Dicen que escribir compartiendo emociones y dando testimonio vivencial ayuda a la reflexión, cristaliza una asimilación y sanación posterior. Ese será mi testimonio, mi denuncia, otra anécdota mas de mi larguísimo recorrido en España…
Nací en Francia en los setenta de padres Martiniqueses, se dice que somos Franceses a 8 mil kilómetros de la metrópolis que es París. Pasé los primeros 4 años de mi vida en
mi isla hermosa del Caribe, regresé a la capital para iniciar mis estudios. Cuando una persona es tan mestiza culturalmente y físicamente, es rechazada por no corresponder a ningún canon tradicional identitario y acaba siendo de ninguna parte.
Soy el producto de un mestizaje muy complejo como muchos otros…Mi adn parte de África, con la esclavitud fuimos mezclados con sangre militar Francesa que me dío mi apellido paterno. Tras la abolición de la esclavitud Caribeña, trajeron a nuestras islas Indios con falsas promesas para ocupar el lugar de los antiguos esclavos en las plantaciones, así llegó la familia de mi abuela de Sri Lanka. Mi madre no conoció a su abuelo materno, un capitán Bretón reconvertido en uno de los últimos piratas buscados y escondidos en las islas. Tenía buen gusto y engendró con su mujer Polinesiana a mi abuela. Esta es mi definición de una persona híbrida y esa soy yo al igual que mi hijo.
Evidentemente en París era «Negra» en la calle y en la escuela..Y de vacaciones en el Caribe era»Negropolitana»o Caribeña»Blanqueada»…Ser tan compleja y galardonada desde la tierna infancia con el premio de la otredad tiene consecuencias conductuales y psicológicas. Si el punto de origen y de pertenencia está siempre cuestionado por los semejantes (Francia/Caribe) pues el deseo de partir así a otros horizontes se verá como solución, como respuesta lógica al «no perteneces» » no es tu sitio»…Decidí partir cortando el cordón umbilical con la familia con la patria.
Empecé mi periplo en Londres, durante una década donde descubrí mi Creolidad con Aimé Césaire y Frantz Fanon…Y más adelante con todo mi empoderamiento de Afrofeminista, sin enterarme que lo era intrínsecamente, llegué a Mallorca en 2001.
Después de muchos intentos fallidos, de esfuerzos inútiles, de frustración,
dolor, depresión, miedo, enfermedad ante el rechazo visceral a lo que soy y a mi adaptación porque mi «integración» no era requerida (yo Afro-Europea integrarme en Europa?!)…Llegué a la conclusión que había aterrizado donde no debía después de diez años de lo mismo.
Por desgracia me quedé por testarudez y orgullo, por no querer rendirme al fracaso o que este mismo fracaso se apoderase de mi vida. Me quedé por creer que la justicia siempre prevalece al final (mentalidad del norte de Europa…) Me quedé intentando demostrar que era imposible que los hijos de un post-colonialismo, que la segunda generación, viviese lo mismo que sus propios padres llegados en los sesenta y sesenta. Era inconcebible para mi pequeña cabeza que esto fuese Europa en el siglo veinte-uno.
Quise formar tribu propia por no querer renunciar a mi sueño, por no volverme loca con el odio, con el rechazo ajeno y también porque igualmente me convertiría poco a poco en lo mismo que condenaba por haber aguantado demasiado. Tenía mucho amor para dar y compartir y era en este momento de mi vida mi única forma de enfrentarme a la adversidad, crear con mi propio cuerpo y alma el amor incondicional que me faltaba…Un hijo…Mi maternidad me salvó la vida y gracias a ella sigo gozando de sanidad mental. Hoy por hoy soy simplemente una madre que se preocupa por el porvenir de su hijo en este lugar, en esta sociedad..
Ya me quité les etiquetas de estatus social, las académicas y profesionales, ya me doy cuenta que no se trata de encajar en un mundo al cual no pertenezco, ya no quiero jugar con reglas ajenas. Ya no quiero complacer o justificarme ante nadie.
Os haré el inmenso favor de pasar los detalles de quedarse embarazada siendo quien soy pasado los 40 o de intentar criar sin familia, tribu o apoyo de ningún tipo. Decidí buscar tribus alternativas a mi hijo a través de la socialización/escolarización para paliar el aislamiento absoluto vivido en Barcelona.
