Desde la antigüedad, las traducciones han ayudado mucho a la divulgación de informaciones y comunicaciones entre hablantes de diferentes lenguas y con el tiempo, la traducción se dividió en diversas ramas.
A pesar de que la lengua y el significado de alguna palabra o frase pueda traducirse de la misma forma o de una manera similar, independientemente del campo de trabajo, nos centraremos en los traductores audiovisuales; conocidos también como traductores de multimedia. Estos se encargan de transferir los componentes de películas o programas de televisión, al idioma de destino, aunque también pueden ser obras de teatro, videojuegos y contenido web audiovisual.
Actualmente, esta subdisciplina de la traducción ha sido más notoria debido al aumento de contenido en plataformas como Netflix, que han motivado a muchos traductores a decantarse por este campo de la traducción y no por otro, como la traducción literaria, por ejemplo.
Cuando hablamos de traducción, nos basamos en el hecho de transmitir el mensaje principal del emisor al receptor en su lengua. No obstante, la traducción ha de ser siempre lo más cercana posible al idioma del emisor. Obviando que hay dichos o frases hechas que no se pueden traducir de forma literal de una lengua a otra, siempre ha de intentar ser lo más similar posible… Aunque hay excepciones.
Las técnicas de traducción han ido puliéndose con el paso de los años, pero un problema que no solo ocurre con la transmisión de conceptos de una lengua a otra, sino también en la ortografía y otras situaciones en la que entra la lengua y la educación, ocurre que el usuario transmite la idea principal según sus ideales.
En este caso voy a centrarme en el término que se traduce como “gente de color”( people of color), un eufemismo que sustituye la palabra “negro”, que para muchos, sobre todo personas blancas, se trata de una palabra ofensiva.
Hay mucha polémica sobre esta palabra, sobre si debería utilizarse o no, y sobre si es ofensivo llamar a una persona negra o de color.
Gente de color es una expresión que ha sido interiorizada por una gran parte de la población y a pesar de que muchas personas hayan utilizado esa palabra para tratar de “no ofender” a una persona negra, ocurre lo contrario, pues este eufemismo para el oyente, para una persona racializada, no se escucha como “no quiero ofenderte”, sino como “no te voy a decir que eres negro porque es algo malo y ya tienes bastante con serlo como para que te lo recuerde”.
En este caso, siempre hay excepciones y hay personas negras a las que no les importa que les llamen de esa forma, sea porque no son conscientes de la historia que conlleva ese eufemismo, porque están acostumbrados, etcétera. Esta expresión en castellano genera polémica, porque muchas personas que no pertenecen a la comunidad negra, asumen que llamar a alguien “de color” en vez de “negro” es la forma políticamente correcta, y no llevan bien que se les señale que no deben utilizarla.
Al final cada persona percibe las cosas de forma diferente y aunque generalmente no sea correcto utilizar ese eufemismo, simplemente hay que escuchar y respetar lo que la otra persona dice. Si una persona negra te dice que no le llames “de color” sino “negro”, no se ha de rebatir, pues es algo que trasciende la expresión en sí. Simplemente es respetar.
Pero esto es uno de los muchos ejemplos en los que el lenguaje y este tipo de expresiones, realmente ofensivas, se desarrollan día a día, incluso en este caso, siendo algo interiorizado que aparentemente tiene un objetivo positivo.
¿Pero, qué ocurre cuando una persona trata de educar o transmitir un mensaje de forma incorrecta, siguiendo simplemente sus ideales? Aquí es donde entra la traducción y en este caso, la traducción audiovisual.
Es algo de lo que no nos damos cuenta, pero desde hace tiempo, como cinéfila y estudiante de Traducción y Mediación Interlingüística, viendo varias películas, series, documentales… Me percaté de que cuando salía, por ejemplo, una persona negra y hacía alguna referencia a la gente negra, al escuchar el doblaje o leer los subtítulos, se refería como “persona de color”.
Analizando la cantidad de veces que escuchaba esta expresión, ya no solo de una persona blanca, sino de una racializada, decidí ver ambas versiones. Y aquí está el problema, al ver alguna de esas obras, en el guión los actores usaban la palabra negro y en la transcripción era lo mismo. Por ejemplo, en la lengua original era: “…Mi mejor amiga era negra…” y a la hora de realizar el doblaje o subtitular dicha película, se traducía y subtitulaba como “Mi mejor amiga era de color”.
Como he comentado anteriormente, en la traducción hay situaciones según el contexto en las que no se puede traducir de forma literal y se ha de acercar lo máximo a la lengua original, aunque no sea cada palabra tan concreta. Pero en un contexto como en el ejemplo, en la que simplemente se usa ese eufemismo, no se trata de la imposibilidad de utilizar la palabra de origen traducida al idioma de destino, sino en marcar una ideología, y que cuando el usuario vea dicha película, de forma inconsciente, asuma que a una persona negra se le ha de llamar persona de color. sobre todo si la persona que utiliza ese término es negra, porque se da por hecho que esa persona está de acuerdo en que le llamen de esa manera y no conforme tiene que ser.
Por lo tanto, de esta forma, por parte de los futuros traductores, han de aprender a dejar de lado su forma de pensar y limitarse a ser profesionales que transmitan los conocimientos de una lengua a otra sin importar si están de acuerdo o no con la terminología o el contenido del texto. Los usuarios, por su parte, han de comprender que todo lo que consumen, sea audiovisual o literario, no es verídico y que muchas veces oculta algo más, como en este caso.
Y, ante todo, hay que respetar y no insistir en tratar o en hablarle a una persona de una forma que la incomode o le haga sentir mal. Por lo tanto, si una persona te dice que no le digas “de color”, sino “negro”, has de hacerle caso, porque no puedes exigir que una persona acepte que sea mencionada como uno quiera, sobre todo por ignorancia o porque alguien fuera de esa comunidad, te dijo que era así.
Porque sí, soy negra, no me ofende que me lo digan y la gente de color, exactamente ¿de qué color somos?
Yovanna Blasco López
Nacida en La República Dominicana. Escritora, activista y luchadora por los derechos humanos. Estudiante de Traducción y Mediación Interlinguisitica.
Instagram: @_melaninwoman_
Email: yovibl@outlook.es Interesada en la igualdad de los derechos humanos y comprometida con la concienciación sobre las personas negras, el racismo y la cultura afro.
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