¡Ay, eres pequeña! y nadie te ha enseñado quién eres. Cada bucle de ese afro esconde mil historias que hasta la persona más anciana desconoce.
También, estás cansada, sientes que no consigues nada; que no eres nadie ni nada. Nada, sólo negra.
Estás destinada a ser un color, no una persona; estás determinada a que pocos aprecien la belleza de tu piel. Aquella, que atrapa sol, lo acoge, lo mima y lo hace parte de él ¡Sí, tu piel hace eso!
Sí, eres negra, pero no tan solo negra. Eres negra, pero ese no es tu nombre aunque muchos te lo chillen por la calle; eres negra, pero eso no define tus aptitudes, tú eres y serás quién quieras ser. Tu color nada tiene que ver con ello; eres negra, pero no demasiado guapa para ser negra, eres guapa y punto, nunca tu color debería determinar tu belleza.
¡Ay, eres negra! pero no tan solo negra. Ojalá el mundo pudiera ver tan claro que tu color no determina ni que seas muy buena ni que seas muy mala. Simplemente, eres persona.
Color y persona, irán de la mano hasta que la incultura se erradique. Ahí, podrás ser, aquella mujer, a la que miraban a la piel y solo veían carne. Tu piel, ya no será una barrera sino un puente hacia el conocimiento.
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