Me adentre en el mundo del acompañamiento con apego, en la educación alternativa y libre. La lógica dictaba que al contrario del sector público donde los niños están amontonados y los cuidadores o educadores están en pocos efectivos además ejerciendo y fomentando racismo institucional; íbamos a tener en petit comité menos problemas, menos insensibilidad, menos rechazo, menos bullying, etc…. Debo reconocer que todo lo que oía en paralela del bullying en colegios tradicionales me aterraba. Pues me equivoque no vi que íbamos a abrir por primera vez otra puerta. Que íbamos a caer en «tokenism» otra vez…
He sido sin darme cuenta una transgresora del orden establecido prácticamente toda mi vida. Romper barreras subconscientemente parece ser una de mis especialidades, convirtiéndome por sistema en la piedra en el zapato de un sistema opresor…En esta pelea sin fin que no se puede ganar (ahora lo veo…), teniendo o no todas las de la ley respaldándote no se llega a nada. Porque ser la primera y la única en pelearlo para todos los demás en un terreno estéril y hostil.
Por desgracia acabo de abrir los ojos y he comprobado que he ido arrastrando a lo más preciado y vulnerable que tengo en esta vida, mi descendencia, en este mismo abismo sin fondo..
El neo-hippy, el alternativo, el anti-sistema, el izquierda progresista, no suele ser una mujer racializada y menos aún «Negra». No incluyen a los vistos como oprimidos e inferiores, a los que están demasiado ocupados a diario para poder sacar media cabeza de la trampa de la pobreza como consecuencia de su condición de minoría étnica.
Pasamos por cuatro proyectos distintos de este tipo de educación libre con mi hijo. Evidentemente en todos somos siempre la otredad. Por desgracia es la segunda vez que mi hijo es víctima de acoso y acaba de cumplir solo 4 años. Me centraré en lo que acaba de pasar aquí en Mallorca porque las agresiones físicas que sufrió en Barcelona me pararon el aliento por su corta edad y no supe, estando tan desamparada, reaccionar o buscar ayuda.
En este nuevo mundo de la educación alternativa reina secretismo y mutismo extremo cuando las cosas no salen como deberían…No están controlados por ninguna entidad gubernamental, no hay protocolos de control impuestos. Y cuando una familia está descontenta, es aislada, ninguneada y se deshacen de ella lo más rápido posible antes que pueda empezar a influir o cuestionar al resto del colectivo; así de simple…
El proyecto se llama Escola Bosque. No es escuela, más bien es acompañamiento del juego libre en plena naturaleza, la metodología se apoya sobre el modelo Nórdico y Alemán de hace 50 años. Llevamos a nuestro hijo allí el verano pasado y se quedó en el proyecto feliz en septiembre 2016. Lo que no sabíamos es de la existencia de una niña mucho más mayor, tenía de media entre 2 y 3 años más que los demás. Para niños comprendidos entre 2 y 3 años de edad la diferencia era abismal.
La niña tenía problemas de conducta, era hostil como consecuencia de un drama familiar. Se ocultó al resto del grupo esta información, que si entiendo bien se tenía que haber compartido, por dar voz y derechos a los padres a decidir sobre esta situación que potencialmente podría afectar al bienestar del grupo. Los fundadores del proyecto, amigos íntimos de la familia de la niña, y la acompañante principal a cargo, lo sabían y dejaron que la niña se ensañara con los más pequeños. Hasta que se obsesionó con mi retoño.
El padre se dio cuenta del problema en noviembre pasado en dos ocasiones; vio que nuestro hijo le tenía pánico. Obviamente no supimos nada por la escuela, pero lo que nos alarmó cómo se pudiera llegar a tanto rechazo, si este proyecto acompaña cariñosamente de manera individual.
No podíamos entender como no se había evitado desde un principio en un colectivo tan pequeño. No hubo por parte de los acompañantes explicación posterior o voluntad de solucionar nada con nosotros.
