Marília Lopes, una mujer negra y profesora universitaria de 38 años, buscó un psicólogo porque sufría de depresión desde hacía muchos años. Sintió que necesitaba ayuda y que su trabajo estaba siendo gravemente obstaculizado. En la primera sesión de psicoterapia sintió la necesidad de hablar sobre las diferentes situaciones en las que sufrió el racismo. Al final, el psicólogo, que era blanco, afirmó que Lopes tendría que cambiar el comportamiento de “victimizarse y convertir lo normal en racismo”.
En busca de su segundo psicólogo, Lopes tuvo cinco sesiones de psicoterapia, cuando finalmente comenzó a hablar sobre el racismo que le causaba sufrimiento. “La psicóloga estaba visiblemente impaciente e incómoda y me preguntó si realmente pensaba que el racismo todavía existía hoy en día”, relata Lopes. “Salí devastada de allí, pagaba mucho por cada consulta y nunca imaginé que un profesional cuestionaría la veracidad de mi sufrimiento, del racismo, de esa manera. Nunca volví a buscar terapia.
Joyce, una artista plástica, recuerda que a sus 8 años ingresó a un colegio en Bogotá, donde constantemente fue cuestionada por sus actitudes de “indisciplina”. Resultado de ello fue remitida al servicio de psicología por su agresividad. El concepto de la profesional fue que su comportamiento obedecía a la necesidad de ser bautizada y a la ausencia de la figura paterna en su vida. Hoy, al recordar su historia, Joyce se cuestiona “¿por qué nunca se me preguntó cómo me sentía yo siendo la única niña negra caribeña en un colegio de niños blancos? ¿Cómo me sentía yo frente a sus actitudes que no me permitían desarrollar mi identidad de niña negra (la alegría, el movimiento)?”. Ahora entiende que su comportamiento era consecuencia de unas conductas que indicaban la presencia de hiperactividad y del racismo que experimentaba a causa de lo que quería manifestar a través de su ser negra. Considera que hubo falta de empatía de la psicóloga al no intentar entender lo que pasaba desde su experiencia y si desde las normas morales y cristianas que se promulgaban en el colegio (Rivas, 2022).
Las historias anteriores tienen como protagonistas a dos mujeres negras, quienes en diferentes lugares de América Latina, la primera en Brasil y la segunda en Colombia, manifiestan el sufrimiento y el impacto que el racismo les ha causado, desencadenando problemáticas de salud mental. Sus historias ponen de manifiesto que existen unos vacíos en la práctica clínica de los psicólogos relacionados con su capacidad para comprender y atender el sufrimiento que el racismo causa a sus pacientes que han sido racializados.
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Recordemos que, desde sus inicios, los modelos empleados en esta disciplina parten de los planteamientos hechos por Europa (Martins, Santos y Colosso, 2013), lo que quiere decir que se sigue haciendo uso de modelos diagnósticos y técnicas formuladas en ese continente, donde las realidades socioculturales son diferentes a las de América Latina.
Si buscamos explicaciones a lo que sucede con la experiencia de estas mujeres en terapia, es indispensable considerar la falta de entrenamiento de los psicólogos en temas étnico-raciales. Sin embargo, hacer esta única atribución llevaría simplemente a identificar las consecuencias de una problemática que se encuentra enraizada y cimentada en el sistema colonial que puso al sujeto negro en condición de no humanidad, de inferioridad y que, por lo tanto, niega e invisibiliza su sufrimiento.
Sabemos que el racismo tiene diferentes caras, diferentes formas de manifestarse, y que paradójicamente en países como Brasil y Colombia, la adopción de políticas multiculturalistas que promulgan la armonía racial entre los seres humanos, donde pareciera que todos vivimos y gozamos de los mismos derechos y condiciones, ha llevado a la invisibilización de las desigualdades raciales. Esto, así mismo, niega los efectos que el racismo tiene en la vida de quienes lo experimentan; contribuyendo a la sistemática negación de los efectos psicosociales del mismo (Pineda, 2018).
Esto, por supuesto, es lo que vemos en las respuestas que reciben en terapia psicológica las mujeres negras presentadas al comienzo de este artículo. Y nos lleva a preguntarnos: ¿es racista la atención clínica que se da a los y las pacientes negros cuando se minimiza su sufrimiento a causa del racismo? ¿Son racistas los psicólogos clínicos que niegan el racismo como posible causa de los problemas mentales de los pacientes afrodescendientes?
