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viernes, abril 19

¿Y tú, de dónde eres? Racismo en Buckingham Palace


Susan Hussey, que fuera dama de honor de la difunta Reina Isabel II de Inglaterra y ahora también de la reina consorte, ha dejado su puesto en palacio después de un incidente racista con Ngozi Fulani, mujer negra y fundadora de la organización benéfica Sistah Space.

Fulani ha declarado haberse sentido traumatizada y violada ante la insistencia de Hussey preguntándole por su origen. Además, al parecer, le tocó el cabello sin su permiso, apartandole algunas de sus trenzas para poder ver la etiqueta con su nombre que llevaba en la solapa.

Esto sucedió el pasado martes en el contexto de una recepción en contra de la violencia contra las mujeres y las niñas. Hussey, de 83 años, amiga cercana al rey Carlos, había sido nombrada recientemente como acompañante de Camila.

La propia Fulani detallo en sus redes los términos de la conversación de claro sesgo racista:

Señora SH: ¿De dónde eres?

Fulani: Sistah Space.

SH: No, ¿de dónde vienes?

Fulani: Estamos en Hackney.

SH: No, ¿de qué parte de África eres?

Fulani: No sé, no dejaron ningún registro.

SH: Bueno, debes saber de dónde eres, pasé un tiempo en Francia. ¿De dónde eres?

Fulani: Aquí, Reino Unido

SH: NO, pero ¿de que nacionalidad eres?

Fulani: Nací aquí y soy británica.

SH: No, pero ¿de dónde vienes realmente, de dónde viene tu gente?

Fulani: ‘Mi gente’, señora, ¿qué es esto?

SH: Oh, puedo ver que voy a tener un desafío para que digas de dónde eres. ¿Cuándo viniste aquí por primera vez?

Fulani: ¡Yo señorita! Soy de nacionalidad británica, mis padres llegaron aquí en los años 50 cuando…

SH: ¡Oh, sabía que al final llegaríamos allí, eres caribeña!

Fulani: No Señora, soy de ascendencia africana, descendencia caribeña y nacionalidad británica.

SH: Oh, entonces eres de…”

Fulani declaró posteriormente que cuando esto sucedió: “No había nadie a quién informar. No pude informar a la Reina Consorte, además fue un shock para mí y para las otras dos mujeres que estaban presentes. Nos quedamos atónitas en un silencio temporal. Me quedé de pie a un lado de la habitación, sonreí y me asentí brevemente con aquellos que me hablaron hasta que pude irme. Fue muy duro permanecer en un espacio en el que había sido violentada”.

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