Cuando haces parte de ese pequeño grupo de parejas interraciales, comienzas a sentir lo bonito y lo no tan bonito de estas; para muchas personas cuando estás con alguien que no es de tu color, pensamiento y creencias es como si te hubieses ganado un trofeo, porque no dejas de escuchar frases como las de “Con este hombre vas arreglar la familia” “Que guapo es tu novio, hasta te cambia el semblante cuando están juntos” Muchos endiosan al susodicho(a) simplemente por tener menos melanina que la otra persona.
He escuchado que por ser negras escogemos este tipo de hombres por dinero. O que ellos lo hacen por fetichismo sexual. Y yo quiero decir que esto es mentira, porque al igual que todas las mujeres, también merecemos amor y también queremos estar con alguien que quiera crecer y comenzar una vida con nosotras sea del color que sea y que Dios cruce nuestra vida con alguien diferente a nosotros(a) solo debe ser una herramienta de crecimiento y de saber que aun así podemos formar familias maravillosas y también nos sirve para aprender hacer más compresivos entre nosotros y amar la diversidad.
Cuando encuentras semejantes comentarios te das cuenta que la sociedad aún sigue sin aceptarlo. Yo he vivido esto en carne propia, y es irónico, porque el que siente esa sensación de victoria en mi relación es mi chico. Y no en términos sexuales o en malos modos, para él no hay otros ojos más bonitos y profundos que aquellos que lo ven con amor (Los míos) y que desean verlo sonreír siempre, porque para mí mi amado no tiene color…
Simplemente es él.
Mi amado
Mi amado sin color es fuerte, cariñoso, amoroso, conversador y alegre; es capaz de crear calma con su sonrisa y está dotado del amor que solo nuestro creador puede dar. Para él es una fortuna compartir su tiempo conmigo y son sus ojos los que me demuestran el eterno amor que me profesa. Él, que para ser hijo de la tierra del sabor, sus pasos se troncan y lo hacen perder el ritmo, pero que cuando me abraza mágicamente logra llevar el compás de la música y entre risas me pide que le enseñe a bailar.
Él que ama locamente a la madre tierra y que para él todas y todos somos iguales, pero no hay otra como su Negra y es este color con el que se identifica, por herencia, ancestralidad y demás. Me lleva con orgullo de la mano y con mucha firmeza le dice al mundo que no fue casualidad y tampoco un capricho. Simplemente fue el comienzo de un amor de dos seres que se escogieron y se siguen escogiendo diariamente.
Mayra Cuama
Estudiante de Administración de Empresas X semestre
Buenaventura – Valle del Cauca Colombia
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Qué sorpresa encontrar una niña afro, de nuestra Patria escribiendo.Se me llena el corazón de alegría! Yolanda
A mi también me enorgullece… Soy de Buenaventura! que maravillosa lectura… Felicitaciones