Formulo estos interrogantes específicamente para la psicología clínica por ser la rama de la psicología encargada de evaluar, diagnosticar, tratar y rehabilitar la salud mental. Además de ser un área que no ha demostrado mucho interés en las relaciones étnico-raciales, pues cuando se intenta rastrear información en esta disciplina, es la psicología social la que dice presente, evidenciando mayores aproximaciones y contribuciones en este campo.
En la historia de la psicología un ejemplo de ello son los trabajos de Gordon Allport, quien escribió en 1954 su libro La naturaleza del prejuicio, en el cual teorizó cómo se desarrollan los procesos psicosociales que se encuentran en la base del prejuicio étnico (Allport, 1954). En la actualidad se atribuye la proliferación de trabajos e investigaciones al esfuerzo de psicólogos militantes de movimientos sociales en defensa de la negritud (Martins, Santos, & Colosso (2013) y Sacco, Couto, & Koller, (2016).
A partir de lo anterior, hoy precisamente cuando celebramos el día de los psicólogos y las psicólogas en Colombia, vale la pena hacer, a la luz de las dos historias, un llamado de atención a la disciplina y a sus profesionales. Una invitación a considerar un enfoque diferencial en la atención clínica de las personas racializadas, de modo que su sufrimiento no se vea minimizado, disminuido, negado o invisibilizado por la idea racista de que “el racismo no existe” y de que vivimos en una sociedad que nos acoge a todos por igual. La realidad es que somos un país racista, y esto se manifiesta explícitamente en el video viral de la señora Luz Fabiola Rubiano de Fonseca, en el que se va lanza en ristre y utiliza términos peyorativos contra Francia Márquez. Se hace necesario una psicología clínica que valide la experiencia emocional de las personas negras asociada al racismo, y les ayude a reconfigurar esa identidad y autoestima que, como se ha demostrado, se ve quebrantada y disminuida a causa del racismo.
Estas historias también llevan a pensar en la urgente necesidad de articular, a la formación académica de los profesionales de la psicología, cátedras que permitan la comprensión del racismo como fenómeno y que como resultado de ello, se incentive el desarrollo de procesos investigativos que permitan comprender la prevalencia e incidencia de trastornos mentales en poblaciones negras, caracterizar el acceso a terapia psicológica y, lo más importante, crear un cuerpo de conocimiento en torno a cómo se manejan las repercusiones clínicas del racismo en poblaciones negras.
Y, por último, como las buenas prácticas deben imitarse, entonces también es necesario que, así como lo han hecho los psicólogos sociales, los psicólogos clínicos militemos en movimientos en los que podamos, primero, ampliar nuestra comprensión sobre el racismo como fenómeno y luego ayudar a nutrir el campo con teorías y procesos investigativos que permitan decir que la psicología clínica está presente y atenta a los temas étnico-raciales.
Que hoy tu mejor celebración como psicólogo o psicóloga sea reconocer que el racismo lastima, hiere, enferma y en situaciones extremas mata. Comprométete con la lucha antirracista
Referencias
Allport, G. W. (1954). The nature of prejudice. Reading, MA: Addison-Wesley.
Arraes, J. (2015, junio). “Meu psicólogo disse que racismo não existe”. Revista
Sacco, Airi M., Couto, Maria Clara P. de Paula, & Koller, Sílvia H.. (2016). Revisão sistemática de estudos da psicologia brasileira sobre preconceito racial. Temas em Psicologia, 24(1), 233-250. https://dx.doi.org/10.9788/TP2016.1-16
Fórum Brasil. https://www.geledes.org.br/meu-psicologo-disse-que-racismo-nao-existe/
Martins, Edna, Santos, Alessandro de Oliveira dos, & Colosso, Marina. (2013). Relações étnico-raciais e psicologia: publicações em periódicos da SciELO e Lilacs. Psicologia: teoria e prática, 15(3), 118-133. Recuperado em 04 de setembro de 2022, de http://pepsic.bvsalud.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1516-36872013000300009&lng=pt&tlng=pt.
Pineda, E. (2018). Las heridas del racismo Efectos psicosociales de la discriminación racial en las personas afrodescendientes en américa latina. Iberoamérica Social: Revista-red de estudios sociales, 6, 11 págs. 46-64
Merfi Raquel Montaño Sinisterra
Especialista en intervención psicológica en situaciones de crisis
Magíster en psicología clínica
Magistrante en Estudios Afrocolombianos
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[…] iniciativa merece todos los aplausos posibles porque como ya lo he manifestado en otros artículos, existen testimonios de personas afrodescendientes que relatan malas experiencias en la consulta […]