El racismo sistemático en el Magreb en contra de la población negra lleva siendo un problema desde hace décadas. Ahora vuelve con fuerza como arma de un populismo ultraconservador y racista de sus gobernantes.
La negación persistente de estos actos xenófobos ha hecho que este odio se normalice en todo el Magreb, hasta el punto de que los propios gobernantes, con el paso de los años, realicen y difundan mensajes, que, como es evidente, son discursos de odio, regados de demagogia y populismo político ultraconservador, idénticos a los que se dan por parte de los lideres de extrema derecha en Europa.
El reciente caso de Túnez, con las declaraciones de su presidente Kaïs Saied, ha causado indignación. El político tunecino ha acusado a toda la migración proveniente del centro y su de África de ser la principal fuente de violencia y delitos. Además ha introducido las teorías conspiratorias y señalando la existencia de un acuerdo criminal de trata de personas con el objetivo de quitar la identidad árabe y musulmana del país. Estos comentarios reflejan de una manera muy clara la tendencia racista hacia la que se está deslizando el gobierno del país.
El problema principal de estos discursos encubiertos es la repercusión en la mentalidad de la población que los apoya, ya que el odio hacia la negritud se va inoculando, de manera gradual con un falso relato, dejándolos en una muy mala posición, tratándolos como deshechos y con constantes insultos xenófobos.
Túnez hizo historia en 2017 con la primera ley árabe antirracista. En la actualidad todo ha cambiado.
Mensajes de odio antinegro en cuentas de Facebook de Marruecos
Muchas personas del Magreb aprovechan la situación y el anonimato de las redes sociales para bombardear y difundir imágenes y comentarios racistas en redes, mostrando claramente que ese mensaje de odio en contra de la población negra está muy extendido.
Este caso pasa en Marruecos, donde un sector de la sociedad, atizada por el miedo miedo a esa supuesta suplantación demográfica, comenzó una campaña que rechaza a todo africano negro que se quiera integrar en la sociedad marroquí. Se extendieron Hashtags racistas en todas las redes y cuentas de influencies muy populares se unieron al movimiento. Se señalaba supuesta inferioridad de las negritudes, se perseguía a las mujeres del país que se han casado con hombres negros y se aludía, de nuevo, a la teoría del Gran reemplazo.
Está claro, que el presidente tunecino, como cualquier gobernante populista, utiliza el discurso racista contra los migrantes negros para desviar la atención de los problemas económicos y sociales del país. Un discurso creado para crispar a la sociedad con el objetivo de que se enfrenten unos a otros. La misma táctica de siempre.
Sin duda es necesario un despertar antirracista del Magreb que se manifieste y enfrente al impulso xenófobo de sus gobiernos.
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