El Gobierno de Paraguay hizo historia al poner en marcha la reglamentación de la Ley 6.940/22, la cual busca evitar y castigar la discriminación contra la comunidad afrodescendiente. Este paso pretende acabar con la falta de visibilidad que han sufrido las comunidades afroparaguayas a lo largo de la historia y valorar su influencia cultural, social e histórica en Paraguay. La ley es un paso importante en la lucha por la igualdad y el reconocimiento de una población que ha sido sistemáticamente marginada de la narrativa.

La educación es uno de los fundamentos principales de la ley. De acuerdo con el artículo 6°, el Ministerio de Educación tiene la obligación de incorporar en el plan de estudios escolares la historia, aportes y herencia de las comunidades afrodescendientes. Esto no solo reforzará la identidad afroparaguaya, sino también llevará a que la sociedad en su conjunto aprecie su contribución a la construcción de la nación. Integrar estos contenidos será fundamental para luchar contra los prejuicios raciales y edificar una sociedad más inclusiva.
Además de combatir la discriminación, la ley establece mecanismos específicos para dignificar la identidad afrodescendiente. Personas como César Steven Chávez, quien es vicepresidente de la Asociación Grupo Tradicional San Baltazar, señalan que la nueva regulación ayudará a resaltar la influencia afro en la historia del país. Este reconocimiento pretende superar la exclusión histórica y promover una nueva narrativa que incluya el apoyo de estas comunidades en la construcción de la sociedad paraguaya, desafiando el discurso que las ha relegado al anonimato.

Comunidades reconocidas como Kamba Kua, famosas por sus celebraciones tradicionales en honor a San Baltazar, ven en esta legislación una oportunidad para afirmar su cultura. Además de las festividades culturales, la ley también incluye un Plan Nacional para promover y proteger los derechos humanos, asegurando la inclusión total de los afrodescendientes en áreas públicas y promoviendo medidas especiales para mejorar su calidad de vida. Esto abarca acciones para contrarrestar las disparidades económicas que impactan de manera desproporcionada a este grupo.
En un lugar donde varias comunidades afrodescendientes siguen experimentando pobreza extrema, esta ley es un avance crucial hacia la equidad. No obstante, sus dirigentes piensa que la verdadera dificultad está en llevarla a cabo de manera eficaz, sobre todo en campos como la educación, la investigación histórica y la creación de programas que destaquen y aprecien su herencia. La ley debe estar respaldada por un continuo compromiso del Estado y la sociedad civil para asegurar que sus medidas se implementen de manera efectiva.
Redacción Afroféminas

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