El negro es una construcción colonial donde se transformó al africano esclavizado en objeto, deshumanizándolo para su trata.
Millones de hombres y mujeres africanas fueron traídos bajo las peores condiciones a tierras americanas que empezaban a ser saqueadas por los europeos, estableciendo un sistema de producción a punta de sangre, sudor y lagrimas. Un sistema que mató a millones de indígenas, habitantes y protectores originarios de estas tierras; y cambió la vida de africanos traídos como animales para dar sustento al negocio colonial.
Por otra parte el termino afrodescendiente, busca desligar del hombre de color, de los negros y negras, este pasado tan denigrante y triste, construyendo a su vez un concepto dignificante, enaltecedor; dejando así de ser esclavos, sucios, y mundanos.
Por mi parte considero que conocer nuestras raíces ancestrales son importantes, pero para entender la historia, y para asumirnos con la frente en alto, no para escondernos en términos construidos por intelectuales o ajenos.
Las raíces negras son hermosas, porque son historias contadas a pesar de la esclavitud, de la exclusión, del maltrato y el racismo disfrazado. Son el baile de tambor, San Juan, San Benito y el chimbagueles, son las conservas y besitos de coco, son el desriz obligado por la presión social, son los comentarios endoracistas, son los moñitos con aceite de ricino, son los tantos insultos por negro, son el asumirse pelo malo, y pare usted de contar.
Somos negras y negros porque fuimos objeto de la trata negrera, fuimos soldados en las guerras de independencia y devueltos a esclavos, fuimos liberados por negocio y explotados en diferente forma, fuimos y somos excluidos y discriminados, somos los negros y negras de siempre, pero con la historia a cuestas, porque olvidar es desconocernos y entregarnos al sistema que nunca ha querido nada bueno para nosotros.
Personalmente pienso que el orgullo esta en asumirse, con todo el pasado y el presente, teniendo claro lo que somos para el mundo y para nosotros mismos… Cada quien tendrá sus razones para sentirse lo que es, yo por mi parte me asumo negra y venezolana.
Jessica Cueto
Descubre más desde Afroféminas
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
Sinceramente me siento temerosa de moderar entre tanta intelectualidad, el debate desde la academia y sus distintos frentes me parece sabroso e intimidante.
Pero les confieso que el escrito a pesar de estar fundamentado en las humildes lecturas, debates y tertulias afro dignificantes que he podido tener, tiene una carga emocional y autoreivindicativa fuerte, ya que busca la autoaceptación desde la cotidianidad, mas allá de la explicación académica o la discusión político-cultural…
Escribí desde mi posición de mujer joven, que siempre han llamado negra, y que gracias a revoluciones externas e internas, se encuentra en el camino de la aceptación.
Mi posición no es académica, es mas bien de revolucionaria. Y busqué mediante la escritura encontrarme en lo que he sido siempre, pero que por mil razones es escondido y motivo de vergüenza, la negritud. A pesar de confrontar los términos negro y afrodescendiente, mi justificación es la humilde y cotidiana verdad, mis vivencias y como decidí sentirme con ellas.