sábado, diciembre 21

Del Congo, a Palestina, a México, a Afroamérica…porque la solidaridad internacional importa hoy más que nunca

La gente levanta banderas y pancartas mientras se reúne alrededor de una estatua del fallecido presidente sudafricano Nelson Mandela para celebrar un histórico caso de «genocidio» presentado por Sudáfrica contra Israel ante la Corte Internacional de Justicia, en la ciudad de Ramallah, en Cisjordania, el 10 de enero. 2024. (Marco Longari/AFP)

La solidaridad ha provocado y siempre provocará cambios sociales. Mientras que las crisis se desarrollan a través del mundo –desde Gaza, hasta la República Democrática del Congo (RDC), hasta Haití –recordar nuestras luchas interconectadas contra el imperialismo y el capitalismo, y el poder de nuestras fuerzas colectivas, puede reavivar la esperanza de cambio.

Educadores internacionalistas reconocen las interconexiones entre la comunidad negra y otras comunidades de color. La solidaridad negra-palestina, específicamente, tiene una larga historia colectiva. Después de visitar Gaza en 1964, Malcolm X escribió «lógica sionista», expresando su apoyo a la lucha palestina y equiparando el sionismo con el colonialismo. James Baldwin, Angela Davis, Huey P Newton y el partido Pantera Negra (Black Panthers) y, por supuesto, Muhammad Ali, también expresaron puntos de vista similares después de visitar los territorios palestinos y ver la segregación. 



La icónica coalición Arcoíris, encabezada por Fred Hampton y las Panteras Negras de Chicago, fusionó las luchas entre las comunidades negras, las comunidades latinas y los blancos de clase obrera. Dio paso a los Young Lords, un grupo de puertorriqueños que exitosamente exigieron mejores servicios de salud, educación y condiciones de vida para las comunidades puertorriqueñas y latinas en los EEUU. La historia nos ha demostrado la fuerza y ​​el éxito de nuestras solidaridades.

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Sudáfrica y Palestina comparten de manera similar luchas contra el Apartheid. De hecho, fue Nelson Mandela quien dijo la famosa frase «nuestra libertad es incompleta sin la libertad de los palestinos», y en el centro de la plaza de Ramallah, se encuentra nada menos que una estatua del activista y ex-presidente sudafricano.

A medida que la crisis en Gaza empeora y los colonos israelíes invaden Cisjordania, estos vínculos históricos no han hecho más que fortalecerse. Durante las manifestaciones de Ferguson de 2014 contra la brutalidad policial a la que se enfrentan los afroamericanos, activistas palestinos tuitearon consejos sobre cómo lidiar contra los gases lacrimógenos que la policía usaba contra los manifestantes. Durante las manifestaciones de “Las vidas negras importan” o “Black Lives Matter”, el muro de separación en Cisjordania fue pintado con murales de solidaridad, y los palestinos incluso realizaron protestas, a pesar de las estrictas restricciones que les impuso el ejército israelí. Más recientemente, Sudáfrica llevó a Israel ante  el Tribunal Internacional de Justicia, alegando que Israel es responsable de violaciones de la Convención sobre Genocidio debido a sus acciones en Gaza.

Hoy en día, nuestras luchas anticapitalistas y antiimperialistas interconectadas son aún más claras con el crecimiento de G4S –una empresa de seguridad británica que afirma estar «asegurando nuestro mundo». En realidad, G4S es la empresa responsable del mantenimiento de prisiones y prácticas explotativas mundiales, según el libro «La libertad es una batalla constante« de Angela Davis. G4S es responsable de administrar las cárceles israelíes donde los prisioneros palestinos son retenidos sin juicio y sometidos a tortura. G4S es responsable de la detención y deportación de latinos a través de la frontera entre Estados Unidos y México. G4S es responsable de la agresión de las fuerzas fronterizas del Reino Unido, que mataron al inmigrante angoleño Jimmy Mubenga por asfixia. G4S es responsable de mantener la segregación racista del régimen Apartheid de Sudáfrica, frecuentemente acusado de tortura en prisiones sudafricanas que encarcelan desproporcionadamente a sudafricanos negros. G4S es responsable de «proteger» a las empresas mineras en la República Democrática del Congo, conocidas por sus violaciones de los derechos humanos y laborales de los trabajadores congoleños. G4S es responsable de proporcionar los servicios a la base estadounidense en la bahía de Guantánamo, Cuba, donde los prisioneros son torturados y detenidos indefinidamente sin cargos ni juicio.

G4S está creciendo en Latinoamérica, el Caribe y África, habiéndose convertido recientemente en el mayor empleador privado de África. Por lo tanto, nuestras luchas contra G4S no podrían ser más urgentes, más entrelazadas, y más dependientes de nuestra solidaridad internacional. La lucha Palestina, que por fin está recibiendo atención, no es sólo una responsabilidad moral entre nosotros, sino también una que beneficia las luchas de liberación en nuestras propias comunidades. Utilizando nuestras solidaridades e ideologías históricas, podemos, y esperamos, fortalecer las solidaridades existentes y construir otras nuevas.

Piedra a piedra, ladrillo a ladrillo, G4S caerá… empezando por Palestina y resonando por todo el mundo.


Aida Mulugetta-López

Estudiante de Maestría -Medio Ambiente, Política y Desarrollo (Universidad de Londres, SOAS)



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