Llegamos a un episodio racista cerca de Navidad. Mi hijo de naturaleza muy reservada con su vida en el exterior, vino por mi directamente al llegar a casa este día; cogió mi mano y empezó a frotarla con tanta fuerza que me hizo daño. Le pregunté porque y me respondió diciendo…«¿Porque no se va el color?» Le dije que no le entendía y me respondió que le habían dicho que por tener una madre oscura como yo los niños no iban a querer relacionarse con él por «mal oliente y sucio» y que éramos tal para cual ya que mi pigmentación es más oscura que la suya.
Esta forma de expresarse no era suya tan poco este vocabulario, su cara y cuerpo estaban tan tensos que quise llorar.
Empezó a cuestionar mi aspecto y el suyo, su diferencia y el porque el color oscuro no se podía quitar si era solo suciedad. Se quedó muy tocado con el asunto al igual que su autoestima desde entonces. La reunión de urgencia que quisimos tener antes de la vacaciones sólo trajo más mutismo de parte del equipo encargado del centro, excepto un par de abrazos y comentarios del tipo: «Si, por aquí ocurre todo el tiempo y hasta yo que soy Latina lo sufro» Se generalizó el incidente al resto de la sociedad diciéndonos que no era algo fuera de lo normal, evitando cuestionarse el cómo pudo pasar en un entorno tan controlado con tal filosofía de acompañamiento.
¿Como no pudieron ver que le iba tocar la auto-estima o amor propio por tener hostilidad y rechazo a su aspecto en un momento de su vida que se está construyendo y empezando a definir como persona mientras nadie interviene?
A principio de 2017 al regresar de un viaje a París a finales de febrero, nos comunicaron que los altercados ya no eran de actualidad, implicando que el asunto se estaba solucionando.Obviamente el trato con nosotros padres ya no era amigable desde un buen rato, por cuestionar, pedir rigor, intervención y protocolos.
Llegamos finalmente al mes de abril al último incidente que fue la gota que colmó el vaso. El niño volvió en un mar de lágrimas culpabilizándose porque este día habían regañado a la que era ya su acosadora oficial, esta vez por una cuerda que infringía el reglamento interno de no traer nada que no fuera del medio natural del lugar. Y parece ser que por arte de magia la cuerda iba acabar o acabó molestando el cuerpo de mi hijo, que me enseñó su cuello. Todo era por su culpa según él, que tenía cada vez más interiorizando algo que no provocó. Me pidió expresamente mediar en persona yo la madre «Negra» con la otra familia sin involucrar la escuela o el equipo, sin que lo sepa su propio padre.
Este día era inconsolable y le pregunté sobre permanecer allí y me dijo que con la presencia de la acosadora ya no quería estar, que ya llegaba a un punto que la quería pegar abiertamente, hasta estaba soñando con ello. Ya no era el niño pequeño de 3 años y medio, tenía ya 4 con un conflicto no resuelto de más de medio año entre manos y estaba harto.
Durante las vacaciones de semana Santa interrogamos a nuestro hijo sobre su relación con las acompañantes y si estaba a gusto. Si hablaban a menudo para saber si tenían buena relación y comunicación.
Nos enteramos estupefactos según sus propias palabras que se le había preguntado sobre su relación con sus padres, la situación en casa sin haberlo consultado previamente. Nos dijo que se le preguntó si quería a su papa y a su mama. Qué opinaba de la situación en casa. Si estaba enfadado con nosotros, cada uno por separado como si tuviera que elegir. Por lo menos lo había entendido así. Le preguntamos si nos quería contar cómo le hizo sentir hablar de estas cosas fuera de casa con otros que no son familia y se puso a llorar con cara de haber hecho algo mal..
Lo que no podemos entender y aceptar es la escalada de tantos episodios que vemos tóxicos y nefastos para el bienestar emocional de nuestro hijo. ¿Cómo es posible que tomarán la decisión de hablar con un menor de un tema familiar tan importante como una separación sin pedir permiso, avisar o pedir apoyo a los padres previamente? ¿Cómo es posible que no vieran las repercusiones de cuestionar un menor sobre sus afectos y rechazos hacia sus propios padres o sobre su propia realidad actual a tan temprana edad?
Lo hicieron sin ofrecerle más sostén o apoyo externo después de haber creado confusión o inestabilidad en lo que daba por hecho. No tenían datos sobre nuestra forma de vida ni nuestro modo de crianza, cuando seguimos criando en conjunto a diario y llevamos separados 3 años. Volvimos a estar más que alucinados con la ausencia absoluta de comunicación con nuestra familia.
