
Envejecer es un proceso que implica desafíos para todas las personas. Para quienes son afrodescendientes en España, estos desafíos se intensifican debido al racismo estructural y las desigualdades sociales acumuladas a lo largo de la vida. Aunque la investigación específica sobre el envejecimiento de la población negra en España es aún escasa, informes y estudios sobre migración, salud y racismo nos ofrecen las claves para comprender esta realidad.
Las personas negras en España enfrentamos mayores obstáculos para acceder a servicios básicos. Estas carencias afectan nuestra calidad de vida durante la vejez, elevando la incidencia de enfermedades crónicas como hipertensión, diabetes y enfermedades cardiovasculares, condiciones ampliamente documentadas en población afrodescendiente a nivel global.
Las barreras en el acceso a servicios como salud, empleo y vivienda, se traducen en peores condiciones de vida durante la vejez. La precariedad laboral mantenida a lo largo de décadas significa pensiones bajas, dificultando el acceso a medicamentos, vivienda o servicios de cuidado. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), los migrantes —entre quienes se encuentra una proporción significativa de personas afrodescendientes— presentan menores niveles de estabilidad laboral y de cotización, lo que impacta directamente en la pensión de jubilación.
Además, el sistema sanitario español no siempre garantiza una atención culturalmente adecuada ni libre de racismo. Un informe de Médicos del Mundo (2024) constata que “el Sistema Nacional de Salud no dispone de servicios adaptados a las situaciones y necesidades de las personas migrantes y racializadas, lo que hace que los servicios se conviertan en espacios estigmatizantes”. Esta falta de adaptación genera desconfianza y abandono del sistema médico por parte de muchas personas mayores racializadas.
La discriminación en los centros sanitarios está muy lejos de ser anecdótica. La investigación de Médicos del Mundo recoge varios valiosos testimonios de esta realidad. Una mujer migrante relató:
“Yo llevo 5 años aquí, he ido una sola vez, me recetaron ibuprofeno y paracetamol y no he vuelto más. (…) No me sentí bien. A mi mamá también le pasa y tampoco va, tiene que ir más porque ya es mayor y tiene muchos dolores, pero lo evita”.
Este alejamiento del sistema sanitario, provocado por el racismo y la falta de empatía profesional, tiene efectos muy graves. El estrés acumulado por experiencias de discriminación influye negativamente en la salud física y mental. El mismo informe documenta que muchas personas encuestadas sufren “malestares psicológicos como estrés, ansiedad o depresión” y un “miedo a acudir a los servicios públicos” como consecuencia directa del racismo vivido.
El envejecimiento también se ve afectado por el aislamiento social. Según la Fundación Secretariado Gitano (2022), las personas racializadas mayores, incluidas las afrodescendientes, tienen mayor riesgo de exclusión y soledad. En residencias y servicios para mayores, suelen sufrir “falta de reconocimiento cultural” y discriminación por su origen, religión o color de piel. En palabras de otro testimonio:
“Siento que no entienden ni respetan mis costumbres; esto me hace sentir solo y marginado”.
Las mujeres negras mayores sufren una doble discriminación por género y raza. El informe de la Asociación de Mujeres Africanas en España (AMAE, 2021) pone el foco en cómo estas mujeres a menudo no son consideradas en los planes sociales para la tercera edad, teniendo así poco acceso a servicios especializados, lo que agrava su ya difícil situación económica. Esta falta de atención por parte de las instituciones se une a un cierto abandono por parte de la sociedad, lo que crea unas condiciones de vida particularmente duras en la vejez.
Como sociedad, tenemos la responsabilidad de reconocer y atender las necesidades específicas de la población afrodescendiente mayor. En España, hacerse mayor siendo negro no tendría que implicar soportar privaciones, aislamiento o marginación. Las estrategias gubernamentales han de contemplar, de forma clara, a las personas negras mayores, asegurando así una tercera edad digna para todas, todos , todes.
Redacción Afroféminas
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