarios a sus colegas, diciendo que aunque era británica mi “raza es una peculiaridad” y preguntándoles si tendrían un problema con “alguien como” yo en sus colegios. Yo le pregunté porque había dicho eso y puso la ridícula excusa de que sus colegas tenían colegios católicos y que no les gustaría una persona negra porque la gente de raza negra no son católicos.
Durante un examen oral convocado por la universidad, un profesor me interrumpió preguntándome si era seguro que no vengo de Gambia porque asumió que no podía venir de Inglaterra. En el supermercado estaba hablando con un empleado antes de ser interrumpido por su colega que dijo que el empleado no debía hablar conmigo porque “los africanos no entienden español”. En el edificio en el que vivo actualmente, uno de los residentes se quejó que “una negra” viviera a su lado.
No soy la única persona que he tenido estas experiencias, y varios estudiantes han hablado del racismo que han encontrado durante sus años de Erasmus. De hecho, si haces una búsqueda en Google de “negro en España” hay un montón de experiencias del racismo de viajeros de raza negra.
No soy un “snowflake” y, siendo británica, estoy acostumbrada a ser una minoría en espacios blancos. Sin embargo, nunca he sentido que no pertenezco o que alguien de mi raza no es bien recibido. En Granada, a veces he deseado que la gente no pudiera ver el color de mi piel, para parar las miradas fijas.
Ofrezco mi cuenta no solo para contribuir a la conversación sobre afrodescendientes en Europa sino que también para crear una discusión sobre Erasmus como una persona de raza negra. No estaba preparada para el racismo en España; y pienso que si más universidades ofrecieran talleres o destacaran países o universidades donde existe la posibilidad de problemas para algunos grupos de estudiantes, habría menos experiencias con la mía.
Oluwaseun Matiluko tiene 21 años y es una británica de origen nigeriano / herencia Yoruba. Actualmente estudia Derecho en la Universidad de Bristol y también autopublicó 2 libros en Amazon. Su antología de poesía, «Identity», sobre cómo es crecer en el Reino Unido como mujer negra, está disponible aquí: http://amzn.to/2EVrB2H . Ella es la fundadora de Splash, un canal de YouTube dedicado a mostrar y animar las voces de BME.
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He sido profesor en la Universidad Politécnica de Madrid. Soy negro. En mi Escuela jamás hubo nada que pareciese semejante a racismo. Y hay racismo abundante en España, un racismo de ignorantes. Tuvimos esrudiantes francesas negras y todo fue normal, como con todos los estudiantes de Erasmus. Tuvimos estudiantes chinos. Al principio yo era el unico profesor negro de la Escuela pero a los 10 años ya hubo otro, de origen cubano, que daba signal and systems. Me comentaron que hubo algun que otro estudiante que intento ponerme un mote, el mancha. Y fue reprendido por compañeros y profesores. Y vivo en Espala desde 1968. Es verdad que la emigración a venido a acrecentar las desinformaciones que se tenian sobre los negros. Aparte de las dificultades para encontrar alojamiento, todo lo demás se puede sobrellevar con mucho orgullo y sin estress. Mi hermano estudió medicina en la Universidad de Granada y yo iba a verle en vacaciones. De eso hace eones y entonces no habia racismo. De hecho los negros eran considerados porque o eran estudiantes universitarios o americanos de las bases USA en España.