Inédita en la UE, la proposición de ley para combatir la discriminación capilar en Francia servirá para que los afrodescendientes acepten sus cabellos rizados y abultados y eviten alisárselos o teñírselos antes de una entrevista de empleo, según la diputada francesa Fanta Berete.
En pleno trámite parlamentario del texto -después de su aprobación en la Asamblea Nacional en marzo deberá pasar próximamente por el Senado-, Berete intenta hacer pedagogía sobre la necesidad de esta norma poniéndose como ejemplo ella misma.
«Si he logrado buenos puestos de trabajo en mi vida es porque me he teñido el pelo, me he puesto pelucas», afirmó la diputada macronista cuyos padres procedían de Guinea, quien ha trabajado en multinacionales francesas como Teleperformance o en la Cámara de Comercio e Industria de Francia.
Hoy a gusto con sus pequeñas trenzas negras, Berete aclara que su historia de repulsa de su propio cabello la comparten el 20 % de los franceses, quienes, según sus datos, no tienen el pelo liso que se ajusta a lo que ella llama de «normativa no escrita de los países occidentales».
Cabellos densos y muy rizados -comunes en poblaciones originarias de África-, peinados rastas o con trenzas e incluso pelirrojos -a los que se asocia a una serie de prejuicios- estarán protegidos por esta nueva norma, que, en la práctica, elevará de 26 a 27 los criterios de discriminación en Francia -penados con hasta 3 años de prisión y 30.000 euros de multa-.
«Es cierto que durante el debate en el hemiciclo hubo una parte que decía que el pelo no era un problema de discriminación y que lo que contábamos era falso», rememora Berete, quien como madre soltera, de origen africano y mujer, asegura encajar en 11 de los actuales 26 criterios de discriminación.
Cabeza de champiñón
La diputada recuerda que las sesiones parlamentarias tuvieron algo de catártico para ella misma y para otros de sus colegas. «Algunos se emocionaron evocando los insultos que sufrían por su pelo, como ‘cabeza de champiñón’».
«Cuando creces en ese contexto, ¿qué es lo que quieres? Parecerte a los otros», asume. La técnica del alisado brasileño, pelucas a lo Tina Turner, extensiones tipo Beyoncé y una variada gama de productos químicos para teñir y aplanar el pelo. «Todo por un cabello liso, más disciplinado, como las estrellas de las redes sociales», añade la parlamentaria.
Para Berete, otro asunto crucial detrás de esta proposición de ley es la salud de las personas. «Estos productos (como el del alisado brasileño) aumentan el riesgo de cáncer para las mujeres que los usan», advierte.
Inspirada en la que está vigente en California desde 2019 (“Crown Act”), la norma francesa contra la discriminación capilar es «inédita» en la Unión Europea, según la diputada.
Berete espera que la norma inspire también a los países latinoamericanos, cuyas mujeres -muchas de ellas de origen africano- pasan por los mismos problemas de autoestima y laborales que en Europa y Estados Unidos, teniendo en cuenta que, según un estudio, los cabellos afrodescendientes tienen 2,5 de posibilidades más de ser vistos como ‘no profesionales’.
«A la hora de lograr un trabajo, el color de la piel y la textura del pelo no tienen ninguna importancia, lo que es esencial son las competencias que se tienen. Vamos hacia sociedades cada vez más mestizas y hay que adaptarse», sostiene.
¿Y esta ley será eficaz teniendo en cuenta que ya hay otros criterios más amplios de discriminación?
«Pongo el ejemplo de mi hija, de 20 años. Tiene el pelo muy rizado, muy denso y se alisa todo el tiempo el cabello. ¿Sabes lo que vi hace poco? Salió a comprar pan sin alisar el pelo», se felicitó la diputada, sobre el efecto de concienciación de esta norma. EFE
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