jueves, noviembre 7

La historia de Dorothy Counts y su camino de dignidad


Desde la era de la esclavitud hasta la abolición y más allá, Estados Unidos ha enfrentado  divisiones raciales sistemáticas que han afectado todos los aspectos de la vida de las  personas negras.  

Las leyes Jim Crow fue una legislación de los diferentes estados y municipios en los Estados Unidos promulgadas por las legislaturas estatales sureñas, las cuales eran dominadas por los  demócratas después del período de Reconstrucción entre 1876 y 1965. Estas leyes  propugnaban la segregación racial en todas las instalaciones públicas por mandato de iure  bajo el lema «separados pero iguales» y se aplicaban a los afroestadounidenses y a otros  grupos étnicos no blancos en los Estados Unidos. En realidad, esto llevó a que el  tratamiento y los alojamientos fueran por lo general inferiores a aquellos asegurados para  los blancos estadounidenses, sistematizando un número de desventajas económicas,  educativas y sociales. La segregación de iure se aplicó principalmente en el Sur de los  Estados Unidos mientras que, en el norte, la segregación fue, por lo general, hacia los  negros que vivían en guetos urbanos. 

Esto no solo significó una separación entre blancos y negros, sino que favoreció el  maltrato y las agresiones a las personas no blancas de los Estados Unidos con grupos  violentos como el Ku Klux Klan, que solía  contar con la complicidad de las autoridades. 

Los blancos consideraban que los negros eran inferiores y no merecían los mismos  derechos, llegando a estar mal visto tener como amigos a gente negra o tratarles como  iguales, además, a nivel legal, estaban prohibidos los matrimonios interraciales y toda  aquella persona blanca que tuviese algún tipo de vínculo con una persona negra, llegaba  a ser agredida también. 

La segregación conllevó a la creación de escuelas para negros y escuelas para blancos, en  la que las subvenciones públicas e inversiones económicas eran bastante inferiores en los  colegios destinados a los negros, careciendo de material escolar, profesorado, entre otros.  

Los restaurantes y locales que admitían a personas negras tenían dos entradas, para que  los clientes blancos no tuvieran que cruzarse con los negros, ya que muchas veces eran  tratados como animales o salvajes e incluso en numerosas ocasiones, los clientes negros  no podían siquiera sentarse en la barra de cualquier cafetería.  



A su vez, al no poder entrar en algunos sitios, había bares, cines y gimnasios exclusivos  para negros e incluso existían fuentes de agua para blancos y para negros, tratando de  evitar el contacto al máximo con la gente blanca. En estos casos, por lo general se  encontraba un cartel al lado de las fuentes en el que ponía “colored”, traducido como  “persona de color”, un eufemismo que trataba de evitar la palabra “negro”, ya que esto  para la gente blanca era algo ofensivo.  

Durante décadas, se trató de desmantelar esta segregación y promover la igualdad de  derechos para todas las personas, pero el camino hacia la verdadera integración fue muy  desafiante, desde donde surgieron activistas pioneros como Rosa Parks, Martin Luther  King o Malcolm X.

No obstante, muchos de los pioneros eran simples niños y/o adolescentes que querían  ejercer su derecho a una vida digna como otra persona cualquiera y este fue el caso de  Dorothy Counts, una de las primeras estudiantes afroamericanas admitidas en un colegio  para blancos en Estados Unidos.  



En 1957, cuarenta estudiantes negros solicitaron ser transferidos a escuelas para blancos. Esto ocurrió debido a la aplicación en Carolina del Norte del Plan Pearsall para la  integración moderada de estudiantes negros en las escuelas para blancos, tras ser  declarada inconstitucional la segregación racial por la Corte Suprema de los Estados  Unidos en 1954.

El 4 de septiembre de 1957, Dorothy Counts, de 15 años, llegó a su primer día de clases en Harding High School en Charlotte, Carolina del Norte. Fue recibida por multitudes hostiles de estudiantes y miembros del Consejo de Ciudadanos Blancos local que se burlaron de ella, la escupieron y le arrojaron palos y piedras.

El acoso había comenzado antes, cuando la esposa de John Z. Warlick,  el líder del White Citizens Council, una asociación supremacista blanca, instó a los chicos del colegio  a “mantenerla fuera” y, al mismo tiempo, imploró a las niñas a escupir sobre ella,  diciendo: “escupan sobre ella, niñas, escupan sobre ella.” Dorothy caminó hasta la escuela  sin reaccionar a los insultos de la multitud que la esperaba en la entrada del recinto. Según  informó la prensa, muchas personas le escupieron y lanzaron piedras. Los abusos  continuaron dentro de la escuela, donde le arrojaron basura mientras comía, ante la  pasividad de los profesores. 

El fotógrafo de Charlotte News, Douglas Martin, hizo una fotografía de de Counts soportando impasible las burlas de una multitud racista que caminaba junto a ella. La imagen se hizo tristemente famosa en todo el mundo y ganó el premio World Press Photo del año.

En su primera semana en Harding, sus profesores la acosaron constantemente y la ignoraron. Los estudiantes escupieron en su comida, le arrojaron borradores y rompieron la ventana trasera del auto de su familia.

Al día siguiente, Count regresó a la escuela e hizo amistad con dos chicas blancas, pero  pronto se la retiraron a causa de acoso por parte de otros compañeros de clase. Su familia  recibió amenazas telefónicas y la policía les dijo a los padres de Counts que no podían garantizar su seguridad. Sus padres decidieron sacarla de Harding después de cuatro días de incesante acoso, incluido un coche  destrozado y su taquilla saqueada, el padre de Dorothy decidió llevarse a la niña de la  escuela.  

La familia se mudó a Pensilvania, donde Counts acudió sin problemas a la escuela en  Filadelfia. Posteriormente regresó a Charlotte, donde se graduó en Psicología en la  Johnson C. Smith University y dedicó su vida profesional a cuidar a niños sin recursos. 

En 2008, la Harding High School concedió a Counts un diploma honorífico y en 2010,  Counts recibió una disculpa pública de un miembro de la multitud que la acosó en 1957, además, la Harding High School renombró su biblioteca como Counts-Scoggins.  

A pesar de los avances en la lucha por los derechos civiles, la segregación racial persiste  en muchas formas en la sociedad moderna. Las disparidades en el acceso a la vivienda,  la educación, el empleo y la justicia continúan perpetuando la desigualdad y la injusticia  para la comunidad negra. La brutalidad policial y el encarcelamiento desproporcionado  de personas negras son manifestaciones contemporáneas de esta segregación sistémica. 

La segregación racial en Estados Unidos es un legado doloroso que continúa impactando  la vida de millones de personas en el país. Sin embargo, a través del activismo, la  educación y el compromiso con la equidad y la justicia, hay esperanza de que un día, la  segregación racial sea solo un recuerdo del pasado, y que la verdadera igualdad y la  inclusión prevalezcan en la sociedad estadounidense.


Yovanna Blasco López

Nacida en La República Dominicana. Escritora, activista y luchadora por los derechos humanos. Estudiante de Traducción y Mediación Interlinguisitica.

Instagram: @_melaninwoman_

Email: yovibl@outlook.es Interesada en la igualdad de los derechos humanos y comprometida con la concienciación sobre las personas negras, el racismo y la cultura afro.



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