La última vez que intentamos comunicarnos con el equipo, empezó la táctica típica de desacreditar a la familia en su aptitud o capacidad de crianza: «El niño está más irritable, molesto que de costumbre»…
Y la argumentación fue que era debido a nuestra separación, los conflictos o lo que vive en casa, mirar demasiada telé??!! (Conozco las estadísticas de familias racializadas que se enfrentan a cualquier tipo de autoridad; acaban en manos de servicios sociales o delante de un juez debiendo justificar al sistema su aptitud para conservar la custodia de sus hijos…)
La decisión de cambiar mi hijo de ambiente ha sido unánime entre los tres miembros que somos como familia adulta. Y si, insisto, en que somos dos mujeres afrocaribeñas madre y hija ejerciendo su derecho a denunciar un falta de ética y profesionalidad. Hablamos del incumplimiento de un contrato pactado con la firma del convenio inicial.
Se organizó una última reunión para nuestra salida. De nuevo la comunicación fue pésima prácticamente inexistente o abusiva. En estas condiciones era imposible llegar a un acuerdo para que reconocieran los hechos o su grado de responsabilidad.
Obviamente se quedaron con el dinero de garantía pagado al inicio, alegando que nos fuimos nosotros, omitiendo que nos espantaron y que nuestra salida fue forzada. Añado que accedí en primavera a participar en una entrevista para la radio Francesa cuando las cosas parecían haber vuelto a la normalidad. Grabaron material y nos comunicaron posteriormente que no les hacía falta y que no se iba a usar por tener ya demasiado material grabado. En medio de nuestra partida temprana del proyecto, amistades que tengo por Francia me felicitaron por un artículo de prensa digital sobre el dicho proyecto circulando por las redes con mi nombre y apellido además del nombre de mi hijo.
No di a nadie permiso legal de usar mis datos personales ni siquiera en la entrevista de radio, menos aún los de mi hijo menor. No di permiso a esta reportera ni a la escuela para usar la información grabada para que apareciera en una redacción posterior. Firmamos un papel sobre derecho de imagen al entrar en la dicha asociación
Ses Milanes, para impedir el uso de imagen de nuestro hijo en cualquier medio y su foto está en su perfil de facebook. En conclusión acabé de vomitar para agilizar un intento de digestión…
Unos opinarán que es un caso de victimismo típico, otros de resiliencia increíble. Por mi parte veo simplemente el estigma en que se ha convertido mi piel y me ha robado la capacidad de disfrutar de la vida, de buscar mi propia felicidad sin cruzarme de hombros con la paranoia cotidiana.
Además el infortunio o calamidad hace que me esté dando cuenta de que no tengo la capacidad necesaria para proteger a mi descendencia en un lugar como éste, ni de cuales son las tácticas o estrategias aplicadas al respecto …
Nathalie Labeau
Madre Afrofeminista, Francófona Afro-Caribeña,
Estilista/organizadora de desfiles, autor y vocalista, comentarista sarcástica
Ademas de cocinera fusión y traductora…
Descubre más desde Afroféminas
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
Siento mucho que hayáis tenido que pasar por eso… me gusta mucho el punto desde el que escribes y denuncias… es desde un lugar de amor y no de odio… Un gran abrazo y no temas porque con ese amor podrás reparar el injusto daño infligido a tu hijo.
Hola hermosa soy Nath…
No publico nada oficial de momento pero veo que cada vez mas se hace necesario por mi lucha continua de los ultimos 16 años.
Al principio la idea era escribir en mis 2 primeros idiomas Francés y Inglés sobre mi experiencia de expatriada Afro-Caribeña en un lugar como este.
Quería preparar psicologicamente y emocionalmente a otras féminas.
Es muy alagador oir que mi cuarto idioma imperfecto es sentido, me da mucho animo…
De momento estoy en crisis personal por buscar la puerta de salida de esta locura, no me siento poderosa como madre y no puedo estar tranquila sabiendo que mi retoño sufrirá las consecuencias de una mala decisión de hace unos años atrás…
Irme o no irme?…
Gracias Tatiana por el animo