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martes, marzo 19

Ser una mujer negra en Suiza

Fotograma del documental Becoming a Black Woman de la cineasta Rachel M’Bon

Para Rachel M’Bon, ser suiza ha supuesto tener que encontrar casi a diario una forma de demostrar su pertenencia al país. 

Cuando era adolescente, M’Bon fue reducida y detenida en una ocasión por tres agentes de policía cuando entraba en el edificio donde trabajaba ya que los agentes estaban convencidos de que se había colado dentro, solo por que es negra. 

«Yo nací en Suiza», afirmó la cineasta.  «Muchas veces he terminado en la comisaría porque no llevaba mis papeles encima, mientras mis amigos podían irse a casa.  Porque ellos no eran negros.»

A pesar de haber nacido y crecido en Suiza, como mujer de ascendencia africana, M’Bon declaró que no ha conseguido nunca encajar en la comunidad.  Y debido al legado de neutralidad que tiene el país, numerosas personas suizas, y otros muchos por todo el planeta, niegan la posibilidad de que en Suiza pueda existir el racismo y la discriminación, añadió. 

«La imagen de una Suiza perfecta debe ser deconstruida ya que excluye la posibilidad de hablar sobre las personas que son discriminadas y también niega la posibilidad de luchar contra su historia,» aseguró M’Bon.  «Resulta muy difícil luchar contra el racismo cuando hay una negación general de su propia existencia.»

M’Bon quería mostrar esta discriminación y cómo esta afectó no solamente a su vida sino también a otras mujeres negras por todo el país.  La cineasta creó Becoming a Black Woman (Je suis noires), un documental que muestra las micro-agresiones y otras discriminaciones de mayor grado que han tenido que enfrentar las mujeres negras que viven en Suiza.

«Quería encontrar una forma sutil de que se pudieran escuchar las voces [de las mujeres negras] y de paso revelar a los ciudadanos suizos y a los del extranjero qué es lo que sucede en el país, ya que por regla general, existe la percepción de que las cuestiones sobre racismo solamente afectan a otros países,» indicó. 

«Suiza, de forma milagrosa, ha evitado esta cuestión en la medida en que no cuenta con un pasado colonial,» continuó M’Bon. «[Esta película] tiene el objetivo también de mostrar que Suiza no es ajena al racismo, todo lo contrario.»

Esta película muestra historias de mujeres negras que sufren y luchan contra el racismo y la discriminación.  También muestra cómo luchan para encontrarse y saldar cuentas con su identidad en una sociedad que las hace ser muy conscientes de «ser diferentes». 

«[Son las mujeres] las que siempre se encuentran al final de la cadena, [el mostrar solamente a mujeres] fue una manera de reparar el olvido general que se hace de las opiniones de las mujeres», explicó M’Bon. 

El informe de Derechos Humanos de las Naciones Unidas sobre justicia e igualdad raciales, publicado en julio de 2021, establece un programa de cuatro puntos para poner fin al racismo sistémico y las violaciones de los derechos humanos perpetrados contra africanos y afrodescendientes.  El informe hace un llamamiento a los Estados a dejar de negar el racismo y empezar a eliminarlo; a acabar con la impunidad y generar confianza; a escuchar a los afrodescendientes, sus preocupaciones así como las soluciones que ellos aportan; además de confrontar legados del pasado, adoptando medidas especiales y ofreciendo justicia de reparación. 

M’Bon afirmó que la película ya ha empezado a ayudar a cambiar la situación.  Varias proyecciones de Becoming a Black Woman han atraído a una variedad de públicos, incluyendo a hombres jóvenes blancos quienes tras haber visto la película le dijeron más tarde a M’Bon que ahora percibían a las mujeres negras de forma diferente, y que querían saber cómo podían convertirse en sus aliados y luchar contra sus propios prejuicios. 


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«Algunos de ellos se han dado cuenta de lo absurdo de su comportamiento.  Esto es lo que quería plasmar a través de la película, que al final, lo que importa es que somos todos seres humanos,» indicó M’Bon. 

La campaña ¡Aprende, Alza la voz y Actúa!, puesta en marcha por Derechos Humanos de las Naciones Unidas en julio de 2022 es un llamamiento mundial para la adopción de medidas concretas contra el racismo, la discriminación, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia.  Los retos que plantean estos problemas no son nuevos, ni tampoco sus soluciones. Lo que se necesita es que actúen los gobiernos, las instituciones, los grupos y las personas, en especial los más jóvenes. 

«No podemos tener un George Floyd todas las semanas para que la gente reaccione,» afirmó M’Bon.  «Por eso es importante contar con estas campañas.  Para mí, es clave poder llegar a los jóvenes y sensibilizarles sobre esta cuestión, ya que son los adultos del mañana.  También es importante que los políticos adopten una posición clara.  Debemos ser capaces de infiltrar nuestros mensajes e información en el poder y en la vida diaria, y poco a poco ir desarrollando estrategias que ayuden a las personas a darse cuenta de que todos ganamos si encontramos soluciones que permitan que toda la sociedad viva en igualdad.»

*Texto publicado originalmente en ohchr